Valladolid

Vecinos de Isabel la Católica piden el cierre nocturno del 'skatepark' y control del botellón

En un escrito firmado por el presidente de estos residentes, los afectados manifiestan su «profunda preocupación» ante el incremento de los problemas de ruido y actos vandálicos que padecen principalmente los fines de semana.

Según consta en la reclamación, los focos principales de las molestias se concentran en el parque de La Rosaleda, en la pista de skate y en los bares próximos a sus viviendas. En el primer caso, la presencia constante de grupos de jóvenes celebrando botellones, así como el posterior tránsito de estas pandillas de chavales hacia las zonas de ocio nocturno de la calle San Lorenzo y la plaza de Coca derivan en comportamientos vandálicos que les repercuten directamente.

«Ya no solo son los gritos y los cánticos hasta altas horas de la madrugada, sino que hemos sufrido rotura de cristales, destrozos en el mobiliario urbano y micciones en los portales», explica una de las portavoces de la comunidad, que se ha movilizado ante «la falta de respuesta municipal».

A esto se suma que algunos jóvenes en estado de ebriedad se dedican a tocar los porteros automáticos con llamadas que se prolongan en algunas ocasiones hasta las cinco de la madrugada. «Nos afecta gravemente a nuestro derecho al descanso, además muchos de nosotros trabajamos al día siguiente y no podemos pegar ojo», lamentan.

Los afectados se fijan también en el uso de la pista de skate dedicada a Ignacio Echevarría, el héroe del monopatín asesinado cuando protegía a víctimas del atentado ocurrido en Londres el 3 de julio de 2017. Abierta tras el verano de 2021, esta instalación en la que se invirtieron 330.000 euros se ha convertido para ellos en un incómodo foco de molestias durante las noches. «El uso de monopatines y patines genera golpes constantes contra la superficie, lo que provoca un impacto acústico considerable y permanente que perturba gravemente el descanso de los vecinos», según inciden.

Así, reclaman el incremento de la presencia policial con patrullas más habituales por un entorno que ya es conocido por ser escenario de consumo de alcohol desde hace décadas por parte de los más jóvenes. Por otro lado, subrayan la necesidad de establecer una regulación horaria de la pista de patinaje, que impida que pueda ser utilizada durante las noches. Para ello proponen establecer una señalización visible pde manera que los usuarios sepan en qué horario pueden patinar y cuándo no deben hacerlo para evitar perjuicios a los vecinos.

La comunidad de propietarios presentó la queja el pasado 11 de abril y aún no han recibido contestación. En principio, deberían intervenir dos concejalías. En el caso de la petición para incrementar la presencia de agentes del cuerpo local, corresponde al área de Salud Pública y Seguridad, mientras que en el caso de la pista de patinaje la decisión correspondería a Tráfico y Movilidad al tratarse de un espacio público.

Esta reclamación por parte de los vecinos de la céntrica arteria se suma a las que viene realizando en los últimos meses la Asociación de Vecinos Zona Centro. La entidad pone el foco en dos cuestiones principalmente. Por un lado, el control de las terrazas hosteleras para evitar que se coman el espacio público y, por otro, un control estricto de los locales nocturnos que funcionan como 'after', es decir que permiten seguir la juerga hasta bien entrada la mañana.

En el primer caso, Jesús Guinea, secretario de la entidad, explica que han solicitado al Ayuntamiento que mientras se elabora el estudio para reorganizar estos montajes hosteleros de exterior se reduzca el tamaño de algunos, especialmente en las zonas más saturadas. De momento, el Consistorio ha emitido una instrucción en la que se advierte de que hasta que no esté finalizado ese plan solo se autorizarán terrazas ligeras, es decir mesas, sillas y sombrillas sin ningún tipo de plataforma añadida para permitir su rápido desmontaje.

Repecto a los 'after', llevan esperando más de tres meses a que la Junta de Castilla y León aplique la nueva regulación horaria, que obligará a que pasen seis horas (ahora son cuatro) para que un establecimiento con doble licencia, de bar de copas y cafetería, pueda abrir de nuevo sus puertas de manera que se impida que los más juerguistas empalmen la fiesta hasta bien entrada la mañana, como sucede en algunos locales de la zona de San Miguel.

«Ya hemos pedido en una reunión que el Ayuntamiento se adelante y aplique esta medida en las zonas acústicamente saturadas», apunta Guinea, quien señala que los clientes de estos establecimientos deambulan luego por estas calles en «condiciones deplorables». La cuestión es que en las zonas acústicamente saturadas este tipo de locales no puede abrir hasta las ocho de la mañana para desanimar a los más fiesteros y que se vayan a sus casas ante la falta de oferta.

Esta asociación asegura estar «muy decepcionada» con la actuación municipal en el control del ocio nocturno en general. «No somos cuatro viejos cabreados que estamos en contra de la hostelería, ni mucho menos, pero los vecinos tenemos también derecho al descanso, es un problema de convivencia y civismo y las administraciones no están actuando como deberían», subraya. Así, incide en que ya hay declaradas dos zonas ZAS -Coca y San Miguel- y las medidas que deberían regirlas no se aplican. Ahora está en estudio Cantarranas y también se plantea esta figura para el entorno de la Catedral. Ocio nocturno, sí, pero con un mayor control y vigilancia, subrayan los residentes del cogollo de Valladolid.