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virginia t. fernández
Lunes, 24 de noviembre 2014, 13:41
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La Orquesta Filarmónica de Valladolid encuentra un hogar. Tras cuatro años celebrando el tradicional concierto de Año Nuevo en distintos espacios de la ciudad, la agrupación vallisoletana ha encontrado en el Teatro Carrión el lugar idóneo para inaugurar el 2015. Llega al nuevo escenario con la intención de que la actuación del próximo 1 de enero sea solo el comienzo de una programación estable durante la temporada 2015-2016. Y lo hará de la mano de un compañero de viaje indispensable: la caja Laboral Kutxa se ha volcado con los músicos para que la relación con el teatro pueda perdurar. Además, las bodegas toresanas Liberalia ofrecerán el vino con que los asistentes al concierto brindarán por el nuevo año.
Las recientes obras de restauración del Carrión «han hecho de este teatro un espacio para Valladolid estupendo al que merece la pena sacar partido», asegura Ernesto Monsalve, director de la Orquesta Filarmónica de Valladolid, satisfecho con el nuevo horizonte que se abre para la formación. «Les pedimos a los vallisoletanos que vuelvan a unirse a nosotros en esta edición», sugiere. Será una cita especial, adelanta Monsalve, por la colaboración de sus partenaires, pero también porque la agrupación se une a la convocatoria de la Orquesta Filarmónica de Viena para celebrar el 75 aniversario de aquel primer concierto de 1940, en plena explosión de la contienda mundial. La orquesta local rescatará hitos musicales de todos los conciertos de Año Nuevo de estos tres cuartos de siglo «añadiendo peculiaridades propias de Castilla y León y de Valladolid», desvela el director. En concreto se recordarán dos efemérides que cobrarán protagonismo en 2015: la celebración del quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa, «a la que tendremos presente en alguna de las piezas», y los cuatrocientos años de la aparición de la segunda parte de El Quijote. El programa incluirá polcas, marchas, valses, cuadrillas y marchas de la familia Strauss así como fragmentos de ballets y óperas de Offenbach, Tchaikovsky o Rossini. «La primera parte del concierto va a ser idéntica a la de 1940», avanza Monsalve, «y acabaremos con el Danubio Azul y la Marcha Radetzky», promete. El proyecto conjunto de continuidad «es muy ambicioso; va a dar un nombre a Valladolid y a la propia orquesta», augura Teófilo Gómez, director de zona de Laboral Kutxa, entidad que lleva en su esencia el apoyo al tejido social y cultural local. Juan Antonio Fernández, propietario de Liberalia, siempre comprometido con el mundo de la literatura, el cine y la música, garantiza que con el vino tinto crianza Liberalia Cuatro la serie que homenajea los 125 años del nacimiento de Chaplin y el blanco dulce natural Liberalia Uno, los caldos que se servirán esa noche al respetable, la formulación de buenos propósitos sabrá mucho mejor.
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