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Cristóbal Halffter ./ R. Margareto
El maestro libre
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El maestro libre

La música de Cristóbal Halffter es un canto constante a la libertad del individuo, una obra interdisciplinar y universal que abarca todos los géneros de la cultura

CESAR COMBARROS , ICAL

Domingo, 1 de diciembre 2013, 18:45

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Para Cristóbal Halffter la vocación nace cuando uno empieza a tener uso de razón. Remontándose en su memoria, recuerda el temprano origen de su pasión por la música: Yo he querido siempre dedicarme a esto. Quiero y seguiré queriendo. Nacido en Madrid en la primavera de 1930 en el seno de una familia musical, sus padres emigraron a Alemania en 1936 huyendo de la Guerra Civil y regresaron a la capital española tras el conflicto.

La influencia de su madre fue decisiva para que decidiera dedicarse a la música. Ella tocaba el piano estupendamente y cantaba muy bien, y me enseñó las primeras nociones de música que aprendí, recuerda. La prematura muerte de la progenitora, cuando él apenas tenía once años, hizo que lo que hasta entonces había sido 'algo más' en su vida se convirtiera en su leitmotiv. Con once años perder a una madre es terrible, y para mí la música se convirtió en una forma de seguir con ella, confiesa.

También fueron una influencia indirecta sus tíos Rodolfo y Ernesto, compositores notables ambos que le hicieron ver a su padre que con la música se podía vivir y ser una persona normal, por lo cual éste no puso ningún inconveniente en la decisión del joven y le apoyó desde el principio. Fue algo muy de agradecer, porque en una familia 'normal' española si un niño decía que quería ser compositor, antes de nada le llevaban al psiquiatra para estudiarlo..., bromea ahora.

Halffter estudió Composición con Conrado del Campo en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, donde se graduó en 1951, a la vez que completaba su formación con Alexandre Tansman y André Jolivet. Está considerado el principal representante de la Generación del 51, el grupo de compositores que introdujo en España la modernidad en el campo de la música.

Trabajó en Radio Nacional de España y estudió dirección de orquesta, a la vez que cosechaba rotundos éxitos con 'Antífona Pascual' (1952) y se alzaba con el Premio Nacional de Música por su 'Concierto para piano'. En su vasta trayectoria se mezclan la atonalidad, el dodecafonismo, el serialismo, las músicas concreta y electrónica, y también el uso de las formas clásicas.

En 1962 consiguió la Cátedra de Composición y Formas Musicales del Conservatorio de Madrid, centro que dirigiría hasta 1966, cuando dimitió para volcar su carrera en la composición y en la dirección de orquesta. A partir de ese momento su obra fue adquiriendo un enorme reconocimiento internacional, como demuestra el encargo que recibió de la Organización de las Naciones Unidas para crear la cantata 'Yes, speak out, yes', sobre texto de Norman Corwin, para conmemorar el vigésimo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Su vinculación con el Humanismo ha estado siempre presente en su obra, construida a partir de un sobresaliente compromiso social y ético con la sociedad en que vive. Asimismo, la interdisciplinaridad de su trabajo, ligando como pocos diferentes géneros artísticos, ha supuesto una aportación trascendente a la música y a la cultura españolas.

Es un férreo defensor de la necesidad de incluir en el sistema educativo una materia que ayude a los estudiantes a formar su sensibilidad de oír, y un ferviente convencido de que la gran fuente de riqueza de Castilla y León es su vinculación con la cultura. "El futuro de Castilla y León, como el de España y el de Europa, pasa necesariamente por la cultura y no por la economía como algunos creen", afirmaba antes de la actual crisis económica, augurando hace una década: "Si seguimos con este planteamiento consumista mediocre que hemos establecido por todas partes nos irá mal".

Entre su inmenso legado, que incluye más de un centenar de obras, aparecen trabajos como 'Elegía a la muerte de tres poetas españoles' (1974/75); 'Officium defunctorum', para coros y orquesta (1979); el 'Doble concierto para violín, viola y orquesta, Concierto número 2 para violonchelo y orquesta', escrito y dirigido por encargo de la Orquesta de Baden-Baden para Rostropovich (1985); 'Tres poemas de la lírica española', para barítono y orquesta (1985-86), escrito por encargo de la Orquesta Filarmónica de Berlín; 'Concierto para piano y orquesta' (1987); 'Mural sonante' (1993), 'Memento a Dresden' (1996); su ópera 'Don Quijote', que se estrenó en el año 2000 en el Teatro Real de Madrid; 'Ecos de un antiguo órgano' (2001); 'Adagio en forma de rondó' (2003) o 'Cuatro madrigales para la Orquesta de Valencia' (2005).

En repetidas ocasiones ha actuado como director al frente de las más importantes orquestas mundiales: Filarmónica de Berlín, Orquesta de la Radio de Baden Baden, Tonhalle de Zürich, Nacional de Francia, Nacional de España, Sinfónica de Londres, Hamburgo...

Posee desde 1981 la Medalla de Oro de las Bellas Artes y en 1983 fue nombrado miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Es académico de la Academia Europea de las Ciencias, las Artes y las Letras, de París, y desde 1985 de la Akademie Der Künste de Berlín. Ese mismo año fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de León. Es Premio Castilla y León de las Artes 1986, y en marzo de 1988 recibió la Medalla de Oro del Instituto Goethe en mérito a su labor cultural en la República Federal de Alemania.

En 1989 fue galardonado nuevamente con el Premio Nacional de Música y entró en la Real Academia de Suecia. En 1994 fue reconocido con el Premio Montaigne de la Fundación F.V.S. de Hamburgo y el Premio de Música Española de la Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero, en 1998 le nombraron Doctor Honoris Causa por la Universidad Complutense de Madrid y en 2009 fue merecedor del Premio Fronteras del Conocimiento.

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