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Cientos de personas disfrutaron ayer en Valladolid del gusto por la lectura y se atrevieron a practicar el 'bookcrossing', una novedad para muchos, una costumbre para otros. La peña Los Comuneros organizó la Quinta Liberación Masiva de libros. / H. SASTRE
Se abre la veda del libro
VALLADOLID

Se abre la veda del libro

Cientos de personas se animaron ayer a practicar 'bookcrossing' en la quinta liberación de ejemplares

OLALLA MARTÍNEZ

Domingo, 13 de septiembre 2009, 12:08

¿Qué haría usted si se encontrase un libro en un banco, en la estación de autobuses o en la mesa de una cafetería? (y no, no es la opción B: quedárselo para uno mismo) ¿Le ha pasado alguna vez? Pues cuidado a partir de ahora, ándese con ojo porque en cualquier momento 'caza' un ejemplar como se dice en el argot del 'bookcrosser'. Y el que avisa no es traidor.

¿Y qué es eso del 'bookcrossing' se preguntará ahora que está sobre aviso del peligro? (tranquilidad, que la caza es sin armas). Pues nada más y nada menos que un intercambio de libros tipo tú dejas uno, yo cojo otro, el de más allá se lleva tres, con la particularidad de que tras estos movimientos, uno debe visitar la página web: www.bookcrossing-spain.com y seguir las instrucciones para 'fichar' el libro que tiene y que así puedan hacer el seguimiento del mismo.

Lo esencial del 'bookcrossing' es no quedarse con el ejemplar que cada persona elige, si no dejarlo en libertad para que otros puedan salir de caza y disfrutar de los títulos que andan sueltos.

Las fiestas de Valladolid han hecho un huequito para las letras y ayer se celebró la quinta liberación masiva de libros organizada por la peña Los Comuneros. En la plaza de la Universidad se dieron cita experimentados usuarios del 'bookcrossing' y curiosos que querían conocer que es eso de liberar libros, y por qué no, animarse a participar. Y vaya que se animaron.

Niños contentos con sus libros 'Descubre la tierra' y 'Teo se va a la escuela'. Mujeres con su colección de 'El pájaro espino' y ejemplares de tono amoroso. Hombres con 'Ben Hur' bajo el brazo (el de papel, no Charlton Heston). Los más osados, se llevaron hasta bolsas de plástico y cargar así suministros para una buena temporada.

Ayer, este trozo de Valladolid se convirtió en todo un hervidero de letras y personas. Las del abecedario intentaban escapar. Los de carne y hueso buscaban acompañante para un buen rato de lectura. En la ciudad se ha abierto la veda.

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