Una ruta muy crujiente: las mejores tostas de Valladolid
La ruta gastro que El Norte propone para esta semana recorre algunos de los mejores locales de Valladolid para degustar delicias en pequeños bocados
Un entrante ligero y elegante, al que cada bar y restaurante aporta su propio estilo. Así son las tostas, que combinan el pan (tostado, por supuesto), con prácticamente cualquier ingrediente encima. Estos pequeños bocados pensados para el picoteo y los paladares más exigentes, están más de moda que nunca, también en aquellos locales de alta cocina y porque son el fiel reflejo de la creatividad, estilo y saber hacer de cada chef. Esta semana, en la ruta gastro de El Norte, recorremos cinco restaurantes vallisoletanos que nos deleitan con seductoras propuestas gastronómicas en forma de tostas. ¿Nos acompañas?
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La Tasquita
Estamos en uno de los buques insignia de la hostelería vallisoletana. La Tasquita lleva 36 años en activo, ofreciendo una sorprendente carta de sabores en formato de tapas, así como una interesante oferta de raciones, bocaditos y otras exquisiteces. Nos atiende Vidal Oliveros, su encargado quien, durante todos estos años, ha visto cómo los vallisoletanos son cada vez más fieles a la saludable tradición de disfrutar de la cocina en pequeños bocados. Su propuesta para esta ruta de El Norte, es la Tosta de Gambas con Ajitos. Todo un clásico en el tapeo de la ciudad, cuyo éxito pivota en estas cuatro consignas: el tostado del pan, la calidad de los ingredientes, una esmerada elaboración y una cuidada presentación.
Se trata de una tapa sencilla, pero que requiere un gran trabajo en la cocina. «Es nuestra tapa estrella desde que comenzamos hace más de tres décadas, en la calle Calixto Fernández de la Torre. Casi todo el mundo en Valladolid la conoce. Lleva un pan bien tostadito, una mahonesa muy ligera, el ajo también tostado y las gambas. El secreto de esta tapa tan antigua y tan moderna a la vez, está en pelar las gambas a mano. En el mercado las hay peladas, lo que nos ahorraría mucho tiempo, pero el sabor y la calidad no tienen nada que ver. Por ello, nosotros optamos siempre por primar la calidad», afirma Oliveros orgulloso del trabajo de su equipo. A ese cuidado del producto y esmero en la cocina, hay que añadirle un especial cuidado a la hora de tostar el pan. «Es importante que esté en el punto justo, para que cuando el cliente lo coma, note una textura agradable y crujiente y que esté calentito. Esta tosta, además, tiene el tamaño perfecto, puesto que se puede tomar en dos o tres bocados y con lo que mejor marida es con un buen verdejo», prosigue este experimentado hostelero, de un local mítico en el que se juntan a comer varias generaciones de clientes. «Muchos de los jovencitos que vienen ahora con sus parejas o amigos, en su día vinieron de la mano de sus padres y abuelos siendo unos niños. Esto es lo que tiene ser un bar de los de toda la vida».
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Dirección: C/ Caridad, 2
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Precio: 3,10 euros
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Taberna La Cárcava
Es el local idóneo para degustar y disfrutar de aromas, sabores y matices de la cocina tradicional con un toque de innovación. Al frente de un equipo formado por 17 personas están el burgalés Juanjo Arranz y el zamorano, Luis Miguel Rodríguez, avalados por 31 años en el top de los locales de tapas de Valladolid. «El nuestro, es un trabajo artesanal y el único secreto, es la calidad de los productos que utilizamos, que siempre es la mejor», asegura.
Entre las muchas propuestas ricas que exponen en la barra, una de las más demandadas es la tosta de jabalí y chorizo, una suave delicia caliente que marida a la perfección con una caña, pero sobre todo con un buen vino tinto. «Es un éxito. A los clientes les encanta. Lleva pan tostado tipo payés que traemos a diario desde Valdestillas, fiambre de cabeza de jabalí tomate frito, chorizo ibérico y queso que al hornearlo se funde y queda delicioso», explica este hostelero para quien su máxima ilusión es «trabajar para que el cliente siempre quiera volver».
Otras propuestas son la tosta Tarantino, la Mortadelo, Torrente o Platero. Nombres muy cinematográficos todos ellos, porque las crearon para el tapeo en época de Seminci. El artífice de estas recetas es Luis Miguel, a quién le gusta innovar con la mezcla de diferentes ingredientes. Él sabe que el público vallisoletano es muy agradecido y disfruta con estas delicias recién horneadas. «El éxito de las tostas radica en servirlas calientes. Tienen un tamaño ideal para comerlas uno solo o para compartir. «Podemos partirlas para que, si los clientes vienen en grupo, puedan hacer una degustación y prueben variedad. Las tostas son una tapa que da mucho juego porque resulta muy atractiva, muy económica y muy variada», dice Juanjo tras la barra.
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Dirección: C/ Cascajares, 2
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Precio: 3,50 euros
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Restaurante Jero
Especializado en alta cocina en miniatura, este restaurante ofrece en su barra, una deliciosa colección de pequeños bocados que buscan seducir a los foodies más sibaritas. Raúl Blanco, su gerente desde el pasado mes de mayo, presume de tener 23 recetas de tostas, a cuál más sabrosa. Todas ellas firmadas por el propio Jero, fundador y antiguo propietario de este templo de las tapas. 'Messi', 'Galáctico', 'Angelillo', 'Zapatero', 'Náufrago' 'Rajao', son algunos de los nombres de sus preciadas tapas tostadas, que llevan ingredientes tan variados como el aguacate, gambas curry, toffe o alcachofas. Entre todas, la favorita del público es 'Misión imposible'. «Utilizamos pan de El Fiel, como se ha hecho siempre en esta casa. Lleva una majada de boletus a la que añadimos bacalao, gambas, mahonesa y un crujiente de almendra que hacemos al horno», dice Raúl. Esta original mezcla de sabores hace que su sabor sea muy especial. «No es fácil hacer una buena tosta. Si no se hace bien, el canapé se desmiga y todo se acaba desmontando. Nuestros canapés tienen elaboraciones muy complicadas y se comen perfectamente, sin que se desmiguen. En barra lo tenemos listo para consumir y cuando el cliente nos lo pide, lo único que hace falta es calentarlo para conseguir ese sabor tan característico y delicioso de todos los productos del Jero», concluye Raúl, sabedor de que estas creaciones culinarias son muy bien apreciadas por todos los públicos, también por los más jóvenes. «Son muchos los que vienen de otras ciudades a comer nuestras elaboraciones», comenta.
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Dirección: C/ Correos, 11
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Precio: 3 euros
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La Cartuja
Sin salir de la calle Correos, encontramos La Cartuja, un local con una amplia y acertada variedad de tapas, entre las que destacan los Romeritos. Se trata de un montadito sobre una tostada de pan de romero, tomillo y queso, inyectado con aceite de oliva virgen extra, lo que le da una textura crujiente y esponjosa. Su carta se compone de 11 variedades de Romeritos, que se completan con los 11 que ofrece El Cortijo, restaurante hermano, ambos dirigidos por el hostelero Rubén de Castro. Estos dos locales son una reinterpretación de las típicas tabernas andaluzas con naranjos incluidos en su cuidada decoración.
De brandada de bacalao, de pollo con alioli, de morcilla de León… hay para todos los gustos. El más demandado es el de presa ibérica con salsa chimichurri, que resulta muy sabroso y con cierto regusto picante. «Nuestro secreto es el pan, que ya por si solo, está delicioso. Estas ferias en la caseta, hemos vendido más de 10.000 unidades de nuestros romeritos», informa Rubén quien cuida mucho la presentación de sus elaboraciones, sobres platos de pizarra. Su propuesta incluye un maridaje con sidra, algo que a sus clientes les encanta.
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Dirección: C/ Correos, 9
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Precio: 3 euros
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Bar Jamonería El Sarmiento
Hace 20 años que las hermanas Reina y MariLuz Gutiérrez se pusieron al frente de este bar de tradición que han llevado a lo más alto. Llegamos en hora punta. Las tapas, las tostas, los vinos y vermuts no dejan de salir desde la barra hacia las mesas. Se trata de un lugar de referencia en lo que al jamón y los ibéricos se refiere y un imprescindible a la hora del tapeo.
Su tapa estrella tiene nombre propio, el Miguelito, una tosta de baguette con jamón y lacón bien picaditos, y mezclado con una especie de salsa holandesa y rematado con loncha de jamón. Otras tostadas que no hay que perderse, son El Jabuguito, con jamón ibérico, presa a la plancha con piquillos y queso fundido sobre pan de chapata braseada; o la tosta de morcilla de León, con pasas y piñones con pan crujiente. «Nuestro secreto es el cariño, esmero y dedicación que le ponemos a todo. Aquí nuestros clientes son muy amables todos», dicen las hermanas Gutiérrez. «Esta tapa surgió de la propia charcutería. Pensando qué hacer con todas las virutitas y puntas del jamón ibérico que vendíamos, se nos ocurrió esta receta que lleva jamón y lacón muy bien picaditos, una pizca de pimienta, salsa holandesa y muchísimo cariño y esmero», afirman.
Esta jamonería está ubicada en el antiguo Bar Cisneros y en uno de los edificios más antiguos de la ciudad. Presume en su fachada de sus placas como establecimiento recomendado por la guía Repsol de los años 2018 al 2021 y en la importante guía gastronómica Le Routard.
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Dirección: C/ Conde Ansúrez, 11
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Precio: 2 euros
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Y en tu opinión, ¿cuál es la mejor tosta que has probado en Valladolid? Puedes dejarnos tu recomendación en los comentarios de la noticia.