Cientos de personas acuden al funeral del niño atropellado por una furgoneta

Cientos de amigos y familiares dieron el último adiós en la tarde de ayer a J. A. L. Y, el niño de 14 años que falleció el pasado viernes tras ser atropellado por una furgoneta cuando circulaba en bici en el popular barrio zamorano de Cabañales. El multitudinario funeral tuvo lugar en la Iglesia de María Auxiliadora de la antigua Universidad Laboral de la ciudad.

El adolescente falleció en la noche del viernes, a las 23.00 horas, como consecuencia de las graves lesiones y heridas que presentaba y después de sufrir dos intervenciones quirúrgicas, según informaron fuentes del Hospital Virgen de la Concha. Explicaron que el joven ciclista había sufrido un traumatismo craneoencefálico y otro torácico-abdominal que impidieron a los profesionales médicos del centro salvarle la vida.

Los hechos se produjeron a las 18.34 horas del pasado viernes, a la altura del número 25 de la calle Peñausende de la capital, cerca del colegio público Alejandro Casona, entre el cruce de las calles Peñausende, Cabañales y José Regojo, donde una furgoneta atropelló a joven quien, según la llamada de un testigo de lo sucedido, permanecía inconsciente.

Hasta la zona se desplazó una UVI móvil del servicio de emergencias 112 que le trasladó en estado grave al Virgen de la Concha.

El suceso causó el viernes un gran impacto entre los transeúntes y vecinos de la zona, que se agolparon en el lugar de los hechos y que se reflejó ayer en el funeral, que tuvo lugar a las 16.30 horas y al que asistieron diferentes personalidades de la ciudad, entre los que se encontraba la alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, y un gran número de adolescentes, amigos y compañeros del niño. En medio del dolor y la consternación de los allegados, el cuerpo d ela víctima cuerpo fue trasladado a la iglesia en un coche fúnebre repleto de ramos de flores y coronas dedicadas.

Según informaron fuentes municipales, aún se desconocen las causas del accidente, por lo que aseguraron que los hechos se siguen investigando para esclarecer lo sucedido.

Negativo

En este sentido, las mismas fuentes recordaron que el conductor de la furgoneta dio negativo en el posterior control de alcoholemia al que le sometieron agentes de la Policía Municipal, «que realizan este tipo de control de forma rutinaria cada vez que se produce un siniestro».

Al parecer y según aseguraron fuentes municipales, no hubo culpa del conductor de la furgoneta y se descarta, asimismo y según sus explicaciones, que el siniestro hubiera sido provocado por algún tipo de problema relacionado con la falta o el mal estado de la señalización en la zona donde se produjo.