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Valladolid
Reclaman medidas ante la presencia de indigentes durmiendo al raso y las basuras acumuladas junto al albergue«La ribera del Pisuerga se ha convertido en un estercolero de latas de cerveza y restos de botellones», advierten los vecinos de La Victoria
Tapado con matas, con la cabeza cubierta por una capucha, sobre un colchón y con un bolso como almohada. Así ha amanecido en los últimos ... días un joven indigente después de pasar la noche al raso en la ribera del Pisuerga, justo enfrente del albergue municipal del paseo de Extremadura, en La Victoria, en un escena que se viene repetiendo desde hace meses en el entorno del 'centro integrado de servicio a la dependencia', que así se llaman las instalaciones. Y no solo en los taludes que miran al río. Hay personas que duermen bajo el tablero del cercano puente de la Condesa Eylo y también en el portalillo de entrada a las abandonadas instalaciones de la Junta, en la calle San Sebastián, situadas en el lateral de la Jefatura de la Policía Local.
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El problema, según aclaran los propios vecinos, no es tanto la presencia habitual de indigentes durmiendo en torno al albergue, para los que piden la debida «asistencia social», como la ingente acumulación de basuras en todo el entorno de la ribera de la margen derecha del Pisuerga, cuya limpieza llevan meses reclamando los residentes de manera formal al Ayuntamiento, sin haber recibido «respuesta hasta la fecha».
«No hay problemas de convivencia, como ocurrió al principio. Lo que pedimos es que se les asista y que se limpie el entorno»
«La ribera está llena, sobre todo, de latas de cerveza; aunque también de restos de botellón, plásticos y otros desperdicios domésticos, que llevan más de un año sin parar de crecer sin que nadie venga a limpiarla», apunta el presidente de la asociación de vecinos Los Comuneros (de La Victoria), Javier Sánchez, quien aclara, en cuanto a las personas que pernoctan en el entorno del centro municipal, que «no están generando problemas de conflictividad como ocurrió cuando abrió el espacio».
La queja formal, trasladada al Consistorio a través del 010, hace alusión de forma exclusiva a las basuras que jalonan los pronunciados taludes de la ribera, en algunos puntos llegando a formar una hilera que parte de las barandillas de la acera del paseo de Extremadura hasta el borde mismo del agua. Son, en su inmensa mayoría, latas de cervezas.
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«Aquí tenemos una situación compleja debido, por un lado, a la cercanía del centro municipal, que provoca que muchas personas pasen mucho tiempo aquí esperando para entrar (bien a dormir bien al centro de día en el que se ofrecen desayunos) y acaben tomando una cervezas que luego tiran al río; pero también tenemos focos puntuales de botellón ajenos al albergue, con jóvenes que tiran también latas, botellas y bolsas a la ribera», puntualiza el representante vecinal, cuya asociación ha recibido numerosas quejas en este sentido en los últimos meses.
De manera que los residentes de La Victoria urgen la limpieza de los taludes de la ribera, en el tramo completo del paseo de Extremadura situado entre las intersecciones con las calles Pisuerga y Nueva del Río, donde se concentran el grueso de los desperdicios. «La última vez que se limpió este entorno fue hace más de un año, y a cargo de un grupo de voluntarios, y desde entonces no han parado de crecer las basuras», lamentan los vecinos antes de reconocer las «dificultades», por la pendiente, que entraña la intervención en este paraje y de acotar que lo «no podemos hace nosotros es limpiarlo porque se requiere de cuerdas o medidas de seguridad».
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Y en cuanto a la presencia de indigentes en torno al albergue, situado en el número 9 del paseo de Extremadura, pasado el puente hacia el Camino del Cabildo, los residentes inciden en que «no están causando problemas de convivencia como ocurrió al principio», cuando las instalaciones sustituyeron a las del Hospital Militar (en el paseo del mismo nombre), con un horario ampliado y más plazas, el 18 de abril de 2020. Entonces sí hubo peleas e intervenciones policiales. Ahora, salvo contadas excepciones, «hay menos conflictos».
