Hallan en el embalse de Almendra el cuerpo de Carlos Javier López

Los agentes del Seprona de la Guardia Civil, a bordo de una embarcación tipo lancha, han localizado en el agua el cuerpo del hombre cuya desaparición fue denunciada el pasado día 29. Tan solo un día después, los esfuerzos por dar con él se centraban en el embalse de Almendra, al avistar el helicóptero el coche propiedad del hombre estacionado en las inmediaciones del pantano.

La presencia del turismo, un Opel Astra de color azul oscuro en esta presa, en el límite entre Salamanca y Zamora, centró los trabajos de rastreo en la zona en un caso que fue clasificado por la Guardia Civil «de riesgo elevado y alta vulnerabilidad» una vez que activó el protocolo por la desaparición.

Desde hace una semana estaban trabajando en el pantano los Grupos de Actividades Subacuáticas (GEAS) de Valdemoro, Madrid, Cuenca y Valladolid, que se iban turnando en distintas jornadas de búsqueda para realizar de la forma más efectiva las inmersiones. Asimismo, en las últimas jornadas de rastreo se había empleado la ayuda de un robot subacuático con cámaras para gran profundidad y de un grupo cinológico con perros especialistas en búsqueda de cadáveres sumergidos. Aunque en un primero momento se pensó que la búsqueda podría prolongarse meses , por el volumen de agua actual, finalmente este sábado encontraban a Carlos Javier. Tras localizar su cuerpo se ha activado la comisión judicial para el levantamiento del cadáver y el posterior traslado al Instituto Anatómico Forense de Zamora, donde se practicará su autopsia.

La desaparición de Carlos Javier López había generado desde el primer momento mucha preocupación en el pueblo donde residía, de apenas 113 habitantes, donde le definían hace apenas unos días como «una buena persona». Explicaban algunos vecinos que, «era muy callado y que apenas participaba en la vida social del pueblo». Los vecinos de Arquillino aseguraban con la incertidumbre de la desaparición que «no tenía enemigos» y que últimamente «centraba su tiempo en ir a ver a su padre a una residencia cercana». Carlos Javier era pequeño de tres hermanos con los que mantenía buena relación y el único (junto a su sobrina) que vivía todavía en el pueblo en el que se criaron en la casa familiar.

El mismo jueves en el que fue encontrado Alejandro Aranda desaparecía en el río Carrión, en Palencia, un joven de 16 años de origen colombiano que se encontraba visitando la ciudad y de una tarde en el río con su hermano gemelo y con el resto de su familia. El joven decidió refrescarse en el agua pero poco después de nadar durante unos minutos y según algunos testigos, se había quedado sin fuerzas y posteriormente se había hundido sin que nadie pudiese socorrerle.

Alertaron a emergencias de inmediato pero los Bomberos de Palencia con dos lanchas y con grandes pértigas peinando el río no pudieron dar con él. Incluso las labores de búsqueda continuaron sin éxito durante la noche pero el menor no fue hallado hasta la mediodía del viernes 11 de abril por el equipo especializado en actividades subacuáticas de la Policía Nacional de Madrid y apenas a 20 metros de donde se le vio por última vez en el embarcadero situado detrás del Complejo Deportivo Eras de Santa Marina. La familia y los conocidos esperaban por la zona acordonada por la Policía y tuvieron que ser atendidos por los psicólogos del equipo del Grupo de Intervención Psicológica en Desastres y Emergencias