Valladolid

Los vallisoletanos pasan al año 54 horas atrapados en un atasco: lo peor, los viernes al mediodía

Desde la empresa que ha elaborado este estudio recuerdan que el tiempo que los conductores invierten mientras circulan por cada una de estas ciudades depende de varios factores. En primer lugar están los estructurales, vinculados con las infraestructuras viarias (si hay calles de doble carril, trayectos alternativos, cómo es la capacidad de las vías y cuál es su límite de velocidad). Pero también influyen -y mucho- factores coyunturales, como las obras, los atascos provocados por un accidente o el mal tiempo (los días de lluvia, es bien sabido, la cosa se complica).

Con estos criterios como punto de partida y a partir de los datos recogidos en los navegadores, desde TomTom han fijado dos clasificaciones. La primera hace referencia a los atascos generalizados, a esas ciudades que sufren un tráfico infernal de continuo, lo que está conectado con una enorme presión de vehículos que las infraestructuras no son capaces de asumir. En este sentido, Valladolid sale bastante bien parada. Ocupa el puesto 437 de las 500 ciudades del mundo analizadas (la número 18 de las 25 españolas). La peor de todas es Ciudad de México, seguida por Bangkok. En España, Barcelona. Eso sí, Valladolid en este punto podría mejorar. Un ejemplo claro sería la intervención en la glorieta de San Agustín, punto habitual de complicaciones, sobre todo en hora punta.

Pero merece la pena fijarse en el segundo indicador, que es el que analiza la ralentización del tráfico, el nivel de congestión provocado por circunstancias temporales, como las obras. En este sentido, la situación en Valladolid ha empeorado durante el último año y se coloca como la ciudad número 213 con dificultades en la fluidez de la circulación.

Para obtener estos datos, desde TomTom han calculado el tiempo medio que se tarda en recorrer una determinada distancia cuando no hay apenas vehículos por la calle y, por lo tanto, se puede circular de forma fluida. Con ese valor como base (que suele coincidir con las cuatro o las cinco de la madrugada, cuando apenas hay tráfico en las calles), se han analizado los datos reales obtenidos de los navegadores a lo largo de toda la jornada. Así, se ha podido determinar cuáles son los momentos más complicados en la ciudad y cuánto tiempo de más han tenido que pasar los conductores atrapados en unos desplazamientos que, en condiciones óptimas, se podrían haber hecho de forma más rápida. Por eso, aquí influyen las obras y otras cuestiones circunstanciales (cortes de calles, días de lluvia o, incluso, manifestaciones). Valladolid se colocó el año pasado como la tercera ciudad donde más aumentó el impacto todo esto en el tiempo gastado por los conductores. Treinta segundos más en el coche para cubrir diez kilómetros. Solo por delante de la capital vallisoletana, en el agravamiento de la situación, se colocaron Barcelona (50 segundos más) y Valencia (40 segundos).

El informe dice que los vallisoletanos tuvieron que invertir, de media, 20 minutos y 5 segundos en cubrir diez kilómetros de recorrido por la ciudad. Valladolid ocupa la posición número 12 entre las 25 ciudades españolas analizadas. Disfrutan de un tráfico más fluido capitales como Córdoba, Bilbao, Oviedo o San Sebastián. Pero la circulación se hace todavía más tediosa en núcleos como Zaragoza o Sevilla (más de 21 minutos), Madrid (24 minutos y 44 segundos), Valencia (26 minutos y 18 segundos) y, especialmente, Barcelona, donde los conductores tuvieron que invertir 31 minutos y 13 segundos en cubrir esos 10 kilómetros de referencia. Eso sí, a pesar de que esto ha empeorado, Valladolid todavía disfruta de un nivel de congestión que está entre los mejores de las ciudades españolas analizadas. Las dificultades se han cifrado en el 18% (el tiempo de más que se ha gastado respecto a un recorrido sin tráfico). Son tres puntos porcentuales más que el año anterior. Empatada con Gijón o Vigo, ocupa el cuarto lugar entre las ciudades menos afectadas, con solo mejores datos en Cádiz, Bilbao y Córdoba.

Pero esta media del 18% de demora no se da forma uniforme a lo largo del día. Hay momentos específicos en los que la cosa se complica. Son las horas punta. Este estudio de TomTom también consigna cuáles son esos momentos en los que el tráfico se vuelve más difícil en la ciudad.