Pero son varias las personas sin hogar que rehúsan habitualmente dormir en el albergue y que pernoctan con asiduidad tanto en la ribera, frente al propio albergue, como bajo el cercano puente y en el portal del número 7 de la calle San Sebastián, a la espera de que abra como centro de día. Y de ello es consciente el Ayuntamiento. Así lo reconoce el concejal de Servicios Sociales, Rodrigo Nieto: «Todos están identificados y se realiza un seguimiento de su situación por parte de nuestros trabajadores sociales y de Cruz Roja, pero son personas que no quieren dormir en el albergue, donde siempre hay plazas disponibles, y no podemos obligarlas a entrar», reconoce el edil antes de concretar que se trata, en su mayoría, de indigentes que conocen a otros que sí duermen en el albergue y que esperan allí a que abra como centro de día.
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«El albergue se quedará definitivamente en el paseo de Extremadura y estamos buscando un uso social para el del Hospital Militar»
Rodrigo Nieto
Concejal de Servicios Sociales
Esas esperas, y las de algunos usuarios, en los bancos del paseo que miran al río son las que provocan, según relatan los vecinos del entorno, que «se tomen allí sus cervezas y muchos las acaben tirando a la ribera». Pero no son solo ellos los que ensucian el río. «También hay chicos los fines de semana que hacen botellón y gente que tira la basura al río y se queda tan ancha», apuntan los testigos.
Los vecinos piden ahora, y desde hace meses, «soluciones» a la problemática del entorno ante la certeza, y así lo confirma el concejal Rodrigo Nieto, de que el centro de atención que nació en 2020 como una solución temporal, durante las anunciadas obras de rehabilitación y ampliación del albergue del Hospital Militar, ha pasado a ser permanente.
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«El proyecto del antiguo albergue está completamente descartado y las instalaciones, que son mucho mejores y más amplias, se quedarán definitivamente en el edificio del paseo de Extremadura», confirma el edil, quien explica que en cuanto al uso del viejo 'almacén' del Hospital Militar, propiedad de la Junta, pero aún cedido al Ayuntamiento, están estudiando «otros posibles usos sociales, aún sin concretar, o revertir la cesión».
A la espera del centro de día
Y en cuanto al cercano local de la Junta, el de la calle San Sebastián -con acceso por el portalillo también utilizado por indigentes para pasar la noche-, Rodrigo Nieto aclara que la administración autonómica «ha iniciado ya los trámites para devolver el espacio a la Tesorería de la Seguridad Social -del Gobierno-, que es su propietaria, para despejarnos después el camino, y así está ya hablado, para su cesión al Ayuntamiento para habilitar este espacio como un centro de día para personas mayores». ¿Cuándo? Es una incógnita. Pero, reitera el concejal, «es algo que está avanzado y que queremos sacar adelantes».
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Los vecinos de La Victoria, en cuanto a este espacio, que desde hace «más de diez años se usa como mero almacén por parte de la Consejería de Sanidad», recogieron durante la pasada primavera más de cinco mil firmas, que entregaron a la consejería, para reclamar agilidad en los trámites y dar vida al local como un «necesario» centro de estancias diurnas del que carece a día de hoy uno de los barrios con mayor volumen de población envejecida de la capital. Los trámites, reitera el titular de Servicios Sociales, «están muy avanzados».
«Es una dotación muy necesaria para los vecinos y más después de tanto tiempo abandonada, y sin más uso que el de almacenillo de material, cuando se trata de un espacio público cedido a Sacyl», insiste el portavoz vecinal, Javier Sánchez. El espacio en sí se encuentra, además, junto al centro de vida activa (para personas mayores) de La Victoria, con entrada por el número 4 de la propia calle San Sebastián, y la sede de la asociación Los Comuneros, que está en el número 3.
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El portalillo en cuestión, de momento, continúa sirviendo de cobijo para personas sin hogar. Un uso social, al fin al cabo, a la espera de que las tres administraciones (autonómica, estatal y municipal) concluyan los correspondientes trámites burocráticos y recuperen este espacio para un fin social más regulado.
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