El pregón de Tordehumos torna en alegato en favor del médico rural
La médica barcelonesa Ana Arias inició este jueves las fiestas de la Candelas, que se prolongarán hasta el domingo
Las fiestas de las Candelas de Tordehumos han arrancado con el pregón, que fue pronunciado en la antigua iglesia de San Miguel, con numerosos vecinos ... y visitantes, por Ana Arias, médica barcelonesa de la localidad durante los años 1999 y 2000. En el mismo acto, se coronó a la joven Yolanda Paredes, como reina de las fiestas; a Sandra Peña y Lucía Díez como damas de honor, y a Carlos Mozos y María Hernández como príncipes infantiles.
Ana Arias comenzó sus palabras expresando el honor de ser pregonera, a la vez que se dirigió a la reina, damas y príncipes de las fiestas para decirles que «les dais mil vueltas a todos los actores y actrices que este año van a venir a recoger los Goyas a Valladolid». A continuación, relató cómo le llegó el aviso de venir a Tordehumos cuando se encontraba visitando a sus padres en Barcelona tras finalizar un contrato en el Centro de Salud de Delicias, y si al principio pensó «qué he perdido yo en Tordehumos», pues nunca había ejercido en el medio rural, no tardó en invadirla una gran curiosidad «sobre cómo sería trabajar fuera de los grandes centros de la ciudad y decidí embarcarme en una nueva aventura profesional».
Noticia relacionada
El Procurador del Común pide «potenciar» los consultorios locales
La médica, que llegó a Valladolid a hacer el MIR en el Hospital de Río Hortega, trajo al presentes algunas anécdotas en el desempeño de sus profesión en Tordehumos, como cuando Araceli y José Luis la llevaron a Villafrechós al sentirse mal; cuando Rosa Pisonero se acercaba para saludarla y obsequiarla con algún caramelo, «me hacía sentir como si fuera vuestra médico de toda la vida»; cuando a las once de la mañana aparecía Gaudencio «con una sonrisa de oreja a oreja, para decirme que ya había salido a dar un paseo y para explicarme cómo se encontraba» o cuando Javier Collazos llegaba «a echar una pequeña parrafada y contarme algún que otro chiste que me hacía reír, y entonces muchos de esos días grises de febrero y marzo ya cambiaban de color».
La pregonera explicó que, para ella, la diferencia entre el médico urbano y el rural la marcan, como dos valores muy apreciados, «el tiempo y la cercanía entre las personas». Porque ejercer la medicina en el medio rural «te permite tener tiempo extra para preguntar por todo y por todos, para explorar con plena atención y curiosidad, y sobre todo para escuchar sin prisas, sabiendo que no hay minutos que apremian y que te pisen los talones». Respecto a la cercanía, como valor central en la relación entre las personas, explicó que «no solo debe manifestarse en los momentos de bienestar o poco complicados, sino en los momentos más difíciles, y eso es lo que he podido vivir con algunas de las familias del pueblo». Una cercanía que «me ha permitido compartir momentos personales y íntimos como la pérdida de los seres queridos».
Además recordó con afecto a Rafael, a Alejandro, Tellina, Chencho, Jesús, Dolores, Rufi, José, Severino, Faustino, Moisés, Vitorino, Paulina, Pilar, Leonila y Mari Carmen, porque «todos ocupan un trocito en mi corazón. De ellos aprendí el sentido de la esperanza, la fortaleza, la lucha y la aceptación».
También tuvo palabras de cariño para Reyes y Ana, las enfermeras que la acompañaron como médica en Tordehumos y «con la que tengo la suerte de seguir trabajando a día de hoy, juntas cuidábamos y seguimos cuidando de vosotros lo mejor que sabemos y podemos». También recordó a Belén, Elena, Amalia, Neme, Bea, Rosa y Carmen como «un gran equipo de mujeres que fueron mis confidentes sanitarias. Vuestra labor como cuidadoras es crucial y para mí fuisteis de gran ayuda, me poníais en alerta cuando algo iba mal en algunas de las personas que teníais a vuestro cargo».
En la actualidad, Ana Arias trabaja en el Centro de Salud de Villafrechós como médica de área haciendo guardias y sustituciones, por lo que algunas veces regresa al consultorio de Tordehumos. Por eso se dirigió a sus compañeros para expresarles que «sois compañeros, amigos y familia, sois lo mejor que me ha pasado como médico, y ahora mismo no concibo mi trabajo sin vosotros. Somos un gran equipo y juntos podemos con cualquier adversidad». El pregón finalizó con un «llenemos el pueblo de música y canciones, de juegos y carreras de cintas, de luces y colores. Honremos a nuestra madre del cielo como se merece. Celebremos con ilusión la festividad de la Virgen de las Candelas».
El alcalde ahumado, Agapito Bravo, aseguro que «en Tordehumos no se podría concebir empezar febrero sin cumplir con esta cita festiva». Hoy será el día grande de las fiestas con la celebración de la festividad de Las Candelas. Los quintos protagonizarán el sábado la tradicional carrera de cintas al son de las músicas de los dulzaineros Zarabandos. El domingo, último día de las fiestas, serán los mozos solteros los que prueben suerte con las cintas
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión