La tromba arrasó 4.500 hectáreas de cereal y viñedo en Medina y Rueda
La tormenta del viernes causó daños en más de un centenar de casas de dos pueblos que aún trabajan para recobrar la normalidad
Guzmán Gómez e Iñaki Pérez, alcaldes de las localidades más afectadas por la tromba de agua que asoló varios puntos de la provincia en la ... tarde del pasado viernes, Medina del Campo y Rueda, coinciden en que aún es pronto para hacer una estimación económica de los daños causados por la descarga de agua, que en la tarde del pasado viernes anegó calles, bajos comerciales, garajes y viviendas. Todo en apenas cuarenta minutos en los que cayó cerca de 50 litros por metro cuadrado, entre las ocho y media y las nueve, con rachas de viento de entorno a los 100 kilómetros por hora que alcanzaron su pico en Rueda, a las 21.10 horas, cuando el medidor que la AEMET tiene instalado en la localidad, registró los 118 kilómetros por hora.
Publicidad
Lo que si tienen claro es que son cuantiosos, que se cuentan por «miles» y que afectarán notablemente a la economía de muchos hogares, especialmente a aquellos que dependen del campo, y a las arcas municipales, a falta de conocer qué ayudas llegarán para paliar los efectos.
En Medina del Campo, donde los Servicios de Emergencias registraron 52 incidencias y donde el aguacero descargó con mayor virulencia en torno a las 20:30 horas para después desplazarse hasta la vecina Rueda, las viviendas afectadas superan el centenar y los bajos comerciales rondan esta cifra. «En torno a 130 o 140 casas se han visto afectadas o inundadas y ha habido daños en otros 80 o 90 locales», estima Gómez, el regidor medinense, sobre las propiedades en las que llegó a colarse el agua, afectando a pertenencias y al mobiliario. Y que en algunos casos también sufrieron los efectos de las rachas de viento, que hicieron volar «cubiertas, falsos techos y placas solares», también en edificios municipales, incluido un colegio.
La tromba también ha dejado a su paso numerosas averías eléctricas y daños en las redes de saneamiento y abastecimiento, que se han visto afectadas por un enorme socavón provocado por las filtraciones del agua en la calzada del barrio periférico de Rodilana. El desprendimiento ha sepultado una bodega y se ha llevado a su paso parte la red de tuberías, dejando sin saneamiento e incialmente sin agua potable, aunque ya ha sido restablecida, a siete viviendas de la calle Murga, que aún permanece cortada sin fecha de apertura.
Publicidad
Rodilana, junto a la calle Obispo Barrientos, ha sido el epicentro de la tormenta en Medina. Los daños en viviendas, bajos comerciales y garajes se han concentrado en ambos puntos, que constituyen la zona más baja de la localidad. «Quiero trasladar a las administraciones publicas, bien sea Junta, Diputación o Ayuntamiento, que tomen medidas en el asunto, que no es de hoy. Llevamos 20 años con el mismo problema», lamenta Antonio Jiménez, propietario del concesionario de motos Superbykes, ubicado en el 41 de la calle Obsispo Barrientos y uno de los afectados por la tromba, que reclama soluciones a un problema recurrente para el vecindario: «tienen que meter un colector de dos metros que desvíe el caudal al río Zapardiel».
Pese a que el agua le entró en el negocio «por las puertas del taller y de la exposición», afectando a la instalación eléctrica, suelos, paredes y mobiliarios, considera que ha tenido «suerte» porque las lunas del escaparate lograron contener la fuerza del agua, evitando así daños en 80 vehículos, que «hubieran flotado como barcas». Aún así, la rehabiltiación del resto de instalaciones le obliga a cerrar su negocio «en plena temporada cuando más se vende y repara» durante al menos dos semanas en las que se seguirá atendiendo vía telefónica. Mas allá de la suerte que ha corrido su negocio, también ha presenciado como el agua ha anegado merenderos y cocheras de otros vecinos, que han sufrido daños materiales, especialmente de coches que han quedado totalmente cubiertos por el chaparrón.
Publicidad
En la misma zona también se han visto afectadas las instalaciones municipales. Las rachas de viento han provocado las voladuras del falso techo del polideportivo municipal Barrientos y en la piscina del mismo nombre, donde baños y vestuarios quedaron cubiertos por cascotes, obligando a su cierre durante todo el fin de semana. El equipo municipal aún trabajaba esta mañana para retirar los restos y la previsión es que su reapertura se produzca este mismo lunes.
«Hemos estado haciendo lo más imprescindible, está toda la circulación restablecida y todas las averías eléctricas resueltas», ha apuntado el regidor sobre las labores realizadas durante todo el fin de semana, que han permitido una relativa «vuelta a la normalidad». Una normalidad que también se ha recobrado en la residencia de ancianos San José, donde el pasado viernes tuvo lugar una de las situaciones más problemáticas del temporal. El agua se coló en el asilo, llegando a inundar el sótano y uno de los ascensores, lo que provocó una avería en la instalación eléctrica que dejó al geriátrico sin suministro de luz durante horas.
Publicidad
1 /
Más allá de los daños en el tramo urbano, la tormenta también se tragó cosechas enteras en el termino municipal y aunque aún no se ha hecho el recuento oficial de las parcelas afectadas, el edil apunta a que han sido entre «1.500 y 2.000 hectáreas», las que se habrían echado a perder. Mayores han sido en este sentido las estimaciones del Consistorio de Rueda, donde se cifran pérdidas «entre tierras de cereal y viñedos» de 3.000 hectáreas que han quedado «totalmente arrasadas».
«Es el modo de vida de muchos agricultores, que han perdido el trabajo de todo un año», lamenta Iñaki Pérez (PP), que tomó posesión del cargo de regidor el pasado mes de junio y que está estudiando pedir que reconozcan la zona como de «especial afectación» ante el impacto que las perdidas en el campo, que se ha llevado la peor parte, van a suponer para la economía local, con una gran dependencia del cultivo de la uva.
Publicidad
«Es el modo de vida de muchos agricultores, que han perdido el trabajo de todo un año»
Iñaki Pérez
Alcalde de Rueda
En el casco urbano, donde los estragos del lodazal son aún visibles, el impacto ha sido de menor calado, con cerca de «12 viviendas afectadas» por las inundaciones «en diferentes grados». «La riada vino de la zona de Medina, trajo un montón de residuos y arrastró contenedores cientos de metros, provocando el colapso de uno de los puentes, lo que hizo que el agua se desbordara y entrara en algunas casas», explica Pérez. Y aunque la limpieza de los «puntos más críticos» ya se ha acometido, la capa de lodo aún se extiende por la travesía de Rueda y otras calles del entorno.
«Tenemos pensando que en esta semana quede la gran mayoría del lodo retirado», sostiene el edil, que pone en valor la colaboración ciudadana que «vino a desatascar» las zonas anegadas «en cinco minutos». El agua llegó a entrar en la ermita del Cristo del Humilladero, que quedó despejada en pocas horas gracias a la «colaboración» de todos los vecinos, que en la mañana del sábado que afanaban en la limpieza del entarimado. Aunque aún está por ver si «resiste» la madera a los estragos del agua.
3€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión