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«Lo normal es que el asesino (en sus palabras) de mi hermana duerma hoy en la cárcel y lo normal es que se muera ... ahí dentro», clamaba Inés, la hermana de Esther López, minutos después de que el investigado por la muerte de la vecina de Traspinedo, ocurrida en un lejano 13 de enero de 2022, accediera en la mañana de este viernes en una patrulla camuflada a los Juzgados por el lateral de la calle Torrecilla entre un amplio dispositivo policial. Su petición se quedaba de nuevo en agua de borrajas apenas tres cuartos de hora después, cuando su abogado, que acababa de solicitar a la nueva jueza instructora el ingreso en prisión de Óscar Sanz, le comunicara que se había dado un plazo de 72 horas para decidir si admite o no su petición, eso sí, con la postura de la fiscal un tanto tibia en cuanto a que consideró suficientes las medidas cautelares por las que el sospechoso continúa en libertad, si bien abrió la puerta a su posible ingreso en prisión con fianza.
«No entendemos la posición de la Fiscalía y tampoco entendemos que la ley no comprenda el dolor de una familia y que no podemos pisar Valladolid, nuestra ciudad, por miedo a encontrarnos con él -en alusión a Óscar Sanz-», ha lamentado Inés una vez concluida la comparecencia y justo después de que el investigado, en la misma patrulla camuflada, abandonara el edificio entre los gritos en la distancia de «asesino» de los allegados de la víctima congregados en la calle Angustias.
«No tiene narices de entrar por la puerta principal y dar la cara», ha criticado la hermana de Esther antes de incidir en que «nos parece surrealista que le traigan en un coche y que le dejan volver a su casa otra vez cuando lo que debería hacer es dormir hoy mismo en prisión».
Inés ha mostrado una relativa comprensión sobre la situación del investigado al asegurar que «el derecho a la defensa existe y ya está», si bien a continuación ha mostrado su deseo de que «se haga Justicia» y ha vaticinado «un futuro muy negro para el asesino de mi hermana -siempre según sus palabras- cuando se enfrente a ocho delitos a cual más grave».
La familia, encabezada por la propia Inés y su padre, ha vuelto a movilizarse este viernes antes los Juzgados para asistir a un nuevo capítulo en el largo proceso judicial seguido por la muerte de su hermana Esther hace más de tres años. El único investigado, Óscar Sanz, continúa en libertad con la obligación de comparecer cada lunes en el Juzgado y con el pasaporte retirado a la espera de que la nueva jueza, la tercera que instruye la causa, acuerde si admite o no la solicitud del abogado de la familia de que ingrese en prisión o le mantiene, como hasta ahora, en libertad.
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