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El consejero Suárez-Quiñones y el alcalde Jesús Julio Carnero comparte confidencias el día que se reunió la Sociedad Alta Velocidad que se creo para la integración y el ministro Óscar Puente planteó la disolución por la oposición del Ayuntamiento al proyecto. Alberto Mingueza

El Escaño 82

El soterramiento de las vías del tren en Valladolid, una milonga hecha parálisis

Veinte años de promesa de la tuneladora con Javier León plasmados en una deuda millonaria, inasumible para ministros del PP como Ana Pastor e Íñigo de la Serna que impulsaron la integración mediante pasos bajo la vía para deshacer ahora lo andado

Susana Escribano

Valladolid

Sábado, 11 de octubre 2025, 17:39

Yo me llegué a creer que la vía se soterraría a su paso por Valladolid. Era joven y Javier León de la Riva contaba con ... convicción de cosa hecha lo de la tuneladora. Pero pasaron 20 años que dejaron pocos hechos y una deuda monumental. Palabra de político convertida en un mal cuento de la lechera. En este tiempo, además, he informado a menudo de cómo los gestores públicos convertían obras de presupuesto considerablemente menor y envergadura mucho más comedida en eternas. Inacabables.

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Puede servir como ejemplo la reforma del Hospital Clínico de Valladolid, que empezó en 2009 y la Junta de Castilla y León debería haber culminado en 2015 tras una inversión de 120 millones de euros, sin contar derramas. Ahí está el gigante hospitalario, todavía con habitaciones de tres camas en 2025. Apenas ha recibido inversión autonómica para la obra desde 2015.

Nubes en la financiación: la Junta debería poner 392,5 millones de euros en el soterramiento (otros tantos el Ayuntamiento) y dudo de que eso fuera aceptado en otras provincias, incluso por dirigentes del PP

Ese devenir de demoras y tropiezos es moneda común en infraestructuras públicas. Lo sabe cualquier gestor de consejería, ministerio o ayuntamiento. Por eso me resulta inaudito que volvamos a la milonga del soterramiento. Como también lo consideraron inasumible Íñigo de la Serna y Ana Pastor, ambos ministros del PP, que fueron los impulsores principales de un proyecto de integración que permeabilizaba la conexión a ambos lados de las vías con una veintena de pasos.

Ese proyecto acordado es del que reniega ahora el alcalde Jesús Julio Carnero, que se agarró a esa bandera en la campaña electoral con el apoyo público del Gobierno regional de Mañueco, mientras dirigentes regionales trasladan en privado que no lo ven pero dejan que siga el embrollo. Si ahora no hay integración, pierde Valladolid en movilidad. Los pasos de Ariza podrían iniciarse ya y darían salida hacia el Paseo de Zorrilla a los residentes de los nuevos barrios de Ciudad de la Comunicación y Cuarteles. ¿Cuánto aguantarán los parcheados viaductos de Arco de Ladrillo y Daniel del Olmo, este limitado ya solo a turismos?

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Ahí está la responsabilidad de los políticos que tienen en la gestión su ocupación, pagada por los ciudadanos con el objetivo de que resuelvan problemas y no los creen. Y también la de dirigentes que callan desde la sociedad civil por no importunar al alcalde o a la Junta.

Con el soterramiento de la vía en Valladolid se está siendo muy poco responsable. Veo la reforma del Clínico y traslado lo que allí ocurre a un proyecto que tendría una complejidad técnica tremenda por la anchura del túnel, con afección directa a bloques de viviendas construidos sobre ese 'tubo' e indirecta en cimientos y garajes de otros inmuebles más alejados por el desvío de aguas subterráneas.

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A. Mingueza

Pero hay más. Sin contratiempos, con el viento a favor, soterrar supondría una inversión inicial de 1.570 millones de euros, que deberían llegar puntualmente a lo largo de veinte años si se cumplen los plazos: diez de trámites y otros tantos de obras. Diez años con un costurón kilométrico abierto en la ciudad, que es lo que sería la zanja de muros pantalla necesaria para hormigonar un túnel largo y ancho.

Tanto que no hay tuneladora actual capaz de horadarlo. Con un movimiento de tierra desde el centro de la ciudad de 76.000 camiones, más de 210 diarios durante meses. Cualquier imprevisto de esos tan comunes en obras modestas, que aminore el flujo de dinero algunos años, que haya un sobrecoste o complicaciones técnicas, dejarían esa herida abierta y los trenes desviados 'ad eternum', elevando el soterrar a categoría de pesadilla.

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Jesús Julio Carnero saluda a un grupo de la plataforma pro soterramiento que se acercó al lugar de la reunión. A. Mingueza

Luego está la financiación. Alfonso Fernández Mañueco asegura que la Junta apoquinará para soterrar la vía en Valladolid el 25% de los 1.570 millones de euros de partida, que son 392,5 millones.

Dudo mucho de que en el resto de provincias lo permitan, incluidos los barones locales del PP. Gastar ese dineral en soterrar vías es peregrino cuando falta personal de atención directa en residencias de mayores o tienes a una enfermera/o asumiendo el cuidado nocturno de hasta 20 pacientes con medicación a tope y necesidad de supervisión continua en la planta de Medicina Interna de un hospital de Sacyl. Esto último sí es competencia de la Junta.

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Vida real frente a quimeras inciertas, que pueden pasar factura en forma de parálisis en mejora urbana y de movilidad y pérdida de oportunidades para la ciudad.

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