Valladolid

Las mascotas reciben su bendición por San Antón

Entre ladridos, correas y abrigos para protegerles del frío. Así aguardaban las mascotas vallisoletanas —caninos mayormente— y sus dueños el momento de entrar a la Iglesia del Salvador, para primeramente escuchar la misa y después recibir su bendición por San Antón, el patrón de los animales, en la puerta de la parroquia ubicada en la calle Galera. Perros de todas las razas, caniche toy, westy, cocker, chiguagua o bulldog, y alguna mascota peculiar como pájaros o gatos se daban cita en un evento tradicional y curioso. Participantes que toman el relevo de una tradición de años.

Chelo, dueña de dos perros, un yorkipo y un chiguagua, llegaba cuando ya había comenzado la misa y aguardaba resguardándose de la lluvia que empezaba a amenazar el momento en el que el párroco saliese a la puerta a bendecir las mascotas. «Llevo viniendo ocho años, los años que tiene el perro más mayor que tengo. Es tradición y un momento especial. Siempre vengo con mis tortugas pero este año las he dejado en casa porque no tenía ayuda para traerlas y no puedo con todas las mascotas», asegura la mujer minutos antes de recibir la bendición. «Hacen mucha compañía y para mi son una parte más de mi familia», aseguraba.

Thor, «como el superhéroe de Marvel», es el compañero de aventuras de Rodrigo. Un San Bernardo que acaparaba las miradas de todos aquellos que aguardaban turno. «Es el primer año que vengo y estoy alucinado con la cantidad de gente que hay. Me encanta viajar y siempre lo hago con él y en caravana. Es mi compañero de aventuras y juntos somos un equipo», explicaba Rodrigo mientras aguardaba su turno.

Las aves también se han dejado ver, acompañadas por sus dueños, durante la bendición de San Antón en la Iglesia del Salvador en Valladolid. Ainhoa, que trasportaba a su pajarito en una pequeña jaula, aseguraba que es «una persona habitual en este día. Me encanta venir a la bendición para que le den salud a mi mascota». Mientras su fiel compañero revoloteaba en la jaula víctima del sonido un tanto atronador de los ladridos de Dingo, el bulldog negro que aguardaba a su lado junto a Rocío, la dueña del mismo.

Enfundadas con trajes de invierno para protegerse del frío, Bimba, Coco y Canela, tres caniche toy, esperaban turno visiblemente alborotadas junto a María Jesús, su dueña. «Suelo venir todos los años. Este parece que hay menos gente, quizás por la lluvia. Tengo tres perritas preciosas y son como las hijas que nunca pude tener. Están demasiado mimadas», asegura la dueña, mientras las tres mascotas lucen sus abrigos de tonos rosas, verdes y azules.

Los mininos no se han dejado ver durante la bendición de San Antón a excepción de Botas, un siamés. Carla, su dueña, confesaba que «los gatos no son muy de salir a la calle, este mío porque le he acostumbrado y me lo llevo a pasear como si fuese un perrete pero si no es difícil». Aun así, Botas parecía sentirse cómodo rodeado de perros. «Está acostumbrado a convivir con ellos, mi hermano tiene varios perros y cuando vienen a casa se llevan bien. El dicho de llevarse mal como el perro y el gato no es cierto en mi caso», bromeaba.

• Temas
• Mascotas
• Animales
• Perros
• Día de San Antón