

Secciones
Servicios
Destacamos
María Pontes
Lunes, 7 de abril 2025, 06:56
Javier Chicote Platero recordará la noche del 17 de marzo de 2024 toda su vida. Un mal recuerdo que ha tenido un final feliz, ya ... que, gracias a su intervención y la de los equipos sanitarios, un vecino de Peñafiel sigue con vida. Un año después, recibe la Medalla al Mérito de la Protección Ciudadana, concedida por la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta, por su actuación ejemplar.
«Soy muy discreto. Hice un trabajo que creo que es lo que hay que hacer, pero que te reconozcan con esta medalla es un agradecimiento enorme». Con esa humildad, este enfermero y miembro de Protección Civil de Peñafiel destaca también la intervención del resto de sanitarios que ayudaron a reanimar y estabilizar al herido.
«Recibí la llamada de una amiga que se había encontrado a una persona tirada en el suelo», cuenta Javier. Rápidamente, salió corriendo hacia el lugar para socorrer a la víctima, que había recibido una brutal paliza y se encontraba en el suelo de una calle céntrica del municipio vallisoletano. «Yo estaba de ocio y cuando llegué había una persona brutalmente agredida. Era vecino mío y al principio ni le reconocí», relata Javier.
Al ver la gravedad de la situación, Javier no dudó en actuar. «Al llegar, el agredido estaba consciente y los sanitarios tardaron diez minutos en llegar, pero en ese tiempo el agredido sufre una parada cardiorrespiratoria y nos tocó intervenir», relata. Javier estuvo durante cuarenta y cinco minutos realizando maniobras de RCP, cinco de esos minutos fueron los que el herido estuvo en parada. Todo ese tiempo arrodillado en el suelo adoquinado de Peñafiel. «Me puse una camisa en las rodillas para no hacerme más daño. Al día siguiente tenía agujetas, me dolía todo», cuenta.
«Cuanto menos tiempo pase entre la parada cardiorrespiratoria hasta que se empieza a hacer las maniobras RCP, la rehabilitación y los daños son mucho menores», advierte. Javier recuerda que, en una emergencia, cada segundo cuenta. La rapidez con la que se actúa puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, entre una recuperación total o secuelas permanentes. Por eso, destaca la necesidad de formarse, estar preparados y no dudar en intervenir.
Esa noche, Javier no buscaba reconocimiento, solo actuó como creía que debía y siguiendo su sentido común. Esta medalla llega como un gesto de agradecimiento a una intervención que marcó la diferencia y salvó una vida.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.