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Valladolid
El Cristo de las Puertas recorre Rioseco como cada segundo domingo de octubreEl mayordomo ha sido el riosecano David González, siguiendo los pasos de su hermano y su primo, que lo fueron en 2022 y 2023
Las tradiciones son una importante parte de la identidad de un pueblo. Ritos y costumbres como los que ayer Medina de Rioseco vivió, como cada ... segundo domingo de octubre, con la celebración de la popular festividad del Cristo de las Puertas, en la que los hermanos de la cofradía del mismo nombre procesionaron con gran devoción la talla del siglo XVI. A media mañana, como es tradicional, los hermanos de la cofradía acudieron a buscar al mayordomo a su casa para acompañarle, al son de los dulzaineros, hasta el arco de San Sebastián, donde se encuentra la capilla con la imagen del Cristo de las Puertas, que momentos después salía en procesión en medio del lanzamiento de cohetes.
El honor de ser mayordomo ha recaído este año en David González, quien entró en la cofradía hace más de 30 años por tradición familiar, siguiendo los pasos de su padre, David González y su tío Luis Ramón Serrano, en una devoción al Cristo de las Puertas que siempre tuvieron sus abuelos maternos, Ramón Serrano y Cayetana Saldise, conocida por todos como Anita, por vivir muy cerca de la puerta de San Sebastián.
En el lado más emocional, se encontraba el que David González haya portado la vara de la cofradía junto a su primo Iván Serrano, que ha llevado el banderín como mayordomo del año pasado. Una circunstancia que se repitió el pasado año cuando Iván Serrano llevó la vara junto a su primo y hermano del actual mayordomo César González, que había servido la cofradía en 2022. Los dos hermanos y el primo fueron inscritos en la cofradía el mismo año, lo que ha hecho que se hayan ido pasando la vara en los tres últimos años. El mayordomo manifestó ser «un día de gran alegría y emoción».
El Cristo de las Puertas, en su subida a la iglesia de Santa María, tuvo una emotiva parada para que el párroco, Alberto Rodríguez, rezase un responso por los hermanos difuntos frente a unas flores, unas velas y un crucifijo que se habían colocado en el lugar donde cada año algunos veteranos vecinos esperaban el paso de la procesión, con un recuerdo especial al matrimonio compuesto por Juan Antonio Gallego y Socorro Peinador o a Victorina Rivas, que, con más de 100 años, se arrodillaba al paso del Cristo de las Puertas. Este responso se pretende que tenga lugar cada año.
En la iglesia parroquial, se ofició la misa, tras la que la procesión prosiguió atravesando la calle Mayor para regresar de nuevo al arco San Sebastián, esta vez con los bailes del grupo de danzas Ciudad de Medina de Rioseco. La procesión regresó por las calles Ancha y Castrillos por tercer año consecutivo, pues, aunque la tradición marca que se turne cada año con la calle Nueva, se volvió a repetir al ser la calle Castrillos la de la familia del mayordomo.
Después de la procesión tuvo lugar un aperitivo popular en el restaurante El Portazgo, en el que, como es tradicional, no faltaron el queso, el pan, el vino y las pastas. Los actos de celebración del Cristo de las Puertas empezaron a los pies del arco de San Sebastián al anochecer del sábado en un gran ambiente festivo con música del dj riosecano David Carpintero, de la empresa local Dualia Producciones, sin que faltase la tradicional hoguera y la degustación de la popular limonada acompañada de pastas y otras sabrosas viandas como chorizo frito. Este año el mayordomo recuperó la bonita tradición de llevar pastas a los vecinos que no por razón de la edad, enfermedad u otro impedimento no se pudieron acercar a la fiesta.
El arco de San Sebastián, del siglo XVI, pronto acogió una capilla para dar culto a una imagen de Cristo bajo cuya advocación los vecinos del barrio de San Sebastián decidieron fundar una cofradía en 1592 que ha pervivido hasta nuestros días al ir pasando la tradición de ser cofrade de padres a hijos. El Cristo de las Puertas es una interesante talla del siglo XVI que se aloja en la capilla existente en el interior de la puerta de San Sebastián. Esta puerta nunca tuvo propósito defensivo y se construyó en 1550 a fin de dar cabida a la expansión de esta parte de la población, en la que se asentaban los laboriosos gremios de labradores y alfareros. Su posición en el camino de Villalón manifiesta su papel en el control de la entrada y salida de mercancías con el pago del portazgo.
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