Valladolid
Tordesillas rinde pleitesía a la reina Juana I de Castilla y su séquito
Secciones
Servicios
Destacamos
Valladolid
Tordesillas rinde pleitesía a la reina Juana I de Castilla y su séquitoTordesillas vive el Día de la Reina con fervor. Cientos de personas abarrotaron este sábado la localidad vallisoletana con motivo de la vigesimosegunda edición ... del evento que rememora la llegada de la reina Juana a la villa del Tratado. La joven de 29 años, los mismo que tenía la reina Juana a su llegada a Tordesillas, Cristina Sigüenza, interpretando a la reina Juana, y Carmen González, como Catalina de Austria, han protagonizado las escenas más importantes de una velada en la que las condiciones climatológicas acompañaron y permitieron el disfrute de todos los asistentes.
Corría el mes de marzo de 1509 cuando la reina Juana, con 29 años, llegaba al Palacio Real de Tordesillas, donde se instalaría hasta su muerte en 1555. Una llegada difícil y marcada por la presencia de su padre, Fernando el Católico, su hija pequeña Catalina y los restos de su esposo Felipe, recientemente fallecido en Burgos. A su llegada a Tordesillas, la reina Juana fue custodiada y protegida por su guardia personal, los Monteros de Espinosa, la guardia castellana, el personal de palacio y numerosos monjes con el féretro de su esposo.
El séquito de la reina ha comenzado el recorrido a las 19.30 horas de la tarde desde la entrada de Tordesillas para encontrarse, sobre las 20.00 horas, con el cortejo de su padre, Fernando el Católico, escoltado por su guardia. Desde allí, han puesto rumbo a la plaza Mayor ante la expectación de los vecinos, asomados a sus balcones. Unos minutos más tarde, Hernando de Tovar, capitán de los monteros de Espinosa, ha ordenado abrir las puertas de la villa para dar paso a la reina.
La comitiva ha continuado su camino por las principales arterias de Tordesillas sobre las 20.30 horas, momento en el que en la Plaza Mayor, Fernando el Católico ha intentado convencer a su hija de que se quede en Tordesillas. Finalizando, y ya a las 21.00 horas de la noche, la reina y toda la comitiva, formada por 300 vecinos que participan en la recreación, ha llegado al Palacio Real, donde la reina ha recordado sus vivencias más dolorosas y ha entrado sola al recinto, donde estuvo encerrada durante casi medio siglo.
El Centro de Iniciativas Turísticas de Tordesillas que organiza la recreación es una asociación de vecinos cuya finalidad es la promoción turística y cultural de la localidad. En 2005 se propuso recuperar la memoria de una mujer «maltratada y olvidada» y recordar que Juana I fue reina de Castilla, hija de reyes y madre de seis reyes. Convertida en una sombra por su marido, Felipe el Hermoso, aislada por su padre e ignorada por su hijo Carlos V, la reina Juana I permaneció en el olvido durante siglos hasta que, en el siglo XIX, su figura fue recuperada por el movimiento romántico, que la convirtió en un personaje fundamental de su iconografía.
En la actualidad y gracias a las numerosas obras dedicadas a su vida, Juana I se ha convertido en uno de los personajes más reconocidos de la historia de España y en protagonista de un periodo fundamental en la memoria histórica de Tordesillas, la villa que guarda año tras año pleitesía a su reina.
Perteneciente al grupo de luceras que compone parte de la comitiva que acompaña a la Reina Juana I de Castilla durante 9 años, esta vez ha encarnado el papel protagonista. Cristina Sigüenza, reina Juana I de Castilla durante la representación del hoy en Tordesillas, confiesa estar viviendo «el sueño de cuando era pequeña». «Para las chicas que somos de Tordesillas es nuestro sueño dar vida a Doña Juana. Es una tradición preciosa con la que yo he crecido desde niña hasta ahora», recuerda la joven.
Son solo dos los requisitos para dar vida a la Reina Juana -ser de Tordesillas y tener 29 años durante la representación- pero Cristina Sigüenza ensalza la oportunidad gracias a su ilusión. «Hemos ensayado desde las posturas que tengo que tener, hasta la manera de andar. Doy vida a una reina y eso hay que tenerlo siempre presente y el luto y el duelo de portar el féretro de su esposo. La expresión ha de ser austera y seria», explica Cristina Sigüenza.
El vestido que ha lucido la reina Juana I de Castilla durante la representación tiene 20 años de historia y está bordado en terciopelo con infinidad de detalles. La joven de 29 años, la misma edad que tenía Juana a su llegada a Tordesillas, confiesa: «Tenemos dos trajes. Uno rojo, para la visita al mercado medieval en octubre u otros eventos y el negro, que se utiliza unicamente el día de la representación», afirma. «Siempre hay que hacer algún arreglo pequeño al vestuario pero poca cosa. Estoy encantada con el traje negro porque es una obra de arte», añade.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.