Medina de Rioseco honra a Santa Clara
La misa y procesión tuvieron lugar en el antiguo convento de clarisas a escasas horas de la partida de los Hermanos Descalzos del Amor Eucarístico, que desde el año pasado habían vuelto a dar vida al centenario cenobio
Como cada 11 de agosto, Medina de Rioseco celebró este lunes la festividad de Santa Clara de Asís. A media tarde, la iglesia del antiguo ... convento de clarisas, a pesar del calor, ante numerosos vecinos, acogió la misa, oficiada por el párroco, Alberto Rodríguez. Más tarde, tuvo lugar la procesión, en la que se portó a hombros la imagen de la santa por el patio del compás.
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Esta celebración ha tenido lugar a escasas horas de la partida de los Hermanos Descalzos del Amor Eucarístico, que habían dado vida de nuevo al centenario convento desde su llegada en los últimos meses del pasado año con la misión de «rezar por la Iglesia y por la santidad de los sacerdotes», participando activamente en las celebraciones de la Parroquia. El pasado domingo, en la iglesia de San Pedro, tenía lugar su despedida con una misa en la que se pidió por ellos y sus nuevas tareas. El párroco, Alberto Rodríguez, aseguró que todas las misas que se hacen habitualmente en Santa Clara, como las de la Hermandad de la Piedad y las de las fiestas de San Antonio y Santa Clara, se seguirán haciendo.
Hay que recordar que fue a finales del año 2017 cuando las escasas clarisas, después de cinco siglos de presencia en la Ciudad de los Almirantes, tuvieron que tomar la drástica medida de abandonar el convento riosecano por falta de vocaciones que aseguraran el futuro de la comunidad, incorporándose a las clarisas del convento de Santa Isabel de Valladolid. Meses después de su partida, la vida monástica regresaba a este convento con religiosos de la comunidad de la Misión Eucarística Voz de los Pobres, aunque también su estancia en Rioseco llegaría a su fin en pocos años.
La existencia del Monasterio de la Concepción de las religiosas Clarisas en Medina de Rioseco, es el fruto del auge de la orden franciscana en la villa, bajo la tutela de la familia riosecana de los Enríquez, Almirantes de Castilla, y, más concretamente, de don Fadrique II y su esposa doña Ana de Cabrera. Esta familia fue la verdadera impulsora de las fundaciones franciscanas en la floreciente villa de Medina de Rioseco durante los siglos XV, XVI y XVII. La bula papal para la erección de este nuevo cenobio la recibió don Fadrique II el año 1491.
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