El zarpazo del León

Una obviedad: Pedro León se llama Pedro León. Pero se apellida Sánchez Gil. Lo de León, segundo nombre, tiene que ver con una historia familiar que arranca en su abuelo, León Sánchez. Murió joven y el padre de Pedro León decidió que todos sus hijos le rindieran homenaje de por vida. El mayor, fallecido en accidente de quad, fue bautizado simplemente como León. El segundo se llamó Luis León. El tercero, Pedro León. Y el cuarto, Antonio León.

El progenitor no se equivocó con el nuevo patronímico, que relegó el Sánchez originario a un segundo plano y dio a la estirpe un aire de Macondo selvático. La metáfora cristalizó. Luis León devino en ciclista profesional tras acompañar a su padre en la bicicleta que le recomendaron los médicos para la pierna herida en un atentado de ETA. Luis León Sánchez es actualmente el campeón de España de contrarreloj y ganó una etapa en el pasado Tour de Francia. Sus triunfos fueron dedicados siempre al fallecido hermano primogénito: León Sánchez.

Pedro León también mantiene algo del carácter indómito de la camada. El año pasado padeció los problemas económicos del Levante y sus derivaciones. Ahora, este León, de nombre inicial Pedro, ha dado el primer zarpazo con el Real Valladolid. Parece recuperado para el fútbol.

Debutó en Málaga como blanquivioleta y a los ocho minutos ya estaba celebrando un gol, el tanto 1.600 en la historia pucelana en Primera División. Una muesca menor en el corto plazo. «Lo importante era ganar... o al menos puntuar. Y no lo hicimos. Por un lado estaba contento. Por otro, cabreado», apuntó ayer, rodeado de periodistas.

Pedro León Sánchez está llamado a tener un papel preponderante en este Real Valladolid que no acaba de coger la onda. Posee calidad a raudales para acaparar la banda derecha y sólo le falta recuperar el tiempo perdido. «Llevo desde mayo sin nada de entrenamientos. Eso se nota. En Málaga noté que me faltaba mucho. Las sensaciones fueron buenas, pero aún me queda coger el 100%», explicó.

Ilusionado

Pedro León debutó y marcó sin solución de continuidad, una de las pocas buenas noticias del choque del domingo. «Me da ánimos. Venía de un año muy malo en lo deportivo y, especialmente, por los problemas que existían en torno al Levante. En esto sí ha cambiado. Ahora estoy más ilusionado para jugar al fútbol, porque allí [en el Levante] menos en jugar se pensaba en todo. Ahora estoy contento», apunta con una sonrisa franca.

Los hermanos Sánchez Gil (o tal vez debería escribirse León...) mantienen los lazos que otorga la consanguinidad. En las próximas fechas, el ciclista Luis León llegará a Valladolid para pasar unos días con su hermano Pedro León. Presenciará en Zorrilla el partido que medirá a los blanquivioleta con el Valencia y esperará a que su 'frater' futbolista aparezca sobre el césped para jalearle.

De momento, Pedro León trata de convencer a Mendilibar de que es el idóneo para ocupar la posición de extremo derecho. Mira al equipo che con la motivación que inyecta recibir a un grupo solidificado bajo la batuta de Emery. «Me motiva porque es el líder, de los mejores equipos de Europa y tiene una pedazo de plantilla. Por eso me motiva y no porque yo haya estado en el Levante». No le habría dado tiempo a entrar en la rivalidad valenciana. Pedro León, nacido en Mula (Murcia), había tenido hasta hace dos años exclusiva vinculación pimentonera.

De repente, la banda derecha aparece poblada de 'Pedros'. López, atrás. León, más adelante. Con un matiz curioso producto de un juego de palabras. Mientras uno figura como 'Pedro L.' en la camiseta, el otro es 'P. León'. Léanlo todo junto. Un felino luchador.