Carlos del Campo, representante de Valladolid en la ACCOE y propietario de Cereales Peñaflor, posa frente a una montaña de cereal. Rodrigo Ucero

«Cosecha récord» en Valladolid: la añada de cereal 2025 llena las naves hasta desbordarse

Los agricultores enfrentan el final de temporada con medias «históricas» de 7.000 kilos por hectárea de trigo a 190 euros por tonelada y 6.000 de cebada a 170 euros

Lucía San José

Valladolid

Jueves, 21 de agosto 2025, 08:08

Gigantescas montañas de cereal cubren las eras como pirámides egipcias. Otros montones más pequeños a su lado, como dunas, completan desde la carretera el dorado ... paisaje vallisoletano. Pero lejos de ser desértica, la campaña se presenta muy fructífera e «histórica», con trigo y cebada de calidad extraordinaria apilados para la comercialización.

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En Peñaflor de Hornija, las naves están llenas hasta desbordarse por las puertas. El representante de la mesa de cereal de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (ACCOE) y propietario de Cereales Peñaflor, Carlos del Campo, destaca que «esto no se ha vivido nunca».

En los Montes Torozos y Tierra de Campos, la campaña 2025 ha roto cualquier previsión. El verano ha traído medias de 6.000 kilos por hectárea en trigo a 190 euros por tonelada y 7.000 en cebada a 170 euros, un 30% más que la temporada anterior, según asegura el propietario. «En algunas parcelas hemos llegado a 10.000 kilos de trigo y 8.000 de cebada. Hace años eso era impensable», relata el representante.

Las naves de Cereales Peñaflor se desbordan por las puertas. Rodrigo Ucero

Las enormes montañas de grano muestran una imagen tan abundante como las cifras: cereal amontonado en patios, en parvas y dentro de naves que se han quedado pequeñas. Tanto, que ha obligado a realizar reformas en las instalaciones como colocar canalones, «por el miedo a que llueva e inunde todo», apunta del Campo.

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«Tenemos 35.000 toneladas guardadas y seguimos sacando a fábrica, pero no damos abasto con la cantidad que hay», explica mientras señala las distintas zonas de almacenaje. «En esta nave hay trigo, en aquella otra también, y en la parva de fuera hemos tenido que dejar otro montón. Con la cebada igual, hay tanto que la nave está llena hasta las uralitas».

La campaña ha durado cuarenta días intensos, con un ir y venir de tractores y camiones que no ha cesado desde que empezaron las primeras cosechadoras a finales de junio. «Preveíamos que iba a ser un buen año, pero nadie pensaba que llegaríamos a esto, a un récord histórico», reconoce.

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El rendimiento récord no garantiza una rentabilidad proporcional, porque el propietario advierte que, pese a la abundancia, el precio no cubre los costes. «Ni al doble de lo que está ahora podríamos cubrir gastos con el coste actual de abonos y maquinaria», lamenta. El incremento del coste de los fertilizantes es una de las principales preocupaciones, porque «para un abonado bueno hacen falta entre 1.400 y 1.500 kilos de cereal y eso con los precios actuales es muy complicado de asumir».

«Esto es oferta y demanda pura y dura. Un comentario en la televisión puede mover la bolsa y hacer que el precio suba o baje en minutos», explica del Campo antes de apuntar que «el cereal cotiza en bolsa igual que otros productos y eso nos deja sin margen de control».

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En la ACCOE, donde comparte mesa con otros 19 representantes de toda España, el vallisoletano participa en la toma de decisiones y en el análisis de los problemas que afectan al sector. «Si el agricultor no gana, nosotros tampoco podemos cobrar el abono. Esto es una cadena: agricultores, gasoil, maquinaria, administración… Si se tensa demasiado, se rompe algún eslabón», advierte.

«Los mejores resultados se dan en fincas con un abonado y cuidado continuado»

Carlos del Campo

Representante en la ACCOE y propietario de Cereales Peñaflor

«Un 98% de los agricultores ha tenido buena producción, pero no todos han alcanzado las medias que hemos visto aquí», porque este es el fruto de todo el año de trabajo y, por eso, «los mejores resultados se dan en fincas con un abonado y cuidado continuado».

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España, recuerda, es «deficitaria en cereal», por lo que esta sobreproducción debería significar «competir con los puertos», pero para ello los agricultores tendrían que «vender todos los meses, porque el ganado tiene que comer y si en vez de importar cinco barcos, importamos diez, nos perjudicamos».

El cereal sobrante debe salir hacia otras regiones, según afirma el representante de la ACCOE. «Tenemos que llevarlo a Galicia, Extremadura, Cataluña… Lo que sobra aquí hay que sacarlo. El error es pensar que lo nuestro tiene que valer más que en el puerto. No es así. En los puertos se marca el precio y nosotros tenemos que ser competitivos con esa mercancía».

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Burgos, Valladolid y Palencia son las provincias con mayor superficie cerealista cultivada

El triángulo cerealista formado por Valladolid, Palencia y Burgos concentra gran parte de la producción en Castilla y León, según los datos de la Junta. Aun así, el país sigue importando «para abastecer el consumo de pienso», destaca del Campo, ya que «si no lo hacemos, nos enfrentaremos a un problema gravísimo».

Mientras el cereal de esta campaña sigue entrando y saliendo de las naves, en Cereales Peñaflor ya preparan la próxima temporada: «Esto es una rueda y no se para. Ya estamos almacenando abono porque en octubre empieza el abonado. Puede que tengamos cereal en la calle y estemos abonando a la vez».

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El trabajo en el campo no se detiene. Tras el abonado de otoño, llegarán las siembras y los tratamientos con herbicidas. «El agricultor hará lo mejor posible, pero luego la primavera dirá qué producción tendremos y a qué precios», apunta el representante de la ACCOE.

La clave, insiste, está en la productividad. «El precio no está en manos del agricultor. Lo que sí depende de él es producir lo máximo posible y hacer bien las labores a tiempo». Esa filosofía, asegura, ha sido fundamental para alcanzar los rendimientos de este 2025.

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«Si todos guardamos el cereal esperando que suba, podemos bloquearnos y perder competitividad»

Carlos del Campo

Representante en la ACCOE y propietario de Cereales Peñaflor

En los pueblos cerealistas, las conversaciones de este verano giran en torno a cifras que hace una década parecían ciencia ficción. Los agricultores se felicitan por las toneladas obtenidas, pero también comentan la necesidad de vender de forma escalonada. «Si todos guardamos el cereal esperando que suba, podemos bloquearnos y perder competitividad», advierte del Campo.

Los retos para los próximos meses están claros: competir con las importaciones, abastecer al ganado y mantener una cadena económica en equilibrio, porque en un mercado global un buen año no garantiza estabilidad para el siguiente.

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Peñaflor de Hornija, como tantas localidades cerealistas, vive estos días con un paisaje inusual: patios y eras convertidos en almacenes improvisados con montones que superan los cinco metros de altura y que huelen a trigo recién cosechado.

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