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Daniel Miguel, en una entrevista en El Norte. Ramón Gómez
Daniel Miguel: «Nuestro sistema público es de calidad y eso el ciudadano debe conocerlo»

Daniel Miguel: «Nuestro sistema público es de calidad y eso el ciudadano debe conocerlo»

El rector de la Universidad de Valladolid pide nuevas fórmulas para evitar el problema de envejecimiento de profesorado

Antonio G. Encinas

Valladolid

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Domingo, 4 de febrero 2018, 09:58

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Daniel Miguel está a punto de inaugurar la precampaña electoral al Rectorado, con todo lo que eso altera el pulso normal de la universidad. Durante estos tres años ha visto cómo el ministro Wert y sus apresuradas reformas han dejado paso a un Íñigo Méndez de Vigo que parece haber bajado el ritmo. También ha formado parte del pacto de titulaciones en Castilla y León y ha visto cómo la UVA se veía envuelta en la guerra por captar alumnos, inevitable en una situación de demografía a la baja y de crecimiento de la oferta académica. Los últimos rankings nacionales, cuestionables en algunos puntos, y cierta tendencia a menospreciar la labor de las universidades públicas le han llevado últimamente a mostrarse más cotundente en favor del sistema público.

«Nuestro sistema universitario público tiene calidad y eso debe ser conocido por los ciudadanos, que muchas veces tienen la sensación de que es algo que no es muy caro y entonces debe tener menos calidad, cuando es probablemente al revés. Y debemos hacer el esfuerzo de comunicar bien lo que somos y hacemos», señala en un contexto en el que el Consejo Social de la Universidad de Valladolid ha pasado a estar presidido no por un empresario, como es usual, sino por un periodista de larga trayectoria y agenda profunda, como Óscar Campillo. «Es importante informar y comunicar bien. Otra cosa es que tengamos cosas quizá más urgentes. Hay que procurar que los estudiantes estén bien atendidos, que los edificios estén bien adecuados, que haya puestos de estudio... La demanda de puestos de estudio no deja de crecer. Es decir, que hay muchas cosas por las que preocuparse y a veces es verdad que, también por nuestro carácter, parece que esto de saber venderse no es lo más prioritario».

El rector vallisoletano se muestra dolido por ese ambiente que nota proclive a denostar a las universidades públicas. «Comparados con otros países, y con el nivel de financiación que tenemos, estamos haciendo un papel bastante digno. Si la mayoría de las universidades públicas están entre los mil primeros puestos de todo el mundo, entre las casi 30.000 que existen, eso equivale a estar entre el 5% de los buenos. Y tenemos a casi todo el sistema público en ese rango. Y con unos precios de tasas para el ciudadano mucho mejores que otros países. Se puede criticar a la universidad pública, por supuesto, pero en general está bien. No quiere decir que debamos ser complacientes. Tenemos mucho que mejorar, pero a veces es cuestión interesada», asegura.

A lo largo de esta serie de entrevistas a los rectores en El Norte, todos han respondido a la cuestión de si existe una burbuja de universidades privadas en España, donde se contabilizan ya más de una treintena y hay proyectos para crear alguna más. Daniel Miguel considera que hay de todo, pero recela de que la exigencia inicial se haya mantenido. «Me da la impresión de que se han ido rebajando las exigencias a las universidades privadas. Y eso no es bueno. Antes tenían que cumplir unos requisitos y esos se han ido rebajando considerablemente. Hay universidades privadas que no tienen programas de doctorado siquiera, y lo que define a una universidad, por muchas cosas, son sus programas de doctorado. Si no formas doctores, tu investigación no está a la altura que debiera y eso se refleja en la docencia. Podemos hacer muchas cosas, pero a la larga con todos estos nuevos sistemas que tenemos, enseñanza 'online', etcétera, lo importante serán las universidades que generan conocimiento. Tendrán más seguridad en permanecer. Las que no lo generen, si solo hacemos docencia, transmitir lo que viene en los libros al estudiante, eso lo puede adquirir de otros modos».

«Creo que se han ido rebajando las exigencias a las universidades privadas y eso no es bueno»

Una de las ventajas competitivas de las universidades privadas es, sin duda, su flexibilidad laboral. Especialmente porque en las públicas, las medidas de ajuste presupuestario impuestas por el Gobierno han provocado problemas de muy difícil solución en cuanto a profesorado, principalmente. Tanto más complejos cuanto más antiguas son las universidades, además. Por eso Daniel Miguel considera necesario que se pongan a punto nuevas figuras de profesorado. «Nosotros tenemos unas figuras, unas funcionariales y otras de contratados indefinidos, que son buenas porque nos permiten tener estabilidad académica. Pero el resto de figuras no son las más apropiadas ahora mismo, necesitaríamos tener algún tipo de figura intermedia de profesores a tiempo completo que puedan tener una cierta continuidad, aunque no sean funcionarios. Con contratos de cinco años renovables, por ejemplo», explica el rector de la UVA.

«Deberíamos tener alguna figura de contratación laboral que no sea indefinida pero sí sea más estable que la de los profesores asociados. Tenemos la de ayudante doctor pero tiene unas características especiales porque es profesorado en formación y cuenta con el requerimiento de acreditarse dentro de los cinco años que están. Y como tenemos ese compromiso tampoco podemos poner en concurso muchas de esas plazas porque luego tenemos el compromiso de estabilización, y ahí chocamos luego con los límites, cuando tienes que estabilizar a doscientos y no tienes plazas», señala.

Diferencias injustificadas

Una de las grandes reclamaciones de las universidades públicas de Castilla y León en los últimos tiempos es la diferencia existente entre las tasas de la comunidad y la de otras comunidades vecinas. Por mucho que la subida excepcional de hace unos años fuera encaminada a reducir el déficit de algunas universidades, la brecha aún se mantiene. «La mayor parte del coste de cada plaza de estudiante la paga el Estado a través del Ministerio o de la Comunidad Autónoma. Pero no hay ningún libro que diga que el estudiante debe pagar el 15%, el 20% o el 25%. Eso lo debe fijar el Estado, igual que se establece cuánto debes pagar de tu gasto farmacéutico. Lo que nos parece mal es que haya desajustes territoriales. En Castilla y León se paga más, en Galicia menos... Que sea algo lo suficientemente homogéneo en todo el Estado, porque el esfuerzo que hace el contribuyente debe ser igual en todo el Estado. Pedimos que haya un consenso entre los diferentes territorios. En esto también hay una política de cohesión a nivel estatal, porque eso genera mucho malestar cuando un padre aquí tiene que pagar más y en otro lado tiene que pagar menos», apunta el rector.

«Hay privadas sin programas de doctorado, que es lo que define a una universidad»

Otra de las diferencias con el entorno, en plena fiebre nacional por ofertar nuevos grados, es el pacto de titulaciones alcanzado en Castilla y León. Algo que tiene efectos positivos pero también algunas contraindicaciones, según Daniel Miguel. «Tenemos que pactar entre todos, las cuatro universidades públicas con la Consejería de Educación. Y eso es bueno porque al menos tenemos la garantía de que no se van a duplicar recursos. La financiación es pública y no vamos a hacer cosas raras. Por otro lado eso quiere decir que las titulaciones no crecerán excesivamente», dice.

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