La psicóloga vallisoletana que sabe por qué Ansiedad es la estrella de 'Del revés 2'

El último Informe del Sistema Nacional de Salud, publicado en noviembre por el Ministerio de Sanidad, consigna que, en 2021, los centros de atención primaria diagnosticaron 126,9 casos de ansiedad por cada mil habitantes. Es un 33,7% más que dos años antes. La padecen el doble de mujeres que de hombres (165 frente a 87). Es el problema de salud mental más frecuentemente registrado. En Castilla y León, es la tercera gran causa de bajas laborales, por detrás de los dolores de espalda y las gastroenteritis. La segunda con más días de baja.

«En la película, aparece con mucha energía, cargando con sus maletas… Representa esa ansiedad adaptativa que todos tenemos, esa anticipación ante lo que va a suceder, esa planificación a futuro. Pero, a medida que avanza la historia, Ansiedad va tomando el control no solo del resto de emociones, sino también sobre la vida de Riley, sus comportamiento y conductas».

-El personaje de Ansiedad se justifica: 'Yo quiero anticiparme para protegerla'. ¿Hay una parte positiva en la ansiedad?

-Claro. Todas las emociones tienen una función, a nivel adaptativo, social y motivacional. En el primero de los casos, la ansiedad ayuda a planificar, me motiva a hacer ciertas actividades que me permiten tener un mayor control o mayor seguridad sobre mi vida. El problema aparece cuando esa necesidad en el control de todo lo que pasa a mi alrededor hace que mi vida sea pequeña y que todo esté al servicio de la ansiedad. Ahí es cuando aparece el problema, porque toma el control de la nave.

-Ya.

-Pero lo mismo pasa con el resto de emociones.

-¿Ah, sí?

-Una de las cosas más interesantes de la película es cómo, al finalizar, Alegría también se da cuenta de que ha intentado tomar el mando durante mucho tiempo sobre la vida y las emociones de Riley. En realidad, todas están bien, todas pasan por algo y el problema aparece cuando queremos controlarlas o esconderlas y eso reprime al resto de emociones, hace que aparezca la negación y que nuestra vida se estreche para no sentir el malestar que puede aparecer a veces. Las emociones son experiencias de muchas dimensiones, siempre van a aparecer al menos tres sistemas de respuesta.

-Que son…

-El cognitivo, que es subjetivo, y que va acompañado de pensamientos y racionalizaciones.

-En el caso de la Ansiedad, en la película vemos cómo no deja de proyectar pensamientos negativos que impiden conciliar el sueño. Pasa a menudo.

-A veces nuestro pensamiento nos lanza mensajes que no son los que nos gustaría. La primera respuesta que nos surge es: tengo que controlarlos. Muchas veces, engancharnos a ese pensamiento e intentar controlarlo hace que aumente la atención en ese pensamiento y que aparezca con más fuerza.

-¿Cómo rompemos con ese bucle?

-Lo primero, identificar que esos pensamientos están apareciendo. Lo segundo, no juzgarlos. Aceptar que son cosas que forman parte de nosotros y que aparecen como una ola que viene, pero que se va. Hay que aprender estrategias para aceptar radicalmente las emociones, el malestar y los pensamientos asociados a ellos, sobre todo para no permitir que controlen nuestra vida, no dejarles el control.

-Hablaba de una segunda respuesta…

-Hay otra parte que es conductual: cuando siento una emoción determinada, ¿qué hago con ella? ¿Qué comportamientos voy a poner en marcha? Y luego hay una parte que es fisiológica.

-¿En qué sentido?

-En la película se ve que la joven protagonista se agarra el corazón, tiene palpitaciones, empieza a sudar, a respirar rápido, a hiperventilar, a mover las piernas.

-¿Qué hacemos ante esto?

-Parte del trabajo que hacemos en El Puente-Salud Mental tiene que ver con esto, con aprender a identificar las emociones, ver cómo se dan y qué hacemos con ellas. Cómo me comporto cuando aparece esa emoción y si ese comportamiento es adaptativo, va en relación con la vida que quiero vivir o, por el contrario, el comportamiento está al servicio de calmar la emoción que no me gusta y entonces la contrapartida a pagar es que mi vida se va haciendo más pequeñita.

-¿Por ejemplo?

-Imagina que soy una persona que da mucho valor a la formación, a mi avance académico y también a que mi familia se sienta orgullosa de mí. Y un día tengo que hacer una presentación en el colegio, tengo que explicar ante toda la clase un tema que me ha mandado el profesor. Eso puede hacer que aparezca el nerviosismo, la ansiedad, la vergüenza. Hay diversas estrategias para gestionar esos sentimientos, pero no todas son acertadas. Por ejemplo una puede ser no presentarme a clase, no ir ese día, ponerme mala. Así, tendré controlados los sentimientos de ansiedad o de vergüenza. Si no aparezco, los mantengo a raya.

-Pero…

-Pero a cambio, se va dañando esta parte que es importante para mí. Porque eso puede afectar a mi situación académica y a la imagen que de mí tenga mi familia. Así, será más importante afrontar esa situación, a pesar que aparezcan los nervios y esa ansiedad. Y esto es algo muy importante que se cuenta en la película.

-¿El qué?

-Que los aprendizajes conforman toda nuestra identidad y que los aprendizajes conllevan el cambio. A veces tenemos el prejuicio de que somos de una determinada manera, creemos unas determinadas cosas y que el cambio no es posible. Desde la psicología, desde la ciencia de la psicología, una parte fundamental es el estudio del comportamiento y cómo tenemos cierta capacidad de gestionar y de cambiar la forma de comportarnos, que muchas veces es la que genera o aumenta el malestar o sufrimiento.

-¿Cómo?

-Vivir hace que aparezcan sentimientos que tal vez no son valorados por nosotros como agradables: malestar, tristeza, envidia, vergüenza. Es lo que comentaba antes con el ejemplo de la presentación en clase. A veces, cuando tenemos objetivos o valores y queremos hacer cosas que son importantes para nosotros, no queda más remedio que abrazar todas esas emociones que consideramos negativas y que nos acompañan para llevar a cabo la vida que queremos vivir. Muchas veces, la forma de gestionar ese malestar es como aparece en la película, a través de la negación, del reprimir y controlar haciendo cosas que no nos gustan. Y eso, al final hace que muchas veces empeore nuestra situación porque lo que estamos haciendo es rechazar o abandonar la vida que queremos vivir y lo que es importante para nosotros simplemente para controlar esas emociones, esa ansiedad o esa tristeza

-¿En su entidad, en El Puente, imparten talleres o cursos vinculados con la ansiedad?

-No solo con la ansiedad, sino con la gestión emocional y el aprendizaje. El año pasado llevamos a cabo un programa que llamamos culturismo emocional que eran una serie de sesiones muy educativas o psicoeducativas para aprender cuáles son las emociones, ponerle nombre, identificarlas, ver cómo se manifiestan en nuestro cuerpo y qué hacemos con ellas. Hacemos también talleres de habilidades sociales, donde abordamos, por ejemplo, la aparición del malestar, la gestión de conflictos. Hay grupos de afectividad y sexualidad, apoyo psicológico grupal e individual. Intentamos abordar todo eso. En los últimos años hemos tenido la oportunidad de acudir a espacios educativos a trabajar con alumnos y profesor. Nosotros lo hacemos a nivel preventivo y la sociedad tienen que establecer un sistema que enseñe a las personas lo antes posible a relacionarse con sus emociones, comportamientos y pensamientos.