El turismo cierra un año «catastrófico» en Valladolid: perdió casi medio millón de visitantes

Valladolid recibió a lo largo el año pasado 271.190 personas que se hospedaron en alguno de los establecimientos reglados de la provincia (hoteles y hostales). De ellos, 100.693 llegaron en enero y febrero. Esos dos meses previos a la pandemia acumularon el 35,8%de los viajeros recibidos en todo el ejercicio, cuando en un año normal apenas suponen el 12,9% (y eso, contando con el tirón de Pingüinos). Solo este dato ya da muestra del desastre que vendría después, con varios meses de vacío absoluto.

El confinamiento de la primavera mantuvo cerrados los hoteles de la provincia y tan solo abrieron, de forma testimonial, los que alojaban a trabajadores esenciales (como sanitarios o transportistas). Hay tres meses de la estadística del turismo a cero o sin datos (desde marzo a mayo), con las pérdidas que supuso esto en momentos clave dentro del calendario turístico vallisoletano, con esa pica que supone la Semana Santa. Los mejores indicadores se vivieron en julio y agosto, cuando las restricciones se relajaron después del estado de alarma gracias a la caída de los contagios y de casos positivos. Sin embargo, la llegada de la segunda ola y los sucesivos cierres perimetrales fueron la puntilla.

Al final, el año se ha cerrado con 271.190 turistas (frente a los 755.512 de 2019) y 470.997 pernoctaciones (cuando el año anterior fueron 1.306.231). El descenso ronda el 64% en ambos indicadores para la provincia y es más acusado en la capital (con el 66,9%de turistas menos y una caída del 68,9% en los hospedajes).

Este descalabro estadístico se traslada a números rojos en los negocios. La ocupación media de las habitaciones rondó el 24,19% (tres de cada cuatro estuvieron vacías), cuando el año anterior se alcanzaba un porcentaje del 51,55%. Diciembre ha sido un desierto, con mínimos históricos. La ocupación durante los fines de semana de ese mes (y se incluyen fechas tan golosas como el Puente de la Constitución) fue del 13,51%, frente al 54,11% de 2019.

Ya esto hay que sumar que hay muchos hoteles cerrados, sin prestar servicio y con trabajadores en expedientes de regulación de empleo. Valladolid despidió el año 2020 con 41 hoteles clausurados y 720 empleados menos que en 2019 (cuando había 125 establecimientos abiertos y 1.309 trabajadores activos, según el INE). El presidente de la asociación Hoteles de Valladolid, Francisco Posada, entiende que esa cifra de 41 puede ser elevada –«me parecen muchos»–, pero sí que apunta a los nubarrones del sector. «El fin de semana no se mueve nada. Entre semana, un poco más, porque hay empresas que tienen que seguir trabajando y sus empleados se desplazan», asegura. En fin, un panorama aciago de menos turistas, más hoteles vacíos y, encima, menos rentabilidad por habitación, ya que la tarifa media cayó el 16,92%. De los 57,67 euros que se pagaban en 2019 a los 47,91 de este 2020.

Todo esto junto esboza la delicada radiografía de un sector que pende de un hilo y que reclama políticas públicas que sostegan una actividad con ramificaciones en otros ámbitos, ya que el turismo no solo genera ingresos directos en los hoteles, sino que hay que añadir el impacto en la hostelería (bares y restaurantes), el comercio, el transporte (taxis y gasolineras), el ocio... El Ayuntamiento calcula que, en un año normal, cada persona que visita Valladolid se gasta 87,33 euros al día. La cifra sube si se hospedan en hoteles (122,92 euros)y es inferior cuando se duerme en casas de amigos o familiares (69,67) o se trata de excursionistas que no hacen noche aquí (34,21 euros).

Trasladar esos cálculos a la realidad actual es una quimera. «Es imposible hacer una valoración del daño total», reconoce la concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo, ya que la pérdida no es solo en el número de viajeros, sino en todo lo que lleva asociado. Está claro que un turista hoy gasta menos que uno que que venía otros años:porque se encuentra con restaurantes que solo abren su terraza, con locales de ocio cerrados, con citas culturales restringidas y toque de queda nocturno. Hasta septiembre, las consultas a las oficinas de turismo cayeron el 69%, las visitas a la catedral el 60% y los viajes del autobús turístico, el 79%. Además, los museos de la región cerraron el ejercicio con un descenso de sus visitas del 65%.

«Ha sido un año perdido para el turismo. A nivel mundial, porque aquí no se salva nadie. No hay diferencias entre costa e interior. El sector ha quedado muy deteriorado en todos los sitios», planteó Redondo en la reunión extraordinaria que mantuvo este lunes la Sociedad Mixta de Turismo, con la vista puesta en la «reconstrucción» de los próximos años. «Veníamos de un periodo de crecimiento muy bueno, tanto en el número de viajeros como en su perfil. No solo recibíamos más gente (el 18% más de pernoctaciones desde 2015), sino que se había incrementado su gasto medio (el 45%) y la rentabilidad por turista (32%). «Ahora nos tocará ver qué queda, qué es lo que ha aguantado y cómo se puede rearmar el turismo para el futuro». El plan estratégico diseñado por la Sociedad Mixta, entidad integrada por administraciones públicas y privadas (Cámara de Comercio, asociaciones del sector) tiene la vista puesta en una mejoría a partir de la segunda mitad de este 2021 y, especialmente, a partir de 2022, «cuando las vacunas empiecen a dar resultados y se pueda recuperar la confianza». «Esperemos que 2021 no sea otro año perdido y que en el verano se pueda ver un incremento de la demanda», añade Posada.

A partir de ahí, Valladolid trabajará para «reforzarse» como ciudad de «turismo sostenible», donde tengan peso importante los congresos, reuniones y eventos deportivos («han sido clave en los últimos años), los viajes de fin de semana vinculados a la cultura y el patrimonio, el turismo de compras («anudado a la Navidad») y el idiomático, «donde el sector privado, de las academias jugará un papel fundamental». Y eso, junto a la gran baza de Valladolid en el sector gastronómico y enoturístico.

Las cifras de un año normalizado, prepandémico, dicen que el turismo de congresos genera en torno a 55,4 millones de euros. El 2019 se celebraron 555 citas de encuentros médicos, comerciales o científicos, que reunieron a 69.768 asistentes. Ese impacto económico incluía el alojamiento, la alimentación o las compras, pero también el alquiler de salas y equipos o los servicios de cátering contratados. El 50% de las visitas a Valladolid estuvieron motivados por eventos. El 31,3% apuntaban a visitas a amigos y familiares y el 18,8% se efectuaron directamente vinculados a la oferta gastronómica (con la carta de vinos como el facto mejor valorado por los clientes), según una encuesta municipal del año 2019. La Junta de Castilla y León aprobó la semana pasada tres líneas de ayuda para el sector, por importe de 27 millones, para paliar estos efectos «devastadores» en el descenso de clientes.