Valladolid
Cristina Sigüenza, Reina Juana de Tordesillas: «Estoy viviendo el sueño de cuando era pequeña»El próximo 1 de marzo la joven directora de una Escuela Infantil dará vida a la Reina Juana I de Castilla en la tradicional representación de la villa del Tratado
Cristina Sigüenza, Reina Juana I de Castilla durante la representación del 1 de marzo en Tordesillas, confiesa estar viviendo «el sueño de cuando era pequeña». ... Perteneciente al grupo de luceras que compone parte de la comitiva que acompaña a la Reina Juana I de Castilla durante 9 años, esta vez encarnará el papel protagonista.
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«Para las chicas que somos de Tordesillas es nuestro sueño dar vida a Doña Juana. Es una tradición preciosa con la que yo he crecido desde niña hasta ahora». Son solo dos los requisitos para dar vida a la Reina Juana -ser de Tordesillas y tener 29 años durante la representación- pero Cristina Sigüenza ensalza la oportunidad gracias a su ilusión.
Con solo dos candidatas a ostentar la corona de Doña Juana, Cristina Sigüenza confiesa que «la semana previa al sorteo estuve muy nerviosa. Eramos dos las que nos presentamos y sale a sorteo. Había un 50% de posibilidades pero esta era la única oportunidad de dar vida a Juana I de Castilla. El año que viene no podría presentarme porque ya tendría 30 años», explica la joven, que trabaja como directora en la Escuela Infantil Peter Pan de la villa del Tratado.
El día del sorteo se vive con tensión e ilusión a partes iguales, más cuando nos varias las candidatas a subirse a lomos de un caballo y llegar a Tordesillas en el papel de Reina Juana I de Castilla. «Recuerdo que tenía a mi madre agarrada de la mano y cuando escuché mi nombre la solté y subí al escenario. Lo viví de manera muy especial por dentro», apostilla.
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Puede parecer sencillo dar vida a la Reina Juana, un personaje histórico muy querido y respetado en Tordesillas, pero lo cierto es que la preparación para el gran día requiere de minucioso trabajo. El Centro de Iniciativas Turísticas de Tordesillas «lo pone todo muy fácil a la hora de la preparación». «Ensayamos desde las posturas que tengo que tener, hasta la manera de andar. Doy vida a una reina y eso hay que tenerlo siempre presente y el luto y el duelo de portar el féretro de su esposo. La expresión ha de ser austera y seria», explica Cristina Sigüenza.
El vestido que llevará la Reina Juana I de Castilla el próximo 1 de marzo tiene 20 años de historia y está bordado en terciopelo con infinidad de detalles. La joven de 29 años, la misma edad que tenía Juana a su llegada a Tordesillas, confiesa que ya se ha probado la vestimenta al completo. «Tenemos dos trajes. Uno rojo, para la visita al mercado medieval en octubre u otros eventos y el negro, que se utiliza unicamente el día de la representación», afirma. «Siempre hay que hacer algún arreglo pequeño al vestuario pero poca cosa. Estoy encantada con el traje negro porque es una obra de arte», añade.
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Durante la representación la Reina Juana I de Castilla monta a un caballo durante buena parte del recorrido. «Montaba cuando era pequeña y ahora hace años que no lo hago. Tengo que ir a practicar un poco la próxima semana pero todo el equipo que participa en la representación hace las cosas muy sencillas», puntualiza Cristina Sigüenza. El deseo de Cristina Sigüenza, tras ser elegida reina, es «que el día de la representación no llueva, que haga frío me da igual pero que no llueva, por favor», explica la joven. «Siempre se puede aplazar a otro día pero mi mayor preocupación a día de hoy es el tiempo y no estar muy nerviosa para poder disfrutar de algo que solo ocurre una vez en la vida», explica.
El próximo 1 de marzo, fecha en la que Cristina Sigüenza dará vida a Doña Juana -como ella llama a la Reina Juana I de Castilla-, «será un día muy especial, lo voy a recordar toda mi vida porque era algo que quería desde pequeña». Su día a día será como el de una reina: «Me despertaré atacada de los nervios, desayunaré y vendrá la maquilladora a casa. Me vestiré acompañada de mi madre y mi prima, que forma parte de la comitiva de luceras de la reina durante la representación y me iré».
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Tordesillas retrocederá al año 1509, cuando la reina Juana I de Castilla llegó a Tordesillas, acompañada de su hija Catalina y de su padre, Fernando el Católico, y custodiada por su guardia personal, los monteros de Espinosa, y por los monjes que transportaban el cuerpo de su esposo Felipe el Hermoso, fallecido en Burgos y en camino hacia Granada, donde sería enterrado. Damas de compañía y personal de palacio completarán un sorprendente cortejo protegido por escoltas que alumbrarán su paso con antorchas.
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