Los vallisoletanos se despiden del Papa Francisco: «Transmitía cariño y serenidad»

«Era una persona que emanaba cariño, serenidad y paz. Sencillo y cercano». Así lo define Rosa María Carrier, de 59 años, que ha sido una de las primeras personas en acudir esta mañana a la sede del Arzobispado para plasmar en el libro sus buenos deseos para la vida eterna de Francisco, segura de que el señor lo acogerá «con los brazos abiertos». Lo ha hecho acompañada de su hijo, Daniel Arauso, de 18. «Yo también vine cuando falleció Juan Pablo II, pero él no había nacido y quería que también tuviese esta experiencia», explica la mujer. Para Arauso es su referente eclesiástico, ya que lo ha acompañado «desde los seis años». «Ha sido usted un gran Papa, gracias por todo de corazon», rezaba un manuscrito junto a su rúbrica.

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El libro lo inauguraba la firma de Luis Arguello, que destacaba la partida del papa Francisco «en el día de la Pascua, lunes de la victoria», tras la resurrección de Cristo. Seguido por un extenso manuscrito del alcalde, Jesús Julio Carnero, con el que ha agradecido a Francisco su «bondad ejemplar» por «acordarse siempre de los más necesitados».

Antes de la clausura allí se han desplazado también para dejar plasmado por escrito su pesar el presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Iscar, que ha coincidido el dirigente autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, quien tampoco ha escatimado en las palabras dirigidas al padre yacente.

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Lo ha hecho en representación del «sentir mayoritario de los castellanos y leoneses», a los que hoy embarga «una emoción y tristeza por la pérdida de su santidad». «Hoy sentimos un dolor irreparable por la perdida de una de las personalidades más relevantes del mundo en el que vivimos», aseveraba, en un mensaje en que ha dirigido también sus «condolencias y solidaridad» a «todos los miembros de la Iglesia, al presidente de la Conferencia Episcopal y al nuncio del Vaticano en España». «Sin duda y con gozo ha recibido en sus brazos a su santidad», concluía el presidente autonómico, que el pasado martes anunció su ausencia en la celebración de Villalar en señal de duelo.

En total, en torno a una veintena de personas se han acercado esta mañana al Arzobispado para llevar su mensaje a Roma. Otra decena ha hecho lo propio en el Centro de Espiritualidad, que estará abierto hasta las nueve y media de la noche, para quienes quieran expresar su pesar por la muerte de Jorge María Bergoglio en horario de tarde. Los actos de despedida proseguirán el próximo lunes, cuando la Santa Iglesia Metropolitana de Valladolid acogerá una misa por «el eterno descanso del Papa Francisco», según han anunciado esta mañana. El acto religioso tendrá lugar a las ocho de la tarde y será presidido por Luis Arguello, quien ha llamado a participar del mismo «al conjunto del clero, religiosos, religiosas y fieles».