Valladolid
Medio siglo de historias y saboresEl bar Zúrich de Rueda, famoso por sus patatas con chipirones, cumple 50 años de trayectoria
Corría el 20 de enero de 1974. Era fiesta local en Rueda, San Sebastián, y hacía un frío «que pelaba», según recuerdan los vecinos, cuando ... se inauguraba por todo lo alto el Bar Zúrich. Todo igual que ayer, pero medio siglo más tarde. Parecía que no hubiera pasado el tiempo, pero sí. Han transcurrido 50 años de risas, de emociones, de historias y anécdotas, de fiestas interminables y celebraciones por todo lo alto. Este bar ha sido testigo de medio siglo de vida de este pueblo y para tan especial efeméride, su actual propietaria, Ascensión Vázquez y sus hijos Natalia, Cristina y Fernando han querido celebrarlo con todos sus clientes.
Lo fundó Teófilo Encinas, el pequeño de una familia de seis hermanos, quien tras tres años trabajando en el servicio postal nacional de Suiza, en Zúrich, decidió emprender montando su propio negocio de hostelería en su pueblo natal. Compró el local del antiguo cine a Emiliano Morales. Era un espacio amplio y diáfano que él acondicionó «con todo tipo de modernidades», primero como bar y más tarde también como discoteca. Lo convirtió en un referente local y gracias a su carisma con los clientes y sus acertados chascarrillos, supo ganarse la simpatía de todos. Era joven, guapo y un gran fotógrafo aficionado que supo enamorar a Ascensión, una simpática tordesillana con la que formó una gran familia. El Zúrich se convirtió en el lugar de trabajo de ambos y en testigo de su amor y complicidad laboral. «Juntos superamos muchas adversidades y cambios en las tendencias de los clientes. Nos supimos adaptar a las nuevas necesidades que nos iban demandando», relata Ascensión, quien tiene la pena de haber perdido a Teo hace tan sólo seis meses. «Era muy trabajador y le hubiera hecho ilusión celebrar hoy el aniversario del bar. Nos complementábamos bien. Él se dedicaba a la barra y a los clientes, con los que era encantador, y yo a los temas administrativos y la cocina», prosigue emocionada esta hostelera de Rueda.
Este longevo bar es famoso por su buen trato al cliente y sobre todo por sus patatas con chipirones, un tesoro culinario que lleva décadas siendo el plato estrella del establecimiento por su irresistible sabor. «Me inspiré en una receta del padre de una amiga de La Seca. Él las hacía picantes, pero yo no. La clave a la hora de cocinarlas está en freírlas a baja temperatura y coger el punto al ajo arriero. Los chipirones los hago empanados. A la gente le gustan muchísimo. Un día de fiesta puedo vender unos 30 kilos de este manjar», cuenta Ascensión.
Actualmente el bar Zurich es el lugar de encuentro favorito para la juventud en las noches de Rueda, aunque ofrece un servicio ininterrumpido durante todos los horarios. Al fallecer Teo, su hijo Fernando se ha hecho cargo del negocio familiar. Le ayuda su madre, Ascensión, que a sus 72 años se sigue encargando de la cocina de este establecimiento. «Tengo la jubilación activa, pero mientras pueda, seguiré trabajando. Lo cierto es que nunca me atrajo la hostelería, pero gracias a este bar Teo y yo criamos a nuestros hijos y hemos vivido durante 50 años. Esta barra ha sido mi vida y mi trabajo y me siento muy orgullosa por ello», añade.
Ayer fueron muchos los clientes que se pasaron a felicitar a esta familia de hosteleros, que lo agradecieron con un pequeño obsequio, unos pasteles y por supuesto, unas patatas con chipirones. Un pequeño gesto para celebrar que el Zúrich sigue manteniendo el mismo espíritu de aquel frío 20 de enero de 1974.
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