Alo largo de mi dilatada trayectoria en el municipalismo –24 años como alcalde y doce como concejal– siempre he actuado en base a una vocación de servicio a los ciudadanos y ciudadanas, y con la premisa inherente de mantener un buen clima interpersonal y una convivencia amable, dentro de las posibles discrepancias que pudieran surgir.
Publicidad
Si ponemos la vista en las actuaciones que se han llevado a cabo en todo este tiempo, hemos priorizado el mantenimiento y la mejora de los servicios básicos necesarios, tales como la red de abastecimiento de agua, la planta desnitrificadora, el alumbrado público o la instalación de fibra óptica (algo imprescindible en estos tiempos). Pero sin olvidarnos de un punto realmente necesario como la creación de zonas de ocio para la dinamización, el entretenimiento y disfrute de jóvenes y mayores (como la piscina municipal, la pista de pádel o los parques).
En la etapa más reciente, hemos prestado una especial atención a la cuestión del reciclado de materias orgánicas e inorgánicas, siendo conscientes de la importancia de concienciarnos y concienciar a los vecinos y vecinas. En esta línea –y mirando ya hacia un futuro cercano– sería interesante lograr la depuración de las aguas residuales, para lo que se necesitaría crear una planta depuradora. Algo que, teniendo en cuenta los beneficios económicos que acarreará la instalación de las placas solares, podría ser una realidad a corto plazo. Más allá de esto, una actuación pendiente sería el acerado, para completar el buen estado de nuestras calles.
Cuando trabajas por tu pueblo resulta particularmente gratificante que cada parte del todo luzca saludable: desde sus instalaciones, a las relaciones entre sus habitantes.
3€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión