Vallisoletanos por el mundo
El vallisoletano que convirtió su hobbie en su profesión en Austria: «Soy entrenador de baloncesto a tiempo completo»
Secciones
Servicios
Destacamos
Vallisoletanos por el mundo
El vallisoletano que convirtió su hobbie en su profesión en Austria: «Soy entrenador de baloncesto a tiempo completo»Lo que empezó como un hobbie adolescente se ha convertido en un trabajo profesional a tiempo completo en Austria. La historia de vida de Andrés ... García, natural de Laguna de Duero, no se entiende sin el baloncesto como hilo conductor. A sus 25 años presume de ser entrenador de la cantera del Club Bosco Bulls en la ciudad de Kapfenberg en Austria. Años atrás el joven entrenó al club deportivo San Agustín y al club deportivo El Pilar en Valladolid. «Toda mi vida he estado pensando sobre si el baloncesto podría ser mi trabajo a tiempo completo y no solo un hobbie», detalla el joven de 25 años, que lleva desde febrero de este año fuera de España.
Graduado en Educación Primaria por la Universidad de Valladolid, «con mención en Educación Física e Inglés», Andrés García cursó su último año de carrera en Italia, más concretamente en Bari. «Esa fue la primera vez que estuve viviendo fuera de casa». A su regreso a España, el joven cursó el Máster en Ato Rendimiento Deportivo por el COE, Comité Olímpico Español y el Máster en Nutrición Deportiva y Coaching Deportivo. «He trabajado como profesor en el colegio San Agustín, la Salle y El Pilar antes de comenzar mi etapa como entrenador de baloncesto».
La oportunidad de desarrollar su experiencia de manera profesional y fuera de España llegó la mano de la Federación de Baloncesto de Castilla y León. «Nos enviaron un correo a todos los entrenadores de la Comunidad Autónoma ofreciendo un puesto como entrenador en Kapfenberg, Austria. Yo apliqué a ver si sonaba la flauta aunque este año tenía un puesto como profesor en el colegio del Pilar. Tras unas cuantas entrevistas, me ofrecieron el puesto y lo acepté», recuerda el joven que actualmente reside en Austria.
Una noticia que pillaba por sorpresa a sus familiares y amigos. «Lo recibieron con alegría, pero a la vez tristeza. Supongo que ver marchar a un hijo siempre da pena, y no es cambiar solo de ciudad, sino también de país. Pero a la vez, contentos por la oportunidad que se me cruzó en el camino», detalla Andrés García, quien añade que lo primero que metió en su maleta fue «mi tacita para el café, fotos, libros, mis silbatos, mi pizarra de entrenador y mis bufandas del Real Valladolid, San Agustín y El Pilar».
Son 2.239 kilometros la distancia que separa Valladolid de Kapfenberg (Austria) y muchas las diferencias con España. «Cuando pise Austria por primera vez el shock fue importante. De pronto llegas a un nuevo país, una nueva ciudad, un nuevo club profesional, donde ahora el baloncesto y el ser entrenador iba a ser mi trabajo y no solo un hobbie», especifica el entrenador de baloncesto. Y con el shock llegaron las nuevas responsabilidades: «De repente me convertí en el primer entrenador del grupo U16 masculino (cadete), U19 masculino (junior), segundo entrenador del segundo equipo del club, los cuales juegan en la segunda división austríaca y entrenador de la academia, con grupo reducido de jugadores donde se trabaja con ellos individualmente».
Entre las diferencias más significativas respecto a España, Andrés García confiesa que «en este mismo trabajo en España estaría cobrando unos 400 euros y aquí me da para vivir bien, aunque es cierto que hay alguna cosa un poco más cara». Concretamente los billetes de autobús urbano en Austria «cuestan 3,10 euros» y las frutas y verduras «son bastante más caras y proceden de España la gran mayoría».
Su día a día en Austria comienza temprano, «en torno a las 6:30 de la mañana». «El primer entreno de la mañana es a las 07:40. Después a las 09:00 entro a la oficina y preparo los entrenamientos, reviso nuestros partidos y veo los de los rivales. Más tarde voy al gimnasio del polideportivo y por la tarde depende del día tengo 1 o 2 entrenamientos. Los miércoles por la tarde nos toca ir a Graz, para entrenar allí, nos llevan en minibús con los jugadores», precisa el vallisoletano.
De Valladolid confiesa echar mucho de menos «el ocio nocturno, los tardeos y el vermut». «En esta ciudad no hay nada de ocio nocturno. No tienen ni discotecas ni zonas de ambiente. Es cierto que es un tema cultural, aquí la gente termina de trabajar o llega el fin de semana y se van a casa, no son como nosotros que nos gusta disfrutar en la calle. Los restaurantes cierran a las 21:00-22:00», confiesa Andrés García.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.