Medina del Campo y El Carpio, un confinamiento esperado
Vigilancia ·
Los vecinos de ambos municipios acogen con resignación las restricciones que durante 14 días limitarán la movilidad para frenar los contagios de covidLas localidades de El Carpio, con alrededor de 1.000 habitantes, y Medina del Campo, que supera la barrera de los 20.000 empadronados, permanecerán ... desde este miércoles confinadas y con restricciones de movilidad durante dos semanas con el objetivo de que los positivos por la covid-19 remitan, no se colapse la atención primaria en el ámbito sanitario y no se produzca la tan temida por los alcaldes transmisión comunitaria.
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Las medidas anunciadas por la Junta de Castilla y León y que entran en vigor esta medianoche no han sorprendido a los vecinos de ambas localidades, que desde hacía al menos dos semanas esperaban el cerrojazo, según aseguraron algunos de los residentes de El Carpio, que a primera hora de la mañana hacían colas para comprar el pan y ultimar los recados del día antes de «volvernos a confinar en casa. Desde que se dieron los primeros positivos tenemos miedo, y la realidad es que por responsabilidad hemos decidido no salir de casa o salir lo menos posible», aseguró el carpeño, Verísimo Jesús Sánchez, quien tiene claro que su rutina durante los próximos 15 días será «ir a dar de comer a las gallinas, que las tengo a unos 200 metros de mi casa, y poco más, ya que yo soy de riesgo (tiene cinco 'baypass' y hace un mes sufrió un ataque de corazón), por lo que mi vida no será muy diferente a la que vengo haciendo desde que comenzó la pandemia».
Esta reflexión es la que también esgrimían varios clientes de la tienda de ultramarinos Isabel y Mercedes. «Seguiremos haciendo la misma vida que hasta ahora, no creo que cambie mucho; la realidad es que hay miedo y nos hemos autoconfinado por responsabilidad hace días», apunta Mercedes Martín, una de las dueñas del comercio. Este temor ha propiciado que desde hace dos semanas las costumbres de los residentes en este municipio cambien, hasta el punto de que algunos decidieron comprar pan, leche y productos básicos en «más cantidad de la habitual».
Últimos recados
Quien ha permanecido en su casa sin salir durante 18 días ha sido Luis Miguel Chico, que este martes, después de realizarse dos PCR, dio «por fin negativo –comenta–, pero ahora me toca volverme a confinar en casa». Este agricultor aprovechó la jornada para «hacer los recados, trabajar y por la noche cenaré con mi señora, mi hija y mis nietos, pues hasta dentro de dos semanas no nos volveremos a ver».
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El que no notará mucho la diferencia será el propietario del Mesón Perites, Jaime Jiménez Calleja, que después de seis años reconoce que «este ejercicio ha sido uno de los más flojos desde que levantamos la persiana. No creo que este nuevo confinamiento se note mucho, ya que la cosa ha estado fastidiada todo el verano».
Por el momento el panorama de las dos próximas semanas «no cambiará mucho de la vida que se estaba haciendo en el municipio hasta ahora», asegura el farmacéutico, Juan Carlos Tartuero. «La única diferencia será que no se podrá salir y entrar del pueblo si no se tiene justificación». Esta limitación también la destaca el alcalde, José Luis Navas. «Tengo que decir que los carpeños llevamos dos semanas autoconfinados y los vecinos solo salen para lo más necesario».
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El alcalde de Medina del Campo, Guzmán Gómez Alonso, explicó que desde el Ayuntamiento se han celebrado reuniones y se han emitido bandos instando a que la ciudadanía cumpliera las normas sanitarias, «pero entiendo que la Junta tome esta decisión para impedir que suba el número de contagios».
Cuatrocientos confinados
Según la información facilitada por el regidor, en Medina del Campo habría alrededor de 400 personas aisladas en sus domicilios. Con varias clases confinadas, una parte de los bares y establecimientos de hostelería cerrados y un brote en el Hospital Comarcal, las medidas establecidas en esta localidad son calificadas por muchos vecinos como «laxas».
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Esta opinión es la que emitían este martes Antonio García, Eva Moreno y María del Carmen Pérez: «nuestro día a día no cambiará mucho, ya que se podrá seguir haciendo lo mismo que ahora y que llevamos haciendo todo el verano, por lo que no entendemos muy bien que sean tan livianas». Su parecer coincide con el de otros vecinos consultados, que no entienden el alcance de las nuevas restricciones porque, aseguran, «realmente vamos hacer una vida como la que estamos haciendo hasta ahora o eso es lo que hemos entendido». Al igual que en Carpio, el movimiento durante la jornada de este jueves fue mayor. Las colas en los estancos para abastecerse de tabaco, y en los bancos por si hay que hacer alguna compra de carácter extraordinario, superaban las de las jornadas anteriores.
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