Segundo intento para juzgar al experto en 'simpas' de Valladolid
David M. V., que dejó pufos en 18 bares de la capital, se enfrenta a dos años de prisión
Segundo intento para que David M. V., el conocido como experto en 'simpas' de Valladolid en la primavera de 2022, se siente en el banquillo ... de los acusados. Se juzgarán los 18 pufos acreditados en establecimientos hosteleros (a tenor de las informaciones de hace dos años y medio fueron muchos más) por los que la Fiscalía de Valladolid solicita dos años de prisión.
El historial delictivo de David, que en algunas de sus incursiones contó con la colaboración de otras dos personas acusadas también de estafa en este mismo procedimiento, arrancó, según el escrito provisional de calificaciones del Ministerio Público, el 21 de abril de 2022. Hace casi tres años. La primera víctima fue el bar Trastámara de la calle Imperial, donde David, acompañado de Luis Alfonso P. B., se tomó dos cervezas, dos bocadillos y una ración de patatas bravas para dejar sin abonar 23 euros. Fue el primero de muchos.
La historia se repitió al día siguiente, aunque en esta ocasión en la calle Esteban García Chico, en Los Castaños, donde consumieron varias bebidas, cuatro hamburguesas, patatas y chupitos para dejar sin pagar 42,20 euros.
Las primeras incursiones delictivas iban siempre de la mano de Luis Alfonso, con el que un 26 de abril de ese año completó el 'simpa' de mayor cuantía: 92,50 euros en La Aguada (calle Puente Colgante), donde comieron copiosamente, postre incluido.
Mientras la preocupación crecía entre los hosteleros, las primeras denuncias se interponían contra David M. V. El rey del 'simpa' andaba suelto por Valladolid. Esa incertidumbre de los propietarios de los negocios se palpaba por aquellas fechas en el ambiente. Entre ellos se enviaban fotografías del sospechoso por si ponía en práctica su 'modus operandi' de no abonar las cuentas. Nadie quería que este joven entrase en su local.
A pesar de todo, denuncias de por medio e identificaciones de los hosteleros, David. siguió por los mismos derroteros durante más de un mes.
Durante ese tiempo se vivieron momentos tensos, como los ocurridos el 29 de abril en el bar Orfan's de Portillo de Balboa. Allí, David, en solitario, pidió una consumición de 4,80 euros que no pretendía abonar, por lo que la propietaria avisó a la Policía Nacional. Hasta el lugar se personó una patrulla que instó al rey del 'simpa' a abandonar el establecimiento, a lo que se negó, a la par que les insultaba. «Hijos de puta, os voy a matar», gritaba mientras miccionaba a escasos metros de la puerta. De forma alterada entró también en un supermercado cercano, por lo que los agentes le tuvieron que sacar. Forcejeó con ellos y a uno le golpeó «levemente» en el rostro.
Apunta la Fiscalía en este epígrafe que «el acusado padece un trastorno psicótico inducido por sustancias, trastorno por consumo de alcohol, cannabinoides y otras sustancias por lo que sus facultades volitivas e intelectivas en el momento de estos hechos estaban muy disminuidas».
Pero ni ese incidente ni los otros que le continuaron mermaron las ganas de actuar del acusado. Continuó por la misma linde delictiva por todos los rincones de la capital vallisoletana y con todo tipo deudas. Desde combinados a postres, según refleja la Fiscalía.
Hasta que el 14 de mayo hubo un segundo conato de enfrentamiento en el que volvió a intervenir la Policía Nacional. Fue en el bar Distrito 5, en la plaza Circular. Allí, David empezó la noche con una cerveza y un chupito de tequila. La deuda era, en ese momento, de 4,50 euros. Intentó pedir una hamburguesa y otra cerveza, pero la camarera les requirió la primera cuantía. Incidió en que no tenía dinero y que quería la hamburguesa, pero la hostelera se negó. Ese hecho propició que el ahora acusado cogiera un botellín y lo levantara en alto de forma intimidatoria, si bien en ese momento entraron en el local dos policías nacionales, que intentaron calmar a David.
«Os voy a matar a todos»
Pero no lo consiguieron y el acusado empezó a gritar, de nuevo, «os voy a matar a todos, hijos de puta». Finalmente fue reducido, si bien el Ministerio Público recalca otra vez que sus facultades estaban «muy disminuidas».
Los últimos pufos del especialista en 'simpas' los completó con el tercer acusado, José Javier D. C. Fueron dos comidas y unas consumiciones en tres locales, el último en la marisquería Amador de la calle Soto. «Pidieron unos cubatas. Y después, que por qué no nos traes algo de picar, y les llevamos unas raciones de pulpo, gambones y rabas y una botella de Ribera del Duero. Y lo remataron con más cubatas, una caja de purillos y un café hasta que se quedaron solos porque íbamos a cerrar. Les pasé la cuenta de 80,50 euros, dijeron que se iban al coche a por las tarjetas y llamé a la Policía, les identificaron y ya está. Y por la noche prepararon la misma en otros dos bares de la plaza Ribera de Castilla», relataba por aquel entonces el propietario, José Fuentes.
Su testimonio fue uno de los muchos que se escuchaba en esas fechas entre los hosteleros vallisoletanos. «Yo tenía la silla agarrada con la mano, pero si le arreo con ella encima me detienen a mí y no a ellos, que siguen paseándose impunemente por la ciudad», continuaba.
A los otros dos acusados, la Fiscalía les pide multas económicas por valor de 1.080 euros a cada uno. Asimismo, los tres implicados en los 'simpas' deberán abonar las cuentas insatisfechas (539,70 euros).
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