Valladolid
La falta de relevo generacional amenaza a los espárragos de Tudela de DueroHace más de treinta años «había unos treinta agricultores» de esta hortaliza en el pueblo pero el sector agrario pierde cada vez más interés para las nuevas generaciones
Lorena Arias Duque
Lunes, 19 de mayo 2025, 06:56
El espárrago de Tudela de Duero es uno de los más renombrados en toda España y la rentabilidad de su cultivo está probada en el ... municipio vallisoletano, donde supera las 100 toneladas al año. Es un negocio próspero, pero no exento del gran problema del sector agrícola en estos tiempos: la falta de trabajadores y de relevo generacional.
Actualmente son tres los productores del pueblo: Espárragos Belloso, Huerta Luis San José y Espárragos Calixto. El primero de ellos se sitúa a la cabeza del sector, con una cosecha aproximada de 60.000 kilos al año. Lo mismo, prácticamente, recoge Luis San José, productor pionero en Tudela de Duero, que se estableció hace casi cuarenta años y cuyos espárragos están citados como «los mejores» por el propio chef Ferran Adrià.
Este año, la recogida se ha iniciado con retraso a causa del mal tiempo y en contraste con el año pasado, cuando se adelantó. La campaña, que dura unos 80 días, no ha podido ponerse en marcha hasta principios de abril, con el añadido de que algunos cultivos se han visto afectados por las bajas temperaturas y las lluvias. «Aunque todo el mundo piensa que son buenas, para el espárrago son malas», señala Enrique Belloso, propietario, junto a su mujer, Susana Crespo, de Espárragos Belloso.
A pesar de todo, la campaña sigue adelante y se intentará extender hasta mediados de junio, pues el cultivo y la venta del espárrago no decrecen pese al mal tiempo o el retraso en la cosecha. Belloso asegura que la producción vendida cada año en Tudela equivale a un 40% de la cosecha. «Se vende de todo. Yemas, blancos, trigueros. De todo». La restauración nacional es el punto fuerte de demanda del espárrago tudelano, un ingrediente muy cotizado por su sabor dulce con tintes amargos tan distintivo.
Una tradición familiar que se agota
Sin embargo, son varios los asuntos que preocupan a los propietarios de las esparragueras tudelanas. «Mi abuelo ya tenía espárragos – relata Belloso – pero muy poquitos, para su consumo propio y poco más». Cuando su padre se quedó a cargo de las plantaciones, allá por los ochenta, amplió la zona de cultivo a una hectárea. Y, continuando con la tradición familiar, su hijo, Enrique Belloso, tomó las riendas en 1996, para convertir este pequeño cultivo de espárragos en la principal empresa productora de Tudela de Duero que, en la actualidad, cuenta con 14 hectáreas.
Hace más de treinta años, el cultivo de esta hortaliza era algo generalizado en el pueblo. «A lo mejor había 30 agricultores de espárragos», afirma Belloso. Pero, en el presente, el sector agrario pierde cada vez más interés para las nuevas generaciones. Belloso calcula unos diez años hasta su jubilación y asegura que ninguna de sus hijas tiene intención de continuar con el negocio familiar. «Están estudiando otra cosa y no las veo yo muy implicadas en esto. Así que, a menos que alguien lo quiera comprar, por mi parte no va a seguir», asegura. Aunque es consciente de que esto supondrá el fin de la tradición agrícola que inició su abuelo y, por supuesto, de su empresa, reconoce que se trata de un trabajo «muy duro», que requiere atención constante y preparación. «Son tres meses muy intensos – explica – y luego estás todo el año detrás del espárrago, porque nosotros cultivamos, envasamos y comercializamos. Entonces es un negocio para el que tienes que saber de agricultura, de envasado y de comercialización».
En el caso de Luis San José, el hijo de este sí pretende seguir adelante con la empresa, pero el actual gerente admite que la falta de relevo generacional es un problema muy extendido, así como la mano de obra poco preparada, y teme que se acabe perdiendo la identidad esparraguera del pueblo. «La gente no quiere trabajar y la mano de obra que se puede conseguir es poco cualificada», se queja.
Un sector que reclama trabajadores
El desinterés de los jóvenes por el sector agrario es la causa del detrimento del relevo generacional, pero también de la falta de trabajadores. Enrique Belloso contrata a sus empleados como fijos discontinuos, lo que quiere decir que «al año tendrían que venir los mismos», según explica, «pero siempre hay muchos que no vienen, como la mitad, y tengo que contratar gente nueva».
La mayor parte de las personas que logra emplear, tanto para la nave como para las esparragueras, son de procedencia extranjera. «Casi el 80%», asegura, la mayoría búlgaros o marroquíes. «Si no tenemos mucha gente de aquí, del pueblo, es porque tampoco vienen a pedir trabajo», sentencia. La agricultura es el segundo sector en España con más empleados extranjeros, después del doméstico, según los datos de 2024 del Instituto Nacional de Estadística.
Representan casi un 40% de la mano de obra. Pero, además de trabajadores extranjeros, Belloso cuenta todos los años con un grupo de jornaleros sureños que, asegura, «tienen mucha experiencia y saben cómo va la recogida», a los que él mismo ofrece alojamiento.
La ineficacia de la Marca de Garantía
Los dos grandes productores del pueblo, Belloso y San José, están adheridos a la Marca de Garantía Tudela de Duero, con el objetivo de evitar el intrusismo de espárragos no tudelanos que se venden como tal, a veces a granel, y a un precio menor. Fue la empresa de Belloso la que estableció la marca, pero hoy admite que está «un poco abandonada», y es que no ha surtido el efecto que esperaban. «La gente no lo miraba mucho y tampoco se vigilaba que no se trajeran espárragos de fuera diciendo que eran de Tudela. Entonces, si no hay nadie en la Administración que se encargue de eso, pues no hace mucho efecto», se lamenta.
El agricultor reitera que desde siempre han hecho «hincapié», él y Luis San José, en que se compre el espárrago envasado con la marca de garantía. «Pero, claro, si a la gente le ponen un espárrago mucho más barato y le dicen que es de Tudela de Duero, pues la gente lo compra».
Por su parte, San José señala que el principal problema es que «la marca se ciñe a una zona muy específica», Tudela de Duero, y califica esto como «una especie de suicidio». De esto ya ha hablado en varias ocasiones y deja claro que está comprometido con la supervivencia del espárrago tudelano, pero para ello «hay que aumentar la zona de producción». San José se lamenta de que el cultivo está estancado, a pesar de ser un negocio afamado y muy rentable, por otros problemas que resume él mismo con exactitud: «ni hay relevo, ni mano de obra y la zona de cultivo es muy limitada».
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