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Inauguración del curso académico de la Universidad de Valladolid.

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Inauguración del curso académico de la Universidad de Valladolid. Miriam Chacón / ICAL

La UVA renueva el ánimo tras la mejora en la matrícula y en el ranking de Shanghái

El rector, Antonio Largo, reclama el «fortalecimiento y rejuvenecimiento» de las plantillas de profesorado y administración

Antonio G. Encinas

Valladolid

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Viernes, 20 de septiembre 2019

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«Hay que saber salir en la foto», advertía solo un año atrás el anterior consejero de Educación, y hoy de nuevo catedrático de la Universidad de Valladolid, Fernando Rey. La Universidad de Valladolid, que cuenta con investigadores prestigiosos en muchos campos, salía en los rankings con la mueca distorsionada del que se cree poco fotogénico y tuerce el gesto cuando el fotógrafo aprieta el botón. Y eso, a las puertas de «acabar la segunda década del siglo XXI», como advertía el rector, Antonio Largo, es peligroso. Porque en un territorio en depresión demográfica hay que ser atractivo para los de fuera. Y eso se logra con títulos atractivos, con reputación docente e investigadora y con una proyección adecuada, en cuanto a imagen, de los valores más positivos.

Por eso en la inauguración del curso académico, esta vez, había cierto optimismo. Porque se han revertido, aseguraba el rector, dos tendencias. La primera, la de la matrícula de estudiantes. En dos vertientes. La primera: «La matrícula de nuevo ingreso se ha incrementado en los cuatro campus, en alguno de forma singular -en este caso Segovia-, y creo que son noticias positivas que se invierta la tendencia de matrícula descendente que había. Recuperamos un 3,5% en el global pero es un cambio significativo», explicó. La segunda, que se ha incrementado notablemente la proporción de alumnos extranjeros. «Solo del primer cuatrimestre y alumnos que cursarán el año académico completo ya tenemos más que en todo el anterior 2018-2019. Y falta la matrícula del segundo cuatrimestre, que esperamos otros 300 ó 400 más. Es un aumento sustancial y eso nos hace ser optimistas en cuanto somos percibidos desde el punto de vista internacional como atractivos para la formación de estudiantes de otros países», apuntó Antonio Largo antes del acto solemne en el Paraninfo de la Universidad de Valladolid.

«La UVA está ya entre las mil primeras universidades del mundo y en ciertas áreas, como Ciencias de la Atmósfera o Ciencias y Tecnología de los Alimentos está entre las 300 mejores»

rocío lucas | consejera de educación

Y este segundo punto entronca con otro de los factores que invitaban a un semblante más risueño. Fue la consejera de Educación, Rocío Lucas, la que quiso ponerlo en escena. La mejora de los indicadores de la UVA en los rankings nacionales e internacionales. «En los últimos ránking, concretamente en el de Shanghái, la UVA está ya entre las mil primeras del mundo y en ciertas áreas, como Ciencias de la Atmósfera o Ciencias y Tecnología de los Alimentos está entre las 300 mejores. Eso es un éxito de todos», razonó Lucas.

Hay que tener en cuenta que en todo el mundo hay, como señalaba el predecesor de Largo, Daniel Miguel, treinta mil instituciones de enseñanza superior. Figurar en el primer millar es pertenecer a la elite. Sin embargo, en las reivindicaciones, habituales en estos casos, emergieron otros dos factores que están pendientes de actualización y de las que depende el futuro inmediato de la Universidad de Valladolid: plantillas y titulaciones.

El mejor ejemplo de lo primero lo puso el encargado de pronunciar la lección inaugural, Germán Delibes. «El profesor Delibes ha alcanzado la edad de jubilación, por lo que haber impartido la lección inaugural ha sido especialmente pertinente», reveló el rector tras la intervención del investigador. Aquellos docentes que comenzaron su carrera académica en los ochenta, cuando se produjo un 'boom' en las universidades públicas, están en plena operación salida por jubilación, y eso ha coincidido con los recortes de plantilla que se impusieron desde el Gobierno central con el techo de gasto y la tasa de reposición. «Formar un profesor es una tarea de años», han recordado siempre los vicerrectores de Profesorado que se han topado con esta situación, desde Luis Miguel Nieto a Javier de Frutos, pasando por José Carlos Cobos.

«Necesitamos fortalecer las plantillas para atender adecuadamente la docencia y la investigación. Necesitamos rejuvenecimiento de plantillas urgentemente y también de administración y servicios, para constituirnos como una universidad moderna y ágil», explicó Antonio Largo en su comparecencia ante los medios. «Nuestras limitaciones presupuestarias nos impiden avanzar más. Algunas áreas de conocimiento están en una situación crítica y necesitan urgentemente reemplazar el talento que perdemos de nuestros profesores que alcanzan la jubilación por el talento emergente que debe liderar el futuro en nuestras universidades», advirtió después en el acto solemne. Y emplazó, desde ese púlpito, a la consejera de Educación: «Creemos imprescindible retomar el plan de rejuvenecimiento de profesorado ya negociado con la Consejería en la etapa anterior para que sea definitivamente impulsado».

Y para lograr esto, claro, hace falta dinero. En realidad, más dinero. Alfonso Fernández Mañueco, presidente de la Junta, se comprometió días atrás a aumentar la financiación de las universidades públicas. «Es el año de la financiación de las universidades, el compromiso de aumentar la financiación un 10% es real», ratificó Rocío Lucas. Aunque eso dependerá de los presupuestos de la Junta, que dependen a su vez de los Presupuestos Generales, que dependen de que, de una vez por todas, haya un Gobierno central estable con capacidad para superar la prórroga presupuestaria que se arrastra desde 2018.

El segundo requisito para que la UVA pueda crecer a partir de los buenos datos de este año, y convertirlos en un auténtico punto de inflexión y no en una mejora puntual, es el de la actualización y modernización de las titulaciones. «Hay que trabajar en el nuevo mapa de titulaciones, más flexible y adaptado a las características de la sociedad», emplazó Lucas, en consonancia con lo que acababa de reclamar Antonio Largo: «Nos preocupa atender adecuadamente a los estudiantes, ofrecer titulaciones que se puedan adaptar a sus necesidades formativas, que sean ágiles, que responsan a las demandas que plantea la sociedad».

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