La salud de los nonagenarios y centenarios: las enfermedades neurológicas afectan más a mujeres
Un amplio estudio sobre personas de 95 años y más en Castilla y León constata entre los longevos con alguna discapacidad una percepción mayoritaria buena, muy buena y excelente de su salud
Coronan la pirámide demográfica. Son cada vez mas y afrontan el día a día desde una percepción de su salud optimista, incluso entre los que ... apechan con algún discapacidad, hasta el punto de que un 64,2% de estos últimos valoran su estado como bueno, muy bueno o excelente. Es uno de los datos que puede extraerse de un artículo sobre un estudio de longevidad desarrollado por la Red Centinela de la Salud de Castilla y León, con un trabajo de campo en el que desde las consultas de medicina y enfermería de centros de salud de la comunidad se estudió a 759 nonagenarios y centenarios. El estudio forma parte del nutrido fondo de armario de trabajo de campo de investigación sanitaria que este departamento de la Consejería de Sanidad desarrolla con la implicación de alrededor de 250 doctores de Medicina Familiar, pediatras y enfermeras centinelas.
Las enfermedades del sistema nervioso son las que más condicionará la calidad de vida de las personas longevas
Ese trabajo sobre salud y calidad de vida de nonagenarios y centenarios observó diferencias en las historias clínicas de estos longevos, con hombres más afectados por enfermedades genitourinarias y mujeres que sufren más las patologías neurológicas y musculoesqueléticas. El estudio es muy amplio e incluye una parte de genética en la que aún estan trabajando los técnicos de la Consejería de Sanidad de Castilla y León, en cooperación con el Banco Nacional de ADN de la Universidad de Salamanca y la Unidad de Genotipo Humano del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas de Madrid. La parte que ya ha culminado arroja que las personas que avanzan por el tramo de 90 años y más apuntan en casi un 60% disfrutar de una calidad de sueño buena o muy buena.
Anemia: mayor dependencia
Abundan (el 85%) las personas con hipertensión, mientras que la diabetes afectaba al 21,5% y el colesterol alto a un 37%, dándose sobrepeso u obesidad en 44 de cada 100 estudiados, con presencia de anemia en el 33,6%. Es esta última un parámetro biológico que se asocia tras estudiar los datos con una mayor dependencia.
Son pinceladas generales de un trabajo que medía la calidad de vida de estas personas mayores. «La visión cercana como la lejana y la audición también se asociaron significativamente con la calidad de vida y la independencia, al igual que la calidad del sueño», refleja un artículo que plasma parte de los resultados del estudio. Ese sueño reparador y una visión y audición aceptables abonan un menor aislamiento social y una vida activa más fructífera.
Los participantes eran mayoritariamente residentes en pueblos, y agricultores y ganaderos en su etapa laboral
Las enfermedades asociadas a una peor calidad de vida fueron las que afectan al sistema circulatorio, a los músculos y huesos, y al sistema nerviosos y los trastornos mentales y del comportamiento. Del trabajo se deduce una mejor calidad de vida entre los centenarios que entre las personas que se encontraban entre los 95 y los 97 años y también que hay una mayor independencia en los hombres que entre las mujeres. No en vano son los que coronan la carrera de la supervivencia.
«Las enfermedades mentales y del sistema nervioso, que presentan una mayor superviviencia y, por lo tanto, mayor prevalencia por encima de los 95 años, son las que más condicionarán las calidad de vida la dependencia de esta población», concluyen los autores de un artículo de investigación, que incide en que la Atención Primaria es un «ámbito excepcional» para elaborar estudios sobre el envejecimiento que permitan evaluar estrategias sanitarias y de refuerzo de programas de vida activa.
El estudio de campo se efectuó entre marzo de 2019 y febrero de 2020 mediante encuesta personal, examen del participante, acceso a la historia clínica y toma de muestras de sangre, tras a los mayores seleccionados y a familiares y cuidadores sobre los objetivos del trabajo de investigación. De los 759 participantes, el 98,7% había nacido en España, el 58,1% residía en pueblos y el 60,6% de los hombres y el 39,7% de las mujeres había trabajado cultivando el campo o atendiendo ganado. El primer artículo con conclusiones se publicó en 2022.
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