Los electroduendes de 'La bola de cristal' reviven en Cubillas de Santa Marta
El escultor vallisoletano Juan Villa recupera en su taller las marionetas, que se expondrán en el Museo Internacional de Títeres de Albaida
Quienes fueron niños en la década de los 80 recordarán cómo cada sábado por la mañana se sentaban frente al televisor para disfrutar de ' ... La bola de cristal', un programa infantil que trataba a los pequeños de la casa como adultos. La estética de 'La movida' era el hilo conductor para repasar los últimos 'hits' musicales, hablar de literatura y de otros temas disparatados para la época. Este programa, creado por la periodista y realizadora de Televisión Española (TVE) Lolo Rico, llegó a pulverizar las audiencias que superaron en algunos momentos los más de cinco millones de espectadores gracias a una pandilla de títeres conocidos como los electroduendes.
Estas icónicas marionetas, duendes de la electrónica, con vistosos y excéntricos coloridos, llenos de cables, representaban en sus apariciones la trastienda de la tele. De esta forma Maese Sonoro, Maese Cámara, la Bruja Truca, el Hada Vídeo y la Bruja Avería, que tenían la capacidad de dinamitar todo, se colaban durante algo más de una hora en los hogares españoles con rimas y expresiones como 'Viva el mal, viva el capital', 'Soy Avería y aspiro a una alcaldía' o '¡Por Orticón, Saticón y Vidicón! Nadie sabe cómo detener la inflación'.
En junio de 1988, 'La bola de cristal' se apagó y los duendes dejaron de cantar 'No se ría, no se ría'. Ahora, después de tres décadas en el ostracismo, estas dos brujas, dos duendes y el hada que habitaba en la televisión recobrarán todo su brillo original gracias a las labores de restauración del escultor vallisoletano Juan Villa, quien desde hace un mes y en su taller de Cubillas de Santa Marta ha podido realizar su particular viaje a la infancia.
Este mismo año, el Ayuntamiento valenciano de Albaida adquirió los electroduendes a la familia de Alejandro Milán, creadora de las marionetas de TVE, para que formen parte de los fondos del Museu Internacional de Titelles d'Albaida (Museo Internacional de Títeres de la localidad). «El Museo se puso en contacto conmigo para encargarme el proyecto de restauración», explica Villa, quien recuerda que en ese momento le comentaron que se trataba de unas marionetas muy importantes, «pero la sorpresa fue cuando me dijeron que eran los personajes originales de 'La bola de cristal'».
Estas piezas viajaron desde Miami, lugar en el que se encontraban desde hacía años custodiadas por los herederos de Milán. «Estas marionetas son las originales, ya que en la segunda temporada del programa decidieron hacer cinco réplicas de cada marioneta en látex, porque algunas se rompían y estaban deterioradas del ritmo de un programa de televisión», detalla el vallisoletano, que el pasado mes de julio viajó hasta la Comunidad Valenciana para recoger a los títeres y trasladarlos hasta su taller vallisoletano.
Villa, que además de escultor, es experto en restauración de patrimonio televisivo, cinematográfico y teatral, ha sido reconocido por su trabajo en el programa Cuarto Milenio y además custodia más de un centenar de marionetas de 'Los guiñoles de Canal+'. La recuperación de la imagen genuina de estos cinco personajes ha supuesto para Villa «un reto y un gran orgullo. He podido recordar los sábados de mi infancia cuando me sentaba a ver el programa. Ha sido un viaje hacia aquellos años y un proyecto muy gratificante».
Durante un mes, los electroduendes han pasado por un proceso de restauración con el objetivo de recuperar al detalle el aspecto original: «Hemos realizado un trabajo como si se tratara de obras de arte en el que hemos querido respetar los rasgos originales de las piezas».
Chapa y pintura
A pesar de que es habitual que todos los disfraces, muñecos, marionetas de televisión estén desaparecidos o perdidos, el estado de estos míticos títeres era más que aceptable, pero no estaban para ser expuestos», señala el escultor. La chapa y pintura de estos títeres, de casi un metro, ha sido diferente para cada uno: «Por ejemplo, la Bruja Avería no tenía cejas y la parte de los ojos estaba despegada; otros carecían de cabello, aunque originalmente tenían pelo natural, o una parte del vestuario estaba destrozado».
Ahora, además de lucir como en el primer programa, podrán ser expuestos y dispondrán de una peana para mayor realce. En una semana volverán a viajar, esta vez hasta su nueva casa de Valencia, lugar en el que compartirán espacio con otros telemuñecos.
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