Valladolid

La subasta de San Antón de Bolaños bate récord y obtiene 2.000 euros

A primera hora de la tarde, las campanas de la iglesia de San María repicaron para que los vecinos acudiesen a donar las limosnas, entre las que había lechazos, conejos, gallos, un jamón, un cochinillo, embutidos, alguna cesta de fruta o dulces caseros, entre otras viandas. Momentos después, cuando acabó la misa, por primera vez se trasladó en procesión la imagen del santo hasta las puertas de la iglesia de San Miguel, dedicada a actividades culturales, donde el párroco, Jesús Casas, bendijo a los animales.

Más tarde, con una iglesia de San Miguel llena de vecinos y visitantes, se inició la subasta en honor a San Antón, que fue de nuevo dirigida, con mucha gracia y disposición, por el joven Iván Callejo, quien fue subastando los distintos animales y alimentos donados con las consabidas pujas del público presente, hasta que, con el clásico «a la de una, a la de dos y a la de tres», los adjudicaba, en presencia de una imagen de San Antón.

La jornada festiva tuvo su mejor final en el salón del teleclub con la degustación de sopas de ajo y torreznos. Sin duda fue el momento de recordar anécdotas de otros tiempo, como las de todos los años en el que el añorado vecino Gabino Bausela Callejo dirigió la subasta. El alcalde, Alberto Callejo, en su primera subasta en esa responsabilidad municipal, explicó que la subasta «es un acto de generosidad de los vecinos de Bolaños, en el que donan los productos para que sean subastados y después pujan por ellos». Además aseguró que «es sin duda la fiesta más original que tenemos y creo que no hay nada parecido en toda la provincia». Por eso, adelanto la intención del Ayuntamiento de potenciar la fiesta para que sea un día completo, «vinculándola a la industria chacinera del pueblo».