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Los puntos de envío y recogida de compras por Internet se disparan hasta el 85%Hace veinte años solo el 7,4% de los castellanos y leoneses (el INE no ofrece datos provincializados) compraban con frecuencia por Internet, por debajo ... de la media nacional del 10%. En 2024 esa proporción había subido hasta el 50,1% en la región y era del 56,7% en el conjunto de España, según la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en los Hogares. Un salto cuantitativo pero también cualitativo, por lo que conlleva de cambio en los hábitos de consumo.
Lo que más se adquiere a través de la red es ropa, zapatos o accesorios, productos que suponen algo más del 40% del total. Recibir estos artículos en casa obliga a hacer guardia a la espera del repartidor, algo que se complica cuando se trabaja, se estudia o es preciso atender otros quehaceres. De ahí que los grandes distribuidores pongan a disposición de sus clientes puntos de envío y recogida tanto en formato buzón –lo que se conoce como 'lockers', armario en inglés– como atendidos por los propietarios de pequeños establecimientos comerciales.
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Estas localizaciones donde se pueden retirar o despachar las compras y ventas del comercio electrónico se han disparado en Valladolid en un año hasta rondar el medio millar, a tenor de las cifras que ofrecen las cuatro principales compañías logísticas que las gestionan. La que más tiene es Amazon, que aunque no da datos exactos sí confirma que son «más de 200 en la provincia de Valladolid en la actualidad». La multinacional estadounidense tampoco ofrece «comparativas Year over Year (YoY)», es decir, respecto a ejercicios anteriores, si bien una pista de su pujanza la da que en su información corporativa especifica que desde su llegada a España en 2010 ha invertido «más de 17.500 millones de euros, con el objetivo de acercarse a los clientes y mejorar sus servicios».
Más transparente es Seur. Fuentes de esta firma española indican que sus 'pickup' (así es como los denominan) «superan el centenar» y que «el crecimiento respecto a 2023 está en torno al 85%», lo que es tanto como decir que prácticamente los han duplicado en doce meses. DHL tiene otros 45 'servicepoint' y desde InPost proporcionan el listado completo a 30 de diciembre de 2024, donde se detalla que a esa fecha tenían 89 'punto pack' y 21 'lockers' en Valladolid, hasta sumar 110. Teniendo en cuenta que el ejercicio anterior ascendían a 70, el aumento es de un nada desdeñable 57,1%.
«Queremos que los usuarios tengan siempre un 'punto pack' o 'locker' a mano, permitiendo a los clientes elegir la opción que mejor se adapte a su ritmo y necesidades en cada momento, sin limitaciones», destacó Marc Vicente, el CEO para España y Portugal de esa última empresa, cuando sobrepasaron los 12.000 entre ambos países. Una prueba de que se trata de «un modelo en auge», según InPost, que asegura que su servicio es «el sistema automatizado de recogida y entrega de paquetes más grande y cómodo de Europa», con más de 46.977 taquillas inteligentes «instaladas en espacios públicos o en las zonas exteriores de comercios, gasolineras y grandes superficies» y más de 35.119 comercios asociados, «como librerías, floristerías» u otros, en nueve países del continente.
Las tiendas reciben una pequeña remuneración por la gestión que generalmente oscila entre los 30 y los 40 céntimos por paquete, aunque puede llegar a los 60 dependiendo del peso o bajar hasta los 15 si se trata de una recogida. Son importes modestos, pero «al final son ingresos para el pequeño comercio», resume el profesor José Antonio Salvador Insúa. El decano de la Facultad de Comercio y Relaciones Laborales de la Universidad de Valladolid (UVA) destaca que «como cada vez hay más venta por Internet», funcionar como base de alguna de las grandes plataformas de reparto es una posibilidad atractiva para establecimientos de proximidad que están con la persiana levantada durante una franja considerable del día. «Si hablas con ellos te dicen que es mucho trabajo y poco dinero, pero lo hacen y no se quitan de hacerlo, entonces algo ganan», señala el experto, quien asegura que para una cantidad apreciable de estas pymes o autónomos «es una solución» porque contribuye a que puedan cuadrar la caja.
José Antonio Salvador Insúa reitera, en este sentido, que «si tienes una tienda física que está abierta y tienes un horario comercial amplio, la forma de recoger paquetes de las grandes empresas se transforma en un negocio importante para el pequeño comercio y le ayuda». En algunos casos, y cita como ejemplo «los quioscos» o los locales «tipo bazar», estos acuerdos son muy relevantes a la hora de «mantenerse» en un sector que ha sufrido mucho. Otros que a menudo son el nexo de unión entre compradores y vendedores por Internet son los estancos, las librerías y las copisterías. «Hay muchos ratos que no tienes a nadie y puedes dedicarte a ello», explica el decano, que añade que «el que tiene tiempo libre lo hace, al que vende mucho no le da tiempo a hacerlo, pero como es voluntario... Aunque realmente yo veo muchas tiendas que casi viven de esto», sentencia.
El especialista se muestra más escéptico sobre el hecho de que sirva para atraer clientes que de otro modo no habrían entrado. «No es que funcione mucho, porque a lo mejor los paquetes que va a recoger la gente no tienen nada que ver con tu negocio, pero por lo menos das a conocer que estás ahí. La gente entra y si tienes capacidad para hacer un buen escaparate y para colocar bien las cosas de la tienda puedes conseguir clientes de esa manera», señala Salvador Insúa, quien apostilla que «desde luego si no entran en la tienda no consigues clientes, mientras que si entran por lo menos tienes la opción de conseguirlos, y eso siempre es bueno».
La secretaria general de la Agrupación Vallisoletana de Comercio (Avadeco), María Balsa, coincide en que «es una manera de incrementar la productividad y la rentabilidad del local en un sector en el que hay mucho tiempo muerto, porque todas las horas que se trabajan no implican que estés atendiendo a clientes». Y prosigue señalando que «si ese tiempo lo puedes destinar a realizar otro tipo de actividad y además con eso generas flujo de gente, que puede ser que además de ir a por el paquete compre otro tipo de cosas o te dé a conocer, tiendas pequeñas lo hacen para continuar subsistiendo». Máxime cuando «se está incrementando la venta 'online', en cualquier estudio que mires es evidente».
En una línea parecida se expresa el presidente de la Federación de Comercio y Servicios de Valladolid y Provincia (Fecosva), Jesús Herreras, quien afirma que quienes se apuntan a esto «buscan generar tráfico de gente y a la vez es un complemento para ellos, porque sacan un recurso más» con el fin de «poder mantenerse». «No solo son tiendas pequeñas, hay muchas de reparaciones, de servicios, que están haciéndolo también», remarca Jesús Herreras, quien añade que «lógicamente si tuvieran un negocio con movimiento y que les reportara suficiente trabajo y recursos no lo harían. Eso seguro, porque de hecho los que funcionan bien no lo hacen. Pero cuando el negocio baja es una manera de buscar potenciales clientes». Al hilo de esto, el máximo responsable de Fecosva esgrime que «con Internet a veces lo que nos falta a los comercios es que la gente salga a la calle para poder tener la oportunidad de venderles algo», porque «mucha gente, sobre todo de 30 años para abajo, no sale de casa. Están con el ordenador, compran con él y piden la comida por Internet porque han nacido con el móvil en la mano», y «con la pandemia esta tendencia a nivel mundial se ha acelerado muchísimo», concluye.
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