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Ya sale desde hace unas semanas humo blanco por la chimenea de la caldera de la red de calor. Una columna que se eleva de ... vez en cuando desde esa estructura que se ha levantado junto al recinto ferial, al lado del punto limpio de la avenida del Mundial 82 y que dará servicio, y calefacción, a Huerta del Rey, Parquesol y Villa de Prado.
Ahora mismo, ya hay 2.968 viviendas y 16 edificios terciarios conectados y que se calientan con esta red de biomasa, pero no con esta caldera. La mayoría se encuentran en Huerta del Rey, donde funciona desde hace más tiempo, en la zona norte-este del barrio. Allí se encendió en 2019. Primero en edificios públicos de la zona y quedando abierto el proyecto a edificios privados de la zona. Es decir, a comunidades de vecinos. Y sí, desde la caldera ubicada junto a Parquesol ya se observa humo, pero eso no quiere decir que esté operativa, porque todavía no llega hasta las viviendas de ningún barrio. «Ahora mismo se están realizando pruebas, pero todavía no da servicio», explica Sergio Lara, director de Energías Renovables de Somacyl, que ejecuta la obra.
Y sí, llegará. Entonces, ¿cuándo se espera que esté operativa? «La previsión es que empiece a funcionar de cara a la próxima campaña de calefacción». Es decir, que desde otoño de este año el humo saldrá de la chimenea, y con razón, porque dará servicio a la zona sur-oeste de Huerta del Rey, Villa de Prado y Parquesol, donde ahora se centran los trabajos para colocar las tuberías que transportarán desde esta caldera, el calor hasta los hogares. En eso están, en completar la actuación en el barrio de Parquesol, después de haberla finalizado ya en gran medida por el resto de los barrios. Aún quedan algunas zanjas abiertas en el entorno de la avenida de Salamanca. En total, 200 kilómetros de canalizaciones hasta que culmine el proyecto, cuando también llegará al resto de barrios de la capital, como Delicias, La Rubia o Pajarillos.
Las conexiones y el interés por adscribirse a la red avanzan ahora desde Villa de Prado, pero sobre todo por Parquesol. «Estamos recibiendo bastante llamadas de comunidades de vecinos preguntando por cómo adherirse». Y los datos dan un plus a la declaración. Según la información que maneja Somacyl, se han iniciado los trámites para que otros 29 edificios terciarios se puedan incorporar al sistema, y no solo eso, también 3.067 viviendas privadas más. Es decir, que si se suman los edificios que ya calienta la red de calor, ubicados en su mayoría en Huerta del Rey, más los que han pedido conectarse, se concretan 6.035 viviendas y 45 edificios terciarios donde operará en un futuro próximo.
La red de calor presta desde 2019 servicio a Huerta del Rey, primero para atender la demanda térmica de edificios públicos de la zona, como las tres consejerías de la Junta de Castilla y León que se encuentran en la zona, la Escuela de Arquitectura o el polideportivo Huerta del Rey. Los primeros datos concretaban que había conectadas 750 viviendas, los últimos aumentan la cifra casi hasta las tres mil. Como tal, el primer antecedente ocurre en 2014, para dar servicio a los campus Miguel Delibes y el Esgueva de la Universidad de Valladolid. Las actuaciones actuales, concretadas sobre todo en Parquesol, corresponden con la tercera gran red de calor de la ciudad de Valladolid, que suministrará calor con combustible de biomasa forestal renovable. Según las previsiones de consumo, para cubrir la demanda potencial de edificios conectables se utilizarán cada año 50.200 toneladas de astilla. Desde Somacyl calculan que la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero asciende a 36.250 toneladas de CO2 al año.
Dentro de las diferencias que supone para las propias comunidades de vecinos, el director de Energías Renovables de Somacyl apunta a algunas económicas, como el ahorro frente a las tradicionales salas de calderas de las viviendas. «Se elimina por ejemplo todo lo relacionado con los costes de mantenimiento y de cambios de caldera, que al implantar la red de calor dejan de ser necesarios en las viviendas», explica.
Una vez finalizada esta tercera fase, se interconectará hidráulicamente con la red de calor de Huerta del Rey, lo que permitirá aumentar la capacidad de suministro de la red existente en la zona norte-este del barrio. Aquí, y en otras zonas de la ciudad, están los 29 edificios terciarios y 3.067 viviendas que ya han iniciado los trámites para incorporarse al sistema. «Es un proyecto a largo plazo y se espera la incorporación progresiva de edificios a lo largo de los próximos años», apunta Sergio Lara. A pleno funcionamiento, las dos redes de calor podrán atender la demanda de más de 10.200 viviendas y de 67 edificios públicos. Con estas previsiones, y con los datos de edificios conectados más los que han iniciado los trámites para hacerlo, se ha cubierto ya el 59% de la oferta que pueden asumir las dos calderas que operarán una vez se encienda la de Parquesol.
Hasta entonces, los hogares todavía se pueden conectar a través de los suministradores homologados -actualmente son tres-, que es la única posibilidad que tienen los edificios privados de acceder a la energía térmica. «Cuanto más avanza y más se conoce el proyecto y los beneficios, más está aumentado la demanda por parte de las comunidades de vecinos y notamos que hay un mayor interés por conectarse». Estos hogares se pueden unir contactando directamente con los suministradores.
La imagen es una muestra de lo que queda aún por hacer. Son kilómetros de tubo, que se encuentran en una parcela cercana al estadio José Zorrilla. Allí esperan las tuberías a ser instaladas bajo tierra, en Parquesol, barrio que vive durante los últimos meses inmerso en las obras para hacer llegar el calor desde la caldera de biomasa del punto limpio y hasta las comunidades de vecinos que se conecten a la misma. Por allí circulará la red de calor, que una vez completa en sus seis fases previstas, habrá instalado 200 kilómetros de canalizaciones bajo tierra. En esa parcela, ubicada en la calle de Martín Santos Romero, los tubos se apilan en un espacio cercado y vigilado por cámaras durante las 24 horas del día. Desde aquí se distribuyen luego a las zonas donde sea preciso instalarlos, que ahora mismo se concentran sobre todo en el entorno de las calles de Manuel Silvela y sobre todo en Adolfo Miaja de la Muela, principal conexión desde la caldera de biomasa hasta el barrio.
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