Para ver esto, nos fijamos en lo ocurrido durante las últimas jornadas en Valladolid. Hemos seleccionado para este estudio los datos recabados entre el jueves 20 y el miércoles 26 de febrero. El momento más cruel para los conductores se produjo el viernes a las 13:00 horas. Ese día, a esa hora, una persona al volante gastó algo más del doble de tiempo (52%) en hacer el recorrido en su coche de lo que sería normal sin tráfico. Esas horas del mediodía (entre las 13:00 y las 15:00 horas) son especialmente complicadas (coinciden con la salida de trabajos y colegios). En cabeza se sitúa también la horquilla entre las 8:00 y las 9:00 horas (especialmente los lunes y martes) y la presión del tráfico es muy alta además los viernes por la tarde (entre las 19:00 y las 20:00 horas). El análisis de TomTom refleja cómo la presión del tráfico desciende durante los fines de semana y es casi inexistente de madrugada.

Esta congestión impacta de lleno, claro, en la velocidad. Los conductores tuvieron que circular más lento por Valladolid durante 2024. La velocidad media se situó en 29,9 kilómetros por hora (0,9 menos que en 2023), pero en esas horas más complicadas (como el viernes al mediodía), se rebajó a los 25 por hora. Sí que se pisó más el acelerador de madrugada, con velocidades por encima de los 40 kilómetros por hora entre las cinco y las seis de la mañana.

El estudio de TomTom refleja también lo ocurrido por meses. Y aquí se aprecia cómo las congestiones de tráfico se relajan en julio y agosto… y se complican a finales de año. La situación ha estado especialmente complicada en Valladolid desde el otoño y se acentuó especialmente en diciembre, cuando el tráfico se ralentizó incluso seis puntos porcentuales con respecto al mismo mes de 2023.

¿Qué pasó el año pasado para que se complicara el tráfico por la ciudad? Pues que han coincidido varias obras en puntos críticos de la ciudad. La más aparatosa es la que todavía afecta al Arco de Ladrillo, que desde el pasado mes de junio cuenta con dos carriles menos (uno en cada sentido de circulación) mientras se ejecutan las obras de consolidación del viaducto. Durante ocho meses (hasta su reapertura en diciembre) estuvo cerrado el túnel de Labradores, lo que obligó a los conductores a dar rodeos en busca de alternativas para cruzar las vías. En Delicias, también afectaron los tres meses de obras en la calle Ebro o la clausura durante casi dos meses de la calle Transición.

El paso inferior de Padre Claret abrió el 7 de agosto, que provocó el corte de la calle Estación durante la primera mitad del año. Las obras eternas en la avenida de El Norte de Castilla provocaron también (sobre todo en primavera) atascos en el polígono de Argales. Y hay que sumar las obras de remodelación de la ronda interior VA-20, que desde septiembre ha afectado a carriles de circulación, y los cortes motivados en la zona oeste (Huerta del Rey y Parquesol) por la construcción de la red de calor. Además, claro, de los cortes puntuales por reurbanización o asfaltado de calles.

El PSOE ha asegurado que «la deficiente planificación de las obras ha generado colapsos innecesarios en puntos clave, con la ausencia de planes alternativos de movilidad». Además, entienden que el Ayuntamiento carece «de un plan integral para reducir la dependencia del vehículo privado, especialmente el coche», con la «eliminación de varios kilómetros de bus taxi, la falta de inversión en carriles bici y la escasa apuesta por zonas peatonales».

Pero, junto a las obras, hay otras incidencias que impactan en el tráfico. El peor día para circular por Valladolid, de acuerdo con estos datos de TomTom, fue el viernes 2 de febrero. En hacer diez kilómetros se tardaron 23 minutos y 58 segundos, el 37% más de lo habitual. ¿Qué ocurrió ese día? Medio millar de tractores salieron a las calles (en una concentración al margen de las organizaciones agrarias) y colapsaron Valladolid. No fue la única jornada complicada con los tractores en la calle. También hubo movilizaciones entre febrero y marzo.

Si nos fijamos no solo en la capital, sino en el conjunto del área metropolitana, la situación se complica un poco. La llegada de vehículos, desde localidades como Arroyo o Laguna, dificulta el tráfico en los accesos a la capital. Así, Valladolid y su área metropolitana suben del duodécimo al séptimo lugar de las áreas más congestionadas (aquí Cádiz se sitúa en primer lugar). Los conductores tardan, de media, 15 minutos y 44 segundos en cubrir 10 kilómetros (el mismo tiempo que el año pasado).