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Ángela Bellido, vecina de Barrio de Rábanos, ameniza el paso de las horas tejiendo en el albergue habilitado en Benavente. Alberto Mingueza

Zamora

La Alta Sanabria, pendiente del viraje de las llamas: «El pueblo está invadido de humo»

171 personas de nueve municipios de la zona han pasado la noche en el albergue habilitado en Benavente, a la espera de recibir noticias de cuando podrán volver a sus casas tras una noche en la que se ha impedido que el fuego avanzara hacia la localidad de Vigo

Jenifer Santarén

Benavente

Martes, 19 de agosto 2025, 15:25

«Decimos buenos días por decir algo, pero no son buenos», anuncia, ante la presencia de dos agentes de la Guardia Civil, Antonio Martínez, de ... 74 años, vecino de Barrio de Rábanos. «Bueno, va la cosa mejor», le replica la patrulla, de servicio en el albergue habilitado en el centro de negocios de Benavente. De momento, le avanzan, el fuego no ha entrado en ninguna de las nueve localidades evacuadas a primera hora de la tarde del lunes, cuando la presencia incesante del humo del incendio de Porto, que atravesaba la frontera entre Ourense y Zamora el pasado jueves, obligó a ordenar el desalojo ayer lunes los pueblos de la Alta Sanabria.

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«No ha llegado el fuego, pero no sé sabe si va a llegar. Tampoco sabemos el tiempo que vamos a estar aquí», lamenta Martínez, visiblemente molesto con una situación, que, a su juicio, han propiciado las trabas burocráticas para desbrozar. «Para limpiar una finca tenemos que pedir permiso y te lo dan cuando quieren. He estado tres semanas para poder podar un roble», se queja, a la par que que recuerda que esta poda ha sido siempre una actividad habitual «para alimentar al ganado». Martínez, que pasea junto a su nieta Ainoa y su perro Duki, a las afueras del albergue habilitado en Benavente, tuvo que abandonar ayer Barrio de Rábanos, preso de una nuble de humo irritaba los ojos de jóvenes y mayores y dificultaba el respirar.

En total son cerca de 8.000 personas las que han tenido que buscar donde pasar la noche, muchas menos de las censadas en un enclave turístico con pocos residentes, pero altamente ocupado estas fechas. La mayoría han buscado refugio en hoteles o casas de familiares y allegados, mientras que 171 personas llegaban ayer en autobuses y vehículos privados al centro de negocios de Benavente, con capacidad para acoger a más de 500 afectados. Pese a estar a menos de la mitad de su capacidad, este lunes por la mañana se habilitaban nuevas camillas, pues la imprevisbilidad de las llamas obliga a estar preparados para cualquier emergencia. Son, a mayores de las ya desalojadas, seis localidades las que permanecen en pre-alerta de evacuación, ante un posible viraje del viento. Por el momento la previsión de Cruz Roja es que esta noche permanezcan allí en torno a 169 personas

La noche ha transcurrido tranquila, pero se respira una calma tensa. Sin noticias de cuando podrán volver a sus casas, trasciende que el fuego no ha alcanzado ninguno de los pueblos evacuados y que el frente ya avanza lejos de sus casas. Una bocanada de esperanza después de que el pasado lunes los bulos desataran el pánico en el albergue. «Hubo algún vídeo de que se estaban quemando las casas y provocó un momento de caos, que conseguimos controlarlo. De momento la emergencia es el humo», confirma un miembro de Protección Civil.

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Entre los realojados en Benavente, son mayoría los procedentes de Vigo de Sanabria, una de las localidades más amenazas por el avance de las llamas y donde esta noche se han centrado las labores de extinción. «He hablado con un primo que se ha quedado y dice que la noche ha sido buena», explica José Antonio Garcia, de 42 años. Residente en Barcelona, pero veraneante en este pueblo de en torno a 200 habitantes censados, se muestra crítico con la falta de información sobre la situación del incendio: «veíamos humo pero no sabíamos de donde venía el fuego, tenemos casas allí y queríamos saber si corrían peligro».

«Hubo algún vídeo de que se estaban quemando las casas y provocó un momento de caos, que conseguimos controlarlo. De momento la emergencia es el humo»

Protección Civil

Lamenta también la falta de prevención en una zona donde la abundante vegetación es «un problema». Y coincide con Martínez, el paisano de Barrio de Rabanales, en narrar dificultades para conseguir los permisos necesarios para realizar tareas de desbroce en un paraje natural donde las llamas han calcinado ya más de 10.000 hectáreas, según las primeras estimaciones satelitales. A todo ello se suma la falta de medios que lo lleva a entonar el afamado «solo el pueblo salva al pueblo». En Porto, de donde es su familia materna «se quedaron bastantes personas y son los que lo han salvado».

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En unas camillas cercanas, la familia de Luis Guilder Olivar, tratan de tranquilizar a Luna y Petro, dos gatitos de pocos meses que han acompañado hasta el albergue a esta familia de colombianos, que apenas llevaban dos semanas viviendo en la localidad de Vigo de Sanabria, cuando ayer se vieron sorprendidos por la llegada de una nube de humo «que ha invadido el pueblo». Procedentes de Gran Canaria, llegaron a Vigo buscando un lugar tranquilo en el que prosperar por recomendación de un primo. Una ansiada calma que se vio perturbada en la tarde del lunes: «Lo hemos vivido con mucho susto, angustia y preocupación». Como el resto de los vecinos, permanecen a la espera de saber cuando podrán volver a la localidad, aunque se muestran agradecidos por la atención recibida desde que salieron de su casa en torno a las tres de la tarde: «Nos han tratado muy bien, no nos ha faltado de nada».

Coincide en el agradecimiento Ángela Bellido, de 81 años, natural de Barrio de Rábanos, donde, conserva una casa que está pensando en poner a la venta. Con su domilicio habitual en Llanes (Asturias), los achaques de la edad hacen menos asiduas las visitas a un pueblo con el que se muestra muy implicada. Sobre la camilla habilitada por Cruz Roja, en la que esta noche no ha podido conciliar el sueño, teje unos muñecos que serán sorteados en las fiestas del municipio «el último finde de agosto» y cuya recaudación va destinada a organizar actividades para el disfrute de los más pequeños.

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«Nos han dicho que nos desalojaban por el humo y por el riesgo del fuego», asegura la octogenaria, que ha venido preparada para pasar «tres días» fuera de casa. Son pocos los que han venido de su pueblo «otros cuatro o cinco» pero apunta a que son muchos más los evacuados. «Yo quería ir al Puebla pero nos dijeron que estaba lleno». La alternativa a este albergue planteada por su hija era el regreso a Asturias, pero afirma querer estar cerca de casa.

Por el momento, la evolución del incendio ha sido favorable, ya que a diferencia de las jornadas anteriores, las condiciones atmosféricas, con una "mayor visibilidad, temperaturas mucho más bajas y humedad relativamente más alta" han favorecido la labor de los medios de extinción, según informa desde el Puesto de Manda Ignacio de la Fuente, técnico de enlace de la Junta de Castilla y León. No obstante, se espera un cambio en las rachas de viento a lo largo de la la tarde, que podría complicar las labores de control del incendio y por ende, la vuelta a las localidades de los vecinos evacuados.

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