Torrelobatón revive la infancia del Padre Hoyos
Más de 70 personas, entre actores y colaboradores, recrean la aventura del beato torreño, que a los 10 años partió en burro rumbo a Madrid en busca del mejor colegio para estudiar
Este domingo Torrelobatón ha rendido homenaje a su hijo más ilustre, el beato Bernardo de Hoyos y lo ha hecho viajando al siglo XVIII para ... rememorar un pasaje entrañable de la vida del beato, en una recreación histórica que ha implicado a vecinos de todas las edades.
Prevista inicialmente para el 2 de marzo y aplazada por las lluvias, la representación titulada 'Una aventura del Padre Hoyos' ha sido organizada por la Asociación Padre Hoyos en colaboración con el Ayuntamiento, con el respaldo del grupo de jotas y paloteo Nuevas Raíces, la asociación teatral La Barbacana, la asociación cultural El Castillo, la asociación Lírica Cabezón y Cultyocio, así como de numerosas empresas y particulares que han sumado esfuerzos.
El protagonista absoluto ha sido el pequeño Bernardo, encarnado por Mateo Hervada, un torreño de 10 años, la misma edad que tenía el beato cuando decidió salir de Medina del Campo —donde estudiaba con los jesuitas— y emprender camino hacia Madrid en busca del Colegio Imperial, considerado el mejor centro educativo de la época. La escena de su partida en burro se escenificó en la Plaza Mayor de Torrelobatón, mientras que su llegada al pueblo se representó frente a la casa natal del beato, recientemente restaurada gracias al empeño de la asociación cultural que lleva su nombre. «Bernardo estaba en Medina del Campo, estudiando en un buen colegio de jesuitas, se hospedaba en casa de su tía y oyendo que el Colegio Imperial era el mejor colegio de todos, no dudó en salir en su búsqueda, cogió un burro del corral y emprendió camino a la capital. Llegó hasta la misma Corte de Madrid en tan sólo dos días, encontró la misma casa donde vivía su tío Tomás, al lado del Colegio Imperial. Su tío le trajo de nuevo a Torrelobatón», señalaba Teresa Melón, una de las organizadoras.

El acto contó con música en directo de la dulzaina de José Luis Lorenzo y la caja de Félix Velasco, además del órgano barroco que hizo sonar Marce García Cuadrado durante la misa previa. También ha contado con el apoyo documental de la Fundación Joaquín Díaz y el asesoramiento del investigador Carlos Porro. Para finalizar, ya en el centro cultural, los participantes y el público pudieron degustar la pasta del Padre Hoyos, cuya fórmula ha sido creada para la ocasión por Pastelería Laguna, de Villalar de los Comuneros. «Buscábamos un postre que llevara el nombre del Beato Bernardo de Hoyos, que tuviera una elaboración sencilla y de mucha calidad, por eso se acordó esta deliciosa pasta de mantequilla con forma de corazón», explicaba Teresa Melón.
Esta iniciativa cultural ha servido para acercar a los vecinos y visitantes la figura de Bernardo de Hoyos —beatificado en 2010 y reconocido como impulsor de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
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