Valladolid

La última lección del profesor que educó el paladar del cine a varias generaciones

Se le quiere mucho a tenor de lo visto en su aula este viernes, cuando sus últimos alumnos le han rendido un homenaje de esos en los que se asoman lágrimas y humedecen ojos. No solo los del profesor, también de los estudiantes y de sus compañeros de profesión. La frase 'te vamos a echar mucho de menos' era la más repetida de los jóvenes. A esa se sumaba la de la jefa de estudios, Leonor Rodríguez, quien apuntaba que «César ha enseñado de cine y de la vida».

Considera imposible resumir sus 34 años de docencia en la Escuela de Arte, pero repite en más de una ocasión que siempre ha intentado transmitir su pasión a los alumnos. «He sido profesor de algo que me apasiona. Seguro que hay alumnos a los que les haya parecido un tostón, pero creo que no me podrán reprochar nunca la pasión e intensidad que he puesto en las clases. No me costaba nada», agrega con el ramo de rosas de papel que sus 'fieles' le han dejado de recuerdo.

Su profesión le ha servido para que este maestro se considere un «privilegiado» por la divulgación del cine como arte y el trabajo de los grandes cineastas. «El cine se asienta en tres patas: es un espectáculo, una industria y la tercera pata, la menos garantizada, es que una película sea una obra de arte. Es ahí donde nos hemos empleado a fondo estos 34 años», añade durante una de sus últimas clases.

Sin considerarse un profesor de película, «simplemente apasionado», César deja una reflexión de la evolución de las grandes plataformas de 'streaming'. «Se está produciendo un proceso de regresión previo al cinematógrafo de los hermanos Lumiere, que fue el quinetoscopio de Edison. Diseñó un aparato de consumo individual porque pensaba que iba a ser más rentable. Los hermanos Lumiere dieron con la clave de que el cine podía ser un producto para consumir en compañía en una sala de cine. En cambio, Edison pensaba que eran más rentables los aparatos individuales. Estamos volviendo al consumo individual. El sistema está mutando. Los exhibidores son héroes por intentar mantener las salas abiertas. Es cada vez más complicado», reflexiona César Paunero.

¿Y ahora qué?, se pregunta el futuro recién jubilado. Pues además de visitar la máquina de café con asiduidad para ver a antiguos compañeros y alumnos, disfrutará del tiempo de otra forma, sin la exigencia de unos horarios estrictos. «Soy una persona curiosa, no me voy a tumbar a la bartola», concluye.