«Los taxistas somos incapaces de unirnos y reivindicar»

Su gestión no ha dejado indiferente al gremio. Mientras sus detractores han tratado de desplazarle sin éxito en varias asambleas, este taxista con 31 años de ejercicio profesional ha conseguido renovar con mayorías el apoyo de sus compañeros. «Al que me suceda, le deseo mucha paciencia», dice.

–Lo deja usted después de una década. ¿Por hastío, o por qué no pudo sacar adelante en abril la reforma de los estatutos?

–He acabado muy cansado. Llevo casi 25 años vinculado a la Asociación Provincial, como secretario desde 1995 a 1999, y desde el 2009 como presidente de la cooperativa Radio Taxi. Me marcho por muchas circunstancias, entre ellas porque este es un gremio en el que no he encontrado demasiada colaboración. Algunos socios piensan que la cooperativa es mía, cuando solo he tratado de trabajar por todos. En cuanto a la asamblea de abril, no fue una derrota, ya que la Junta ganó la votación, pero no pudo ejercutarse al no disponer del quórum suficiente de los 2/3. Si muchos compañeros no quieren organizar un calendario de descansos, pues lo respeto. Somos una cooperativa y hay que aceptar el resultado.

–De los diez años, ¿qué destacaría de su gestión?

–Quizás la modernización de la flota de Radio Taxi Valladolid y el conseguir, después de una década, la constitución del Área Metropolitana, que contribuye a realizar viajes por los 24 municipios del alfoz. Me ha faltado fijar unas tarifas fijas, pero pienso que llegarán. Ambas cosas me han supuesto un esfuerzo personal como presidente.

–Ha 'convivido' con dos alcaldes, Javier León de la Riva (PP) y Óscar Puente (PSOE). ¿Qué diferencias ha encontrado?

–Realmente pocas. Los gobiernos municipales están ahí, pero prestan muy poca atención al gremio del taxi. Claro que también los taxistas hemos sido incapaces de unirnos para reivindicar. León de la Riva concedió 20 licencias de taxi, cuando ya comenzaba la crisis, y eso nos hizo polvo. Y con Puente hemos tenido tres años de guerra entre las distintas emisoras, por las 16 horas de descanso, que no ha contribuido en avanzar.

–Y se marcha sin fijar ese calendario de descansos para el sector...

–Afortunadamente en Valladolid no se han implantado las 16 horas de jornada máxima, como algunos compañeros pretendían. Hubiera sido un error. En Madrid se impusieron y ahora pretenden anularlas. En 1995 inicié una batalla por un calendario pactado de descansos y nos lo hemos cargado.

–¿Por qué?

–Porque con las denuncias entre compañeros y la reclamación de las 16 horas, ahora mismo tenemos las 24 horas y 365 días del año para trabajar o descansar. Puede que un día hagamos individualmente una cosa, o la otra, y la ciudad se quede sin servicio.