Valladolid
San Juan recorre las calles de Rioseco en el último día de sus fiestas patronalesAntes de este santo, fue patrón de los riosecanos San Ponciano, del que se conserva en el Museo de San Francisco un relicario con sus cenizas que salía en procesión el 19 de noviembre
Las fiestas patronales de Medina de Rioseco ya son historia. Este martes llegaron a su fin en fecha tan señalada como la celebración de ... la festividad de patrón, San Juan, en una jornada que se iniciaba con el pasacalles de los dulzaineros del Mayo y la actuación del grupo de danzas en la residencia de ancianos. Además, los más pequeños se convirtieron en químicos por unos momentos con la actividad locolaboratorio, que, debido a la amenaza y presencia de lluvia, se tuvo que trasladar desde el parque Duque de Osuna al atrio del Ayuntamiento. Unas inclemencias meteorológicas que hicieron aplazar el tobogán acuático y la fiesta de la espuma prevista para la tarde.
A media mañana, la iglesia de Santa María acogió la misa en honor al santo patrón, tras la que partió la procesión, en la que una vez más salió a la calle, entre numerosos vecinos, la magnífica talla del siglo XVIII de San Juan Bautista, del imaginero Tomás de Sierra, en medio de los bailes de la escuela municipal de danzas. Con la actuación por la tarde de África Herrero en la residencia de ancianos y el gran prix para peñas, que también vio movida su celebración de la plaza de toros al polideportivo municipal, se llegó a la noche con el karaoke y la discomovida Star-Night en el corro del Carmen, poniendo fin a unos días de fiestas que han estado marcados por las altas temperaturas.
El añorado párroco riosecano Gabriel Pellitero, que falleció hace años, recordaba que «antes de ser San Juan Bautista el patrón, lo fue San Ponciano». De hecho en su festividad el día 19 de noviembre se organizaba una procesión por el atrio de Santa Cruz con las andas portando un relicario con las cenizas del santo existente en esa iglesia y que ahora se puede visitar en el Museo de San Francisco. Pellitero sostenía que la relación de las fiestas de San Juan estaría motivada más «por el interés de los Almirantes de potenciar las ferias que durante esos días se celebraban en Rioseco y que tenían una gran resonancia». De hecho hasta no hace mucho se llamaron Ferias y Fiestas de San Juan.
En esta devoción de la ciudad hacia este santo hay que saber que en 1547 se funda la Cofradía de los Caballeros de San Juan Bautista bajo el amparo y gracia del almirante Luis Enríquez de Cabrera y que estaría compuesta de un alférez y cinco diputados, todos ellos personas de la mayor distinción. En sus capítulos se estipula que el día de la víspera de la fiesta por la tarde se junten a caballo todos los cofrades en casa del alférez para ir a buscar al Almirante y de allí a oír misa en la ermita del santo, junto a la actual calle de San Juan. El día 24 de junio se repetía el cortejo y después de la misa el alférez tenía obligación de invitar al resto de la cofradía a un almuerzo. Por la tarde era normal que todos jugaran en la plaza de la villa a cañas. El Regimiento contribuía en la fiesta con una lidia de toros, «una de las honradas costumbres que siempre quiso conservar la villa», según escribe Valencia Castañeda en sus famosas Crónicas de Antaño.
Es de suponer que la labor de esta cofradía para fortalecer a San Juan como patrón de Rioseco fuera importante. En 1754 existe una relación del concejo referente a su historia en el que se cuenta que «la víspera de San Juan Bautista se adornan los balcones de la casa de Consistorio y en ellas se pone un estandarte con la encomienda del santo y a la hora de vísperas sale la ciudad precedida de sus porteros y maceros y el procurador general tomando el estandarte y puesto entre los dos alcaldes, marchando a la iglesia de San Juan (sobre la puerta de Castro, al final de la Rúa), donde asisten al completorio que ofician los beneficiados que residen en la parroquial de Santa María, de donde es sufragánea la dicha iglesia y fenecidas las completas se vuelve la ciudad con el mismo orden a las casas de Consistorio de donde el día siguiente sale del mismo modo para asistir a la misa del San Juan».
Muestra de toda historia del santo patrón es que en la iglesia de Santa María, también en el Museo de San Francisco, se encuentran diferentes imágenes y cuadros que tiene a San Juan como principal motivo, algo que habla de la devoción de una localidad por su patrón. La magnífica talla que sale en procesión habría pertenecido a la puerta de San Juan, con una capilla para el santo, junto a la actual calle que lleva ese mismo nombre, y que tras su derribo en el siglo XIX habría pasado a la iglesia de Santa María.
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