El trabajador acusado de grabar imágenes a sus compañeras de Konecta en Valladolid llevaba 20 años en la teleoperadora

El trabajador de la empresa Konecta, L. O. J., que fue detenido la semana pasada por la Policía Nacional por colocar una cámara pequeña en uno de los aseos que la teleoperadora de Vodafone tiene en su sede de Valladolid, llevaba trabajando para esta compañía desde hacía 20 años.

Tanto sus compañeros como compañeras nunca sospecharon que podría cometer tales hechos, ya que le consideraban, a sus 51 años, «como una persona normal y nada conflictiva».

Los agentes de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría de Valladolid le imputan el haber registrado sin consentimiento imágenes del personal femenino y, según figura en el dispositivo que la empresa entregó a la Policía, «de dos mujeres grabadas por debajo de la falda».

Los especialistas en delitos tecnológicos están analizando las grabaciones, el pendrive, varios discos duros y tabletas para obtener nuevas evidencias e identificar a otras posibles víctimas.

La empresa le ha comunicado en esta jornada del miércoles mediante burofax su despido disciplinario por tales hechos, por considerar que cometió una infracción muy grave al realizar grabaciones a personal femenino vulnerando su intimidad, y por transgredir la buena fe contractual.

La dirección de Recursos Humanos se reunió a primera hora de la mañana de hoy con el comité de empresa, para comunicar el despido de L. O. J. que llevaba trabajando desde 1999.

En ese año, Konecta no era la gestora de los servicios telefónicos que se prestan a Vodafone, sino que estuvo contratado por la compañía de telemarqueting Golden Line, que fue adquirida en julio de 2013 por la primera.

Tras esta compra, los 1.200 trabajadores que estaban en la sede del Parque Tecnológico de Boecillo, fueron subrogados a Konecta, que trasladó su centro hasta la calle Oro en el polígono de San Cristóbal.

Según fuentes vinculadas a este suceso, el empleado estaba trabajando en uno de los turnos de tarde en el que la joven localizó la cámara, el martes 8 de octubre, sobre las 21 horas.

En sus indigaciones 24 horas después, la Policía centró las pesquisas sobre él tras conocer que había abandonado su puesto de trabajo en el mismo edificio, al que no acudió el miércoles 9. El investigado desempeñaba tareas de contratación de servicios telefónicos para Vodafone.

La empresa, que anunció que se personará en las diligencias abiertas por el Juzgado de Instrucción número 6 de Valladolid, ha recibido esta semana la confirmación de la identidad del presunto autor, por lo que ha procedido a su despido en el día de hoy.

Para mañana jueves, los representantes de los cuatros sindicatos con representación (CGT, UGT, Comisiones Obreras y CSIF) analizarán lo sucedido la semana pasada, y pedirán a la dirección que adopte las medidas correspondientes para evitar estos casos.

Desde la Sección Sindical de CGT se indicó la necesidad de un protocolo para que la compañía de limpieza revise todos los baños de los servicios que dispone Konecta, donde trabajan unos 1.800 empleados (de ellos unos 1.500 es personal femenino). También para que se den instrucciones a los mandos sobre qué hacer en este tipo de circunstancias.

Los sindicatos han venido denunciando la falta de control de seguridad en los tres edificios que Konecta tiene en Valladolid.

«Tiene que haber un control de los accesos con personal cualificado para ello, porque actualmente no existen ni tornos al entrar», indicaron fuentes sindicales.

El control horario y presencia del personal se realiza cuando el trabajador enciende su ordenador con sus claves personales al comienzo de cada jornada.

«Aunque hay un bedel a la entrada en uno de los tres edificios, si entras con decisión no te para nadie», señalan fuentes sindicales.

La investigación del juzgado, que se ha declarado secreta por el momento, se centra ahora en conocer el alcance de las grabaciones que poseía L. O. J.