«El torniquete ayudó mucho», afirma la cirujana que atendió al corneado
El hecho de que la cornada fuese en el campo, lejos de la enfermería, hizo que «pasara un tiempo» que no se pierde si la herida sucede en la plaza, explica la prestigiosa doctora Marta Pérez
El trabajo de la cirujana Marta Pérez ha vuelto a ser crucial ante una cogida escalofriante. En esta ocasión, fue durante la celebración del Toro ... de Vega, festejo en el que el astado se escapó del recorrido tras romper una talanquera y minutos después corneó a un hombre de 67 años en la pierna. «Era una cornada muy seria, con un arrancamiento completo del paquete femoropoplíteo izquierdo, de la arteria y de la vena. El hombre llegó a la enfermería en un shock hipovolémico -afección en la que la pérdida grave de sangre hace que el corazón sea incapaz de bombear suficiente sangre al cuerpo-. Prácticamente no tenía tensión, le operamos en Tordesillas y le trasladamos al Clínico», explica Marta Pérez en primera persona.
Esta cirujana fue el año pasado foco de atención mediática después de salvar la vida en Cuéllar al torero Manuel Diosleguarde, que sufrió un una herida penetrante de 25 centímetros en su muslo derecho, y ahora su trabajo vuelve a ser noticia.
Así fue la cogida
Marta Pérez afirma que el condicionante de que la cornada fuera en un festejo taurino popular en el campo, alejado de la enfermería, hizo que durante el traslado pasaran unos minutos que no se pierden cuando estas heridas suceden en una plaza de toros. «Esta cogida es mala y el problema es que este señor está en el campo y nosotros, en el quirófano de la plaza. Además, teníamos el problema añadido de que había obras en la carretera. Trasladarlo supone un tiempo que es vital cuando hay un shock hemorrágico. Estas cornadas si pasan en la plaza van de ahí a la enfermería, pero si suceden en un encierro mixto, como el Toro de la Vega, hasta que llegas al quirófano pasa un rato», señala.
El hecho de que se le hicieran varios torniquetes ayudó a que la pérdida de sangre fuese menor, tal y como indica la cirujana. «El torniquete ayudó mucho, pero una arteria poplítea sangra mucho y cuando es el paquete completo de arteria y vena, pasa lo que pasó, que llegó en shock a la enfermería, sin tensión», asegura Marta Pérez, quien tras operar al herido en la plaza, lo acompañó en la ambulancia para que fuese intervenido en el Clínico.
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«Hemos subido con el herido al quirófano porque cuando trasladas este tipo de cornadas en una ambulancia, no sabes si van a volver a sangrar o si se va a hipotensar de nuevo. Le llevamos al hospital estable y se mantuvo así durante todo el traslado», afirma la doctora, quien señala que la intervención en el hospital sirvió para que se unieran los vasos dañados por la cornada. «Le acompañamos hasta la puerta del quirófano, donde le han operado estupendamente los compañeros de cirugía vascular del Clínico. Le han hecho una anastomosis termino terminal de la arteria poplítea y esperemos que vaya bien», concluye Marta Pérez.
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