Ratificada la pena de prisión para el Dominican Don't Play que dio machetazos a un Trinitario
El TSJ rechaza el recurso de Amador P. K., condenado a siete años y medio por la Audiencia de Valladolid por atacar a miembros de la banda rival en un locutorio de Nicolás Salmerón
El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla y León ha rechazado el recurso de apelación y ha confirmado los siete años y medio de prisión ... para Amador P. K., miembro de la banda latina de los Dominican Don't Play, al tratar de matar con un machete a un miembro de un grupo rival en enero de 2024. El fallo de hace medio año de la Audiencia de Valladolid condenaba al joven a cinco años por tentativa de homicidio y otros dos años y medio por el robo con violencia de cuatro patinetes eléctricos estacionados en el exterior del local donde se produjo la agresión. Asimismo, el acusado tendrá que indemnizar al agredido con 1.170 euros por lesiones y 24.000 euros por secuelas.
El tribunal consideró probado que el condenado acudió el 7 de enero del año pasado, junto a otros miembros de la banda Dominican Don't Play, a un locutorio en la calle Nicolás Salmerón de la capital, un local que era frecuentado por miembros de la banda rival (Trinitarios). En concreto, fue con un machete de grandes dimensiones (unos 60 centímetros de longitud de los que 40 corresponden a la hoja) mientras que los otros participantes portaban machetes, cuchillos y un bastón con punta metálica.
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El fallo prueba que actuó con ánimo de ocasionarle la muerte, al propinar a uno de los miembros de los Trinitarios un machetazo en la parte derecha del rostro. Posteriormente, abandonaron el establecimiento y se llevaron cuatro patinetes eléctricos que estaban estacionados fuera, informa Ical.
La sentencia, ahora ratificada por el TSJ, señala que Dominican Don't Play es una banda estructurada de forma jerárquica, con un reparto de tareas entre sus miembros y que se encuentra dirigida a la comisión de hechos delictivos, usualmente consistentes en ataques a la libertad e integridad de las personas con la finalidad de ejercer el control del que consideran su territorio, y también contra el patrimonio .
Tal y como indicó el Ministerio Fiscal, el intento de homicidio fue una autoría coral o grupal, con actuación de común acuerdo, con acuerdo de voluntad previo, y con consentimiento de todos los intervinientes que sumaron sus acciones y energías para un resultado final. De ahí que sea considerado como una participación criminal.
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