Borrar
Paul Lewis, entre los carteles que anuncian el concierto.

Músicos antes que pianistas

Paul Lewis interpreta el ‘Concierto nº1’ de Brahms con la Sinfónica de Castilla y León

Victoria M. Niño

Jueves, 25 de septiembre 2014, 11:54

Conocía el Auditorio Miguel Delibes, ha estado tres veces ya. Por eso Paul Lewis, un andarín diletante, decidió llegar andando el miércoles desde el centro de la ciudad. Se perdió, llamó cuando estaba en el río y llegó. El Lewis pianista ha vivido esos paseos dubitativos por la música de Beethoven en muchas ocasiones. Ahora viene con la partitura del Concierto 1º de piano de Brahms en la cabeza. Lo interpreta hoy y mañana con la OrquestaSinfónica de Castilla yLeón, en el programa inaugural de la temporada.

«El gran desafío de este concierto es combinar su enormidad sinfónica con sus pasajes camerísticos, más íntimos, tocar con toda la orquesta y los solos con cada instrumento. Equilibrar ambos lenguajes es el reto del pianista», dice el músico inglés. Hijo de un estibador, sin antecedentes musicales en la familia, Lewis se acercó a la música con la única brújula de los fondos fonográficos de la biblioteca municipal de Huyton. Desde los ocho años centró su atención en los compositores que luego le han obsesionado. Cuando sus coetáneos aprendían las letras de Morrisey, él comenzó en la escuela de música.

Ha pasado lustros dedicado a Schubert y a Beethoven, con la marca de un maestro muy especial, Alfred Brendel. El autor de De la A a la Z de un pianista le inoculó la idea del instrumento al servicio de una causa mayor, «es un gran ejemplo de artista que se siente primero de todo músico y después pianista. Es decir, que el instrumento está al servicio de la música, en ese orden de prioridades». Brendel es además una rara avis capaz de «hablar y escribir sobre sus ideas musicales. Esa es una habilidad que no todos los músicos tienen». El otro legado del mítico pianista es el interés por conocer todo lo que rodea la partitura.

«Tengo 42 años, estoy más o menos en la mitad de mi vida, en la que me he dedicado a algunos compositores. Hay mucho que conocer, cuando te centras en ellos y a pesar de que lleves años, siempre descubres cosas nuevas. Por supuesto que hay que dominar técnicamente la obra, pero en lo demás, la música es inabarcable, infinita, nunca acabas de hacerla tuya». El único pianista que ha hecho todos los conciertos de piano de Beethoven en los Proms, reconoce que «es difícil aprehenderlo. Sabes donde quieres llegar y empiezas a recorrer el camino, pero en medio la música te lleva por otros derroteros. Es como si el destino estuviera siempre moviéndose».

Por eso le cuesta escuchar sus discos, «porque esas mismas sonatas las toco hoy de manera distinta, ahora ya no las leo como cuando las grabé. Cada disco fija un momento de la vida». Tan volcado en la musicalidad, Lewis tiene la esperanza de que no se imponga la técnica sobre el sentido, de que los concursos no llenen los escenarios. «Creo que siempre habrá gente que sepa distinguir qué es un músico si lo tiene delante. En mi carrera hice tres o cuatro concursos y a los 22 años lo dejé. Nada de lo que hago ahora está influido o viene de aquello. Los concursos sirven para ganar la liquidez y el título, pero a la siguiente edición se olvida el nombre del último ganador».

Inglés de las cercanías de Liverpool que ahora reside en las proximidades de Londres, ha vivido la votación secesionista escocesa con cierto escepticismo. «No soy nacionalista, no pienso como británico, ni como inglés ni como europeo, quizá aquí haya gente con la que me siento más cercana que los que me rodean allí. La votación responde a una cuestión emocional para algunos escoceses que querían reafirmar su identidad. A mí me da igual. Ojalá no gastáramos tanto tiempo en pensar en fronteras y diferencias y nos centráramos en qué nos une, en qué podemos hacer juntos».

Directores

El maestro cántabro Jaime Martín es el primero en subirse al podio de la Sinfónica de Castilla y León en esta temporada. En su condición de director principal invitado dirigirá dos programas del abono 2014-15. Para este primero ha elegido dos obras por las que la OSCyLha transitado en varias ocasiones con distintos directores. La orgía sinfónica de Los planetas de Holst y el contrapunto del concierto que Brahms escribió impresionado por la enfermedad mental de su amigo Schumann. Quien ha sido flauta solista en varias orquestas inglesas, ha elegido un compositor y un pianista británico para el concierto inaugural.

La otra batuta de referencia de la OSCyL en estos años sin titular está siendo Jesús López Cobos, que se hace cargo de varios programas, entre ellos el del abonado en febrero sabremos qué ha elegido este año el público fiel, y que quiere potenciar a los solistas de la Orquesta.

Estrecha su relación con Valladolid el joven director británico Andrew Gourlay y bajo su batuta tocará una de las artistas en residencia de este año en el Miguel Delibes, Clara Andrada. La flautista salmantina es solista de la Chamber Orchestra of Europe y de la Frankfurt Radio Symphony Orchestra, además de miembro del Cuarteto Hindemith. Aún sin determinar, por problemas de agenda, es la presencia del otro artista en residencia el violinista vallisoletano Roberto González, concertino de la Orquesta de la Accademia Nazionale di Santa Cecilia en Roma.

El siguiente concierto de la OSCyL será el 17 de octubre, un programa vocal con la mezzo Katarina Karnéus y el director Erik Nielsen.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Músicos antes que pianistas

Músicos antes que pianistas