Éxito en Mayorga con la jornada de puertas abiertas a las bodegas de sus peñas
La actividad, que se inició con una visita guiada a Bodegas Meoriga, recorrió las sedes de ocho peñas, sin que faltaran explicaciones de su historia y sabrosas degustaciones
Las peñas son el alma de las fiestas de los pueblos. Grupos de amigos que tienen una sede como centro de operaciones en la que ... reunirse, convivir y hacer grupo en las fiestas y durante el resto de año. Unos espacios que este sábado se han puesto en valor en Mayorga con una jornada de puertas abiertas a algunas de las bodegas de las peñas que, con éxito de participación, ha organizado la Asociación Cultural El Vítor, cuyo presidente, Fidel Caballero, expresó que el objetivo de la iniciativa es «dar a conocer estos espacios tan bien cuidados por las peñas».
Con el lema de tradición, sabor y buena compañía, la ruta bodegas abiertas se iniciaba a media mañana con la concentración en la plaza de España, antes de dirigirse los numerosos participantes a Bodegas Meoriga, con una visita guiada a sus instalaciones, en las que se acaba de llevar a cabo la más importante reforma de los últimos 60 años, sin que faltara la degustación de algunos de sus mejores vinos que están dentro de la DO León, como Esencia 27, el vino blanco semidulce elaborado con uvas de la variedad verdejo.
Más tarde se iniciaba la visita a las bodegas de las peñas El Garrafón, El Descontrol, El Vítor, La Cogorza, El Desastre, La Taberna de Baco, La Chispa y El Horóscopo, que abren sus puertas en las cuestas del Río y de Santo Toribio y el camino de La Cagalina, que es el nombre de una fuente en el que hacían parada los rebaños de ovejas de la trashumancia antes de pasar el puente sobre el río Cea en busca de los pastos del norte por la cañada de León, según explicó el cronista local Timoteo Escudero, conocido por Tein, que, a sus 77 años, estuvo en su peña La Chispa a los visitantes. En todas las peñas, junto a explicaciones de la historia de la peña y del propio local, no faltó la invitación a saborear bebidas refrescantes y sabrosas viandas.
Timoteo Escudero recordó cómo en tiempos de sus padres y abuelos los grupos de amigos se juntaban en las llamadas cuadrillas en bodegas de las casas del pueblo o en locales, recibiendo el nombre de alguno de sus componentes junto a su apodo, como la de su padre que se llamaba cuadrilla de Timoteo Sopitas. Fue en los años 50 cuando apareció la palabra peña, siendo de las primeras las peñas El Báculo y El Silencio, que no es la actual. Será en el año 1974 cuando la peña La Chispa decida comprar en la cuesta de Santo Toribio, una antigua bodega medio en ruinas donde se hacía vino para arreglarla, ampliarla y dotarla de chimenea, siendo el inicio en su actual emplazamiento de la construcción de locales, pero también la adecuación de bodegas donde se hizo vino como hicieron las peñas Los Mariachis o La Campanera. El alcalde, David de la Viuda, que también estuvo en su peña El Garrafón, aplaudió y agradeció la iniciativa «como una importante forma de dinamizar la vida del pueblo en una jornada de verano».
Estos locales de peñas tienen su principal motivo en las fiestas patronales en honor a Santo Toribio de Mogrovejo de septiembre, con el gran protagonismo de la Procesión Cívica del Vítor del día 27, pero también sirven para celebrar eventos como comidas o cenas a lo largo del año. De hecho, Timoteo Escudero recordó que en su peña La Chispa se habían celebrado comuniones y bautizos, incluso algunos vecinos les habían pedido la bodega para alguna celebración. El veterano cronista de la historia mayorgana destacó la gran importancia de las peñas «como forma de unión del pueblo para animar las fiestas».
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