Valladolid
Un joven cumple un año en prisión por la violación de una mujer en Medina del CampoEl sospechoso está a la espera de juicio una vez concluida la instrucción por los hechos ocurridos en el portal de la víctima durante los Carnavales de 2024
Una violación de los Carnavales del año pasado en Medina del Campo ha llegado a la Audiencia de Valladolid. Transformadas las diligencias previas en sumario ... en un auto reciente, los hechos tuvieron lugar en la noche del 11 de febrero de 2024, cuando la víctima, de unos 30 años, entraba en su portal, en los entornos de la plaza del Carmen, tras una noche de fiesta.
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Refleja el auto del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 3 de Medina del Campo los hechos ante un posible delito de agresión sexual después de que el investigado, de 24 años actualmente, empujara por la espalda a la víctima para que esta cayera en el rellano de la entrada. Mientras forcejeaba, él le tocaba los genitales, además de intentar bajarla el pantalón. Acción que completó minutos más tarde para intentar penetrarla, «sin consentimiento de la mujer». Fue en ese momento cuando una vecina abrió la puerta de su casa, si bien esta no se percató de la presunta agresión.
Ese 'impasse' lo aprovechó la víctima, cuya defensa es ejercida por Antonio Vallejo y Abel Martín, abogados penalistas en ATL Abogados, para intentar huir a través de las escaleras, aunque el sospechoso la alcanzó en la segunda planta. «La golpeó en la cara y la sujetó de la coleta para aproximar su cara a su pene. Logró introducirlo en su boca para hacerle una felación, sin cesar de decir 'sispula' (chupa polla en rumano)», incide el auto.
Vómito e huida
La agresión sexual provocó que la víctima vomitase en el pasillo de la segunda planta. Finalmente, pudo zafarse del investigado para llegar a la puerta de su domicilio y aporrearla. Al otro lado de la misma se encontraba su hermana, a la que contó que la habían intentado violar. Por su parte, el presunto agresor abandonó el inmueble.
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Acto seguido, la hermana llamó a la Policía Nacional, que encontró varios indicios en las dos escenas de la agresión sexual. En el mismo portal hallaron una camisa que el sospechoso dejó en un primer momento y antes de subir las escaleras en busca de la víctima. Asimismo, vieron a la víctima sin parar de llorar y nerviosa, por lo que fue trasladada de urgencia al Hospital de Medina del Campo.
Víctima e investigado se conocieron esa noche en un bar del municipio
Allí se sometió a varias pruebas forenses, que meses después llegaron a la conclusión que «las lesiones son compatibles con el relato de la víctima».
Desde ese momento, la Policía Nacional abrió una investigación para esclarecer los hechos, para centrar las pesquisas en la noche de fiesta durante el Carnaval. Fue la propia víctima la que reconoció que esa noche, antes de irse a casa, estuvo bailando con el investigado, si bien recalcó que solo hablaron en el establecimiento. Se tomó declaración también a un amigo del sospechoso, que desde el primer momento aseguró que sabía por qué le habían citado. Fue él quien testificó que víctima y presunto agresor se fueron en la misma dirección tras salir del bar, a la par que recalcaba que le había dicho que ellos habían mantenido relaciones sexuales en el portal, olvidándose la camisa su amigo tras los actos.
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«No la agredí»
Ese mismo relato repitió el investigado tras ser detenido, quien, en sede judicial, apuntó que las relaciones sexuales fueron consentidas en todo momento. «No la agredí», concluyó.
Su declaración resultó poco creíble para el juez instructor, que decretó su ingreso en prisión, donde aún permanece un año después a la espera de que el proceso judicial continúe su avance. Subraya el juez que «los hechos relatados podrían ser constitutivos de un delito de agresión sexual, existiendo en las actuaciones indicios racionales de criminalidad en relación con el investigado», continúan los fundamentos de derecho. «La declaración de la víctima, las testificales practicadas, la declaración del propio investigado, que admite haber estado en el momento y el lugar» son los indicios racionales a los que hace referencia el instructor del caso.
Por su parte, la defensa ha recurrido el auto al entender que las relaciones fueron consentidas y que las lesiones se produjeron al no poder consumarse el acto. Además, incide en la animadversión de la víctima hacía el investigado. Por su parte, recalca la Audiencia de Valladolid: «Ninguna relación previa tenía la denunciante con el denunciado, ya que se conocieron esa noche en la discoteca, por lo que no se considera que la víctima pudiera tener algún motivo para denunciar falsamente. Tampoco se refiere en el recurso que entre ellos hubiera surgido una controversia que pudiera haber llevado a denunciarle falsamente ni a presentar ella una alteración emocional como la que se describe en el atestado por los agentes que acudieron en primer lugar al domicilio de sus padres y se entrevistaron con ella como por lo indicado por su hermana y una amiga en el juzgado».
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