Valladolid
Prudencia, desconcierto y decepción en los trabajadores de Bimbo al conocer al inversorLa plantilla espera con expectación la reunión con Martínez Marcos, la empresa de transportes que ha comprado la planta
«Nos hemos enterado por el periódico. Por la prensa. Sabéis más vosotros que nosotros». Era lo que más repetían este lunes los trabajadores de ... la planta de Bimbo en Valladolid que accedían a hablar cuando se les preguntaba, durante el cambio de turno, si estaban al tanto de las novedades. La noticia había saltado pasadas las 11:00 de la mañana: Martínez Marcos, una empresa local de transporte de mercancías, era la nueva propietaria de las instalaciones del polígono de San Cristóbal donde se fabrican los famosos donuts, donettes, tigretones, minibollicaos y pepitos.
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La decisión de la multinacional mexicana de cerrar su factoría vallisoletana por «causas organizativas y de producción» se conoció por sorpresa el 18 de septiembre pasado. Durante la negociación del ERE extintivo los delegados sindicales exigieron un plan de reindustrialización y en ese marco a mediados de octubre se anunció que había un inversor interesado en quedarse con el complejo y conservar como mínimo 50 empleos. Desde entonces su identidad y con ello el área de actividad a la que pertenecía eran un misterio, incluso para el Comité de Empresa.
Tras desvelarse de quién se trataba, eran muchos los empleados que preferían no hacer ningún comentario y se despedían en la puerta del complejo con un lacónico «no voy a decir nada» o «lo siento, no voy a hablar». Entre los que sí se avenían a expresar su opinión había quien aseguraba que prefería «ser prudente», dado que aún no habían recibido ninguna información por parte de la compañía, pero el resto se movía entre el desconcierto y la decepción. «Esperábamos otra cosa, porque no tiene nada que ver con lo nuestro. No entendemos muy bien el trabajo que vamos a poder desarrollar», decían con sinceridad dos empleadas con casi 30 años de trayectoria laboral en la marca de panadería y bollería.
Un sector «completamente distinto»
Un poco más allá, otra compañera incidía en lo mismo: «No sabemos la cabida que vamos a tener. De momento no lo vemos porque es un sector completamente distinto», en referencia al anuncio de que la producción de dulces dejará paso a una gran plataforma logística de almacenamiento para alimentación con silos y cámaras frigoríficas, lavadero, talleres, cabina de pintura y parking», este último con capacidad para nada más y nada menos que 300 camiones. «Si fuera algo tipo Amazon, que tienes que desviar paquetes, pero esto... No sé», añadía, a la espera de una reunión informativa que en principio está prevista para este mismo martes.
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El grupo aseguraba que son conscientes de que «en cualquier otro trabajo nos tendríamos que adaptar y estamos dispuestos a ello», y por eso se mantienen a la expectativa. Pero al mismo tiempo hacen una reflexión en voz alta: «Si había otras empresas que nos querían, no entendemos por qué se ha hecho esto», en alusión al hecho de que la Junta encontró dos firmas del ámbito agroalimentario que se comprometían a mantener el 100% de la plantilla de Bimbo en Valladolid.
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