Renuncia a su vida en República Dominicana tras enterarse de que es padre en Valladolid
Javier Acevedo, que se tuvo que someter a las pruebas de ADN, lleva más de dos años de lucha para recuperar la custodia de su hija en un procedimiento judicializado y con un proceso de adopción ya iniciado
Tiene claro que va a renunciar a su vida para recuperar la custodia de su hija Chloe. Por eso se mudó a Valladolid desde República ... Dominicana hace aproximadamente dos años. La historia de Javier Acevedo Mejía, a punto de cumplir 25 años, es la de la constancia. La de intentar subsanar lo que al principio fue un «desliz» y que ahora le ha cambiado la vida en una lucha incesable para volver a estar con su hija. Hace tres años visitó por ocio la capital vallisoletana. Su madre, dedicada al mundo del turismo, le había recomendado pasar un tiempo en España. Y pasó por Madrid, Palencia y Valladolid. En esta última ciudad permaneció alrededor de dos semanas, tiempo en el que mantuvo una relación esporádica con una joven. «No fue más allá», detalla.
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Esa estancia por España terminó y Javier Acevedo volvió a su país natal a seguir con su vida. Allí estudiaba Ingeniería de Software, además de administrar una empresa con su padre. «No tenía intención de quedarme en España. Tenía todo en República Dominicana», apunta en pleno relato de su historia.
Después de unos meses de sus vacaciones en Valladolid, le llega el rumor de que es posible que haya sido padre tras esa relación esporádica. «Con la madre ni tenía ni tengo relación. Me lo dijo una amiga que tenemos en común. Me saltaron todas las alarmas y evidentemente quería saber si era mi hija», agrega el joven dominicano.
Así que con esa incertidumbre, Javier Acevedo se volvió a subir a un avión con destino Valladolid. «Me encontré a la niña en una situación muy preocupante, pero no sabía si era mía. Así que me costeé las pruebas de paternidad para salir de esas dudas», subraya.
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Mientras esperaba esos resultados, la Junta decretó a la menor en situación de desamparo. Al parecer, vecinos donde residía la niña habían denunciado la situación en la que se encontraba la hija de Javier.
«Me encontré a la niña en una situación muy preocupante, pero no sabía si era mía»
Javier Acevedo
«Desde Servicio Sociales me dicen que estoy muy verde, pero nadie está preparado para ser padre por primera vez»
JAvier Acevedo
Las pruebas arrojaron un sí definitivo. Era el padre. «A partir de ese momento sabía y quería cuidar a mi hija. Se pusieron en contacto conmigo los Servicios Sociales y me dijeron que me iban a ayudar, cosa que hasta el día de hoy no he sentido que hayan hecho porque mi hija no está conmigo», lamenta el joven dominicano.
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Todo parecía que iba por el buen camino, pero se truncó todo, según relata el propio Javier Acevedo. «Pensé que había avances porque empezaba a ver a mi hija. Incluso durante un mes tuve visitas», apostilla.
«De repente» su hija desapareció de su día a día al iniciarse los trámites para darla en adopción con otra familia. «Me decían que estaba con gente que no debía estar. Me alegaban que estaba muy verde, pero nadie está preparado para ser padre ni madre por primera vez. Eso se aprende con los días, semanas, meses… Me dicen que estoy aquí y eso no es cierto. Está mi hermano, mi abuela, mi madre…», concreta sobre su situación Javier Acevedo.
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Juicio en noviembre
Ahora mismo, el proceso está judicializado en el Juzgado de Primera Instancia número 13 de Valladolid a la espera de una vista en el mes de noviembre. Precisamente, a primeros del mes de junio el juicio se tuvo que suspender después de que la Gerencia Territorial de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León no contestara a una de las demandas de la familia del joven dominicano. «Fue una demanda de mi madre. Hemos intentado abrir también la vía de que entreguen a mi hija a mi madre, pero piden como requisito que no se acerque a mí. No lo entiendo», continúa.
Todo este tiempo y con la esperanza de que la vista se celebre en noviembre es mayor inquietud para Javier Acevedo. «Va a llegar un punto en el que mi hija no sabrá quién es su padre. Se está perdiendo ese vínculo. El tiempo que estuvimos juntos creo que no fue suficiente para que ella sienta apego. Yo sí que lo tengo. Sé que es mi hija, pero no sé si ella sabe que soy su padre», reflexiona el joven dominicano sobre una situación que se encontró en su vuelta a España.
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«No entiendo lo que está pasando. Yo no abandoné a mi hija. Si mi hija estaba en una situación de desamparo no era por mi culpa. Cuando ella estaba de mano en mano de otras personas no era mi culpa. Ni siquiera tiene ahora mis apellidos. No sabía que era mi hija porque no estaban hechas las pruebas de ADN», prosigue a la espera de que la justicia le dé la razón.
Hasta el punto de que Javier ya ha renunciado a su anterior vida. A la que tenía en Punta Cana sin ninguna intención de emigrar. «Tenía mis estudios y mi trabajo. Estaba gran parte de mi familia y mis amigos. Allí tengo mi casa, mi coche. Cosas que no tengo la oportunidad de tener aquí. O que para tenerlas tendría que trabajar por lo menos 50 años», manifiesta.
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Javier Acevedo se ha convertido en España en una persona sin estudios. Busca la forma de homologarlos mientras sigue desempeñando todo tipo de trabajos. Según relata, ha pasado por lavaderos de coches, hostelería… «Ahora estoy en una situación más estable al ser teleoperador», afirma.
«Vengo de un país donde lo más común es que un padre no esté, pero he venido a demostrar que no es así»
Javier Acevedo
Desde ese desempeño sigue con la lucha de recuperar a su hija. «Ya he renunciado a todo por ella. Lo más fácil hubiera sido desentenderme. Vengo de un país donde lo más común es que un padre, cuando tiene un hijo, no esté. En Latinoamérica casi siempre el padre no está. Pero yo he venido a demostrar que no es así y que puedo estar para ella siempre», concluye.
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Por su parte, desde la Consejería de Familia apuntan que será la justicia la que aclare esta situación. «Siempre se vela por lo mejor para el menor con hechos objetivables», recalcan desde Servicio Sociales.
